Tranvía de Zaragoza de la serie 1-20, construida por Carde y Escoriaza a partir de 1902. Este modelo alcanzaría gran difusión en los años siguientes
En la actualidad, la firma vasca CAF ofrece en el mercado una plataforma de vehículos tranviarios estandarizados, la gama URBOS, que ha encontrado una favorable acogida tanto en España (Bilbao, Vitoria, Sevilla, Málaga, Granada, Zaragoza) como en el extranjero (Edimburgo, Birmingham, Nantes, Besançon, Belgrado o Antalya). Es por tanto buen momento para recordar al primer antecedente de estos vehículos, los primeros tranvías estandarizados construidos por esta firma, más en concreto por su antecesora, Carde y Escoriaza, embrión de la actual factoría de CAF en Zaragoza, construidos en la capital aragonesa hace 110 años.
El origen de estos tranvías estandarizados se remonta a la inauguración de la electrificación de los tranvías de Zaragoza, que tuvo lugar el 9 de octubre de 1902. Con este motivo, la firma aragonesa Carde y Escoriaza suministró a la empresa concesionaria seis coches de un nuevo diseño, dotados de una elegante carrocería de madera caracterizada por la presencia de tres grandes ventanales laterales, ligeramente curvados en su parte superior, y con el techo rematado con un linternón corrido. El acceso a los vehículos se aseguraba por las plataformas extremas, que eran abiertas, separadas del habitáculo interior mediante una puerta corredera.
Estas carrocerías se montaban sobre el que, posiblemente, era el mejor truck de tranvías del momento: el tipo 21-E de la firma norteamericana Brill. Curiosamente, ante el retraso que experimentó su transporte desde los Estados Unidos, el primero de estos tranvías circuló durante unos meses por la capital aragonesa montado sobre un truck prestado por la Compañía del Tranvía de San Sebastián.
Dado el éxito que, de inmediato, cosechó este modelo de tranvías, Carde y Escoriaza suministró otras catorce unidades idénticas a los tranvías de Zaragoza. Es preciso señalar que, aunque en su magnífico libro sobre los tranvías de la capital aragonesa, Javier Peña y José María Valero denominan a estos tranvías como «primitivos», es evidente que ésta no debió ser la denominación comercial de estos coches, entonces los más modernos de España. A partir de 1904, el mismo constructor desarrolló una versión de mayor capacidad, diferenciada de la anterior por la presencia de cuatro ventanales, en lugar de tres, en sus laterales. La compañía de tranvías de la capital aragonesa adquirió otras catorce unidades de este diseño.
Tranvía de Valencia, construido por Carde y Escoriaza y dotado de una carrocería prácticamente idéntica a los de la serie 1-20 de Zaragoza
Pronto, este modelo de tranvías adquirió una notable difusión en toda España y, tanto en su versión de tres ventanas como en la de cuatro, estuvo presente en numerosas redes tranvíarias de vía métrica, como es el caso de Valencia, San Sebastián, Valladolid, Gijón, Cádiz y Granada. Sin duda, esta última ciudad contó con los coches más singulares de este modelo ya que, junto a los catorce que adquirió para cubrir la red urbana de la ciudad del Darro, los Tranvías Eléctricos de Granada también incorporaron a su flota dos coches dotados de idéntica carrocería pero montados sobre truck de la firma suiza SLM, especialmente diseñados para su uso en la única línea de tranvías de cremallera de España; el que facilitaba el acceso hasta el palacio de la Alhambra.
Tranvía de San Sebastián correspondiente a la versión estándar de Carde y Escoriaza de cuatro ventanas laterales
Aunque muy modificado por el paso del tiempo y las reformas a las que fue sometido, el Museo del Ferrocarril de Gijón conserva en la actualidad el que probablemente sea el único resto de esta gran familia de tranvías eléctricos, tan representativos del pasado de este medio de transporte en España.
Tranvía preservado en el Museo del Ferrocarril de Gijón