Tren del ferrocarril de Hernani fotografiado en la donostiarra plaza de Gipuzkoa. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
116 AÑOS DE TRACCIÓN ELÉCTRICA
FERROVIARIA EN EUSKOTREN
El 2 de agosto de 1903 entraba en servicio el segundo ferrocarril
electrificado de Euskadi y también de toda la península ibérica, entre Donostia
y Hernani. Construido según concesión otorgada por el gobierno central a
Mariano Areizaga Gortázar el 8 de agosto de 1894. Aunque en principio estaba
previsto explotarlo con locomotoras de vapor, sus promotores, encabezados por
el empresario alavés Plácido Allende Plágaro, cuyo busto preside los andenes de
la donostiarra estación de Amara, obtuvieron el 22 de febrero de 1902 la
oportuna autorización para el empleo de la tracción eléctrica.
Tren del ferrocarril de Hernani fotografiado en su camino a Astigarraga. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Tapa de registro de la red de distribución de energía eléctrica del ferrocarril de Hernani en Donostia. Fotografía de Juanjo Olaizola
Para asegurar la tracción de sus
trenes, el ferrocarril eléctrico de Donostia a Hernani construyó junto a sus
cocheras de Astigarraga una central térmica de vapor y también contaba con un
salto de agua en Goizueta. Dado que su producción era superior al consumo de
los trenes, la empresa decidió vender el excedente de electricidad a clientes
particulares de la capital guipuzcoana. De la red de distribución establecida
todavía se pueden encontrar como testimonios históricos, diferentes tapas de
registro en las calles de Donostia.
En 1958 se clausuró el ferrocarril entre Loiola y Hernani. Fotografía de Jeremy Wiseman
Desde 1903, el tramo de Amara a Loiola del Topo funciona con tracción eléctrica. Fotografía de Juanjo Olaizola
Los trenes del ferrocarril de
Hernani llegaban hasta la plaza de Gipuzkoa, en el corazón de Donostia,
mediante un trazado tranviario desde la estación de Amara. La supresión de este
circuito en 1954 por orden del ayuntamiento donostiarra, unido a la competencia
de autobuses y automóviles, supuso la pérdida de rentabilidad del servicio y su
clausura en 1958. Sin embargo, el tramo comprendido entre las estaciones de
Amara y Loiola se mantuvo en servicio, al haberse integrado en la línea del
«Topo». En consecuencia, este trayecto es, en la actualidad, el tramo
electrificado en servicio más antiguo de todo el Estado, ¡116 años de movilidad
sostenible.
Tranvía eléctrico de Donostia dotado de equipos eléctricos fabricados por La Maquinista Bilbaína. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
UNA EXPERIENCIA PIONERA: LA MAQUINISTA
BILBAÍNA
En las primeras electrificaciones
tranviarias y ferroviarias de Euskadi se recurrió a la tecnología de las
principales multinacionales del sector: A.E.G., Shécheron, Thomson-Houston,
General Electric o Westinghouse, entre otros. Ante la rápida evolución del
nuevo sistema de tracción, tres ingenieros bilbaínos, Artiñano, Díaz y Hurtado
de Mendoza, decidieron emprender la fabricación de equipos de tracción
eléctrica. En 1900 establecieron una fábrica con sede en el número 11 de la
calle Zorrilla de Deusto (Bilbao).
Publicidad de La Maquinista Bilbaína. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Automóvil Ardiurme, construido por La Maquinista Bilbaína. Era impulsado mediante baterías. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Durante algunos años, La
Maquinista Bilbaína desplegó una importante actividad en el sector de las
construcciones electromecánicas, con especial incidencia en los tranvías de su
entorno más próximo, sobre todo, los de Bilbao y Donostia. Asimismo, desarrollaron
diversas experiencias en el incipiente mundo del automóvil, en una época en la
que se pensaba que su futuro sería también eléctrico, mediante baterías, que
desembocaron en 1904 en la construcción de un prototipo de coche eléctrico
bautizado como Ardiurme, acrónimo de las iniciales de los promotores de la
empresa. Matriculado en Bilbao en 1905, parece ser que llegaron a construir una
segunda unidad, matriculada en Donostia.
Tras el fracaso de La Maquinista Bilbaína, fue preciso recurrir a la industria europea y norteamericana para el desarrollo de la tracción eléctrica en Euskadi. Fotografía de Juanjo Olaizola
A partir de 1929 General Eléctrica Española recuperó la producción de equipos de tracción eléctrica en Euskadi. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Esta interesante iniciativa
industrial se desarrolló en un sector cuya demanda experimentó a principios de
siglo una gran demanda, pero, lamentablemente, no llegó a cuajar. En junio de
1907 la Revista de
Obras Públicas anunciaba la liquidación de todos los bienes de la Compañía , lo que supuso
el fin definitivo de este proyecto. La construcción de equipos de tracción
eléctrica en Euskadi no se retomó hasta la puesta en marcha, en 1929 de los
talleres de la General Eléctrica Española en Trapagaran, filial de la General
Electric norteamericana, fundada en 1890 por el propio Edison.
En la actualidad, CAF
fabrica sus propios equipos de tracción eléctrica. Ingeteam y Bombardier también desarrollan una notable actividad en este sector en Euskadi. Fotografía de
Juanjo Olaizola
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