UNA ESTACIÓN CAMUFLADA
Por lo general, las estaciones ferroviarias, y sobre todo si se trata de terminales en ciudades de cierta entidad, suelen contar con edificios de relevancia con los que la empresa ferroviaria resalta su presencia y atrae a los viajeros s sus servicios. Este no, es, desde luego, el caso de la estación terminal del ferrocarril de Los Nietos en Cartagena.
Si en algo destaca la estación de Cartagena es, precisamente, en que no llama la atención en absoluto. A diferencia de la terminal de la línea de vía ancha procedente de Murcia, que cuenta con una magnífica fachada de estilo neoclásico con elementos modernistas, con la que destaca en el paisaje como imponente remate de la avenida de Las Américas, la del tren de vía estrecha a Los Nietos, situada en las proximidades de la anterior, en la esquina que conforman las calles Orán y Trovero Marín, pasa prácticamente desapercibida, ya que en su exterior apenas se diferencia de cualquier otro edificio de viviendas de la zona.
El edificio de la estación de Cartagena, como se aprecia en la fotografía, apenas desvela en su fachada exterior lo que alberga en su interior. Solo un par de rótulos y un reloj pueden hacer pensar que se trata de una terminal ferroviaria y no un edificio de viviendas. De hecho, tres de sus plantas lo son, ya que sirven como residencia de varios ferroviarios y sus familias. Ciertamente, la cosa cambia cuando, por lo que a simple vista parece un portal, se accede a su interior donde, tras pasar por las correspondientes máquinas validadoras de títulos de transporte se alcanza lo que podría ser un patio de vecindad, pero que, en realidad, alberga una pequeña estación con dos vías y tres andenes, dos laterales y uno central. El conjunto está cubierto con una marquesina metálica que cobija a los viajeros de la lluvia y, sobre todo, da sombra en los muchos días soleados del año.
Feve levantó la actual terminal de la línea a Los Nietos en Cartagena en el año 1972 y aprovechó la operación para trasladar a sus inmediaciones los antiguos talleres de mantenimiento de material motor y remolcado de este pequeño ferrocarril, situados a kilómetro y medio de distancia en Santa Lucía. Años más tarde, en 1995, se construyó junto a estas dependencias la estación de autobuses de la ciudad, lo que, desde entonces, facilita las conexiones intermodales y la movilidad sostenible en la comarca.