La locomotora Santa Bárbara, hoy preservada en el Museo del Ferrocarril de Asturias, fue inicialmente adquirida para el ferrocarril minero de Arditurri. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
El
material móvil
No ha sido posible localizar
documentación precisa sobre el parque de material móvil con el que contó el
ferrocarril de Arditurri a lo largo de su historia, por lo que, además del
informe de Gumersindo Bireben, únicamente se ha podido contar con las informaciones
parciales que pueden proporcionar los listados de fabricantes de locomotoras
disponibles en el archivo del Museo Vasco del Ferrocarril, así como algunas informaciones
procedentes de la tradición oral de la zona, publicadas en diversas revistas del
entorno.
El informe de Gumersindo Bireben indica
que en el año 1924 se encontraban en las instalaciones del ferrocarril minero,
una locomotora de vapor de catorce toneladas, diez vagones metálicos de dos
metros cúbicos de capacidad, tres vagonetas tipo Koppel y dos mesillas de
transporte. A simple vista parece que es un material muy exiguo incluso para un
pequeño ferrocarril como el que nos ocupa. De hecho, hay constancia de la
presencia, al menos, de más locomotoras.
La primera máquina de vapor adquirida
para el ferrocarril minero de Arditurri fue construida por la firma británica
Kerr Stuart de Stoke-on-Trent (Inglaterra), con el número de fábrica 792. El
listado de locomotoras fabricadas por esta empresa indica que esta unidad fue
construida por encargo de la sociedad Chávarri
Hermanos, que fue enviada al puerto de Pasajes y, lo que es más revelador,
que fue bautizada con el nombre de «Arditurri». Por tanto, no cabe duda de que
esta locomotora perteneció a la línea objeto de este estudio.
La locomotora de vapor «Arditurri» fue
remitida desde las instalaciones de su constructor, al puerto de Pasajes, el 14
de febrero de 1902. Por tanto, es posible que fuera utilizada en el montaje de
la vía en la sección comprendida entre las minas de Arditurri y el barrio de
Altzibar. Esta máquina era del tipo tanque, es decir, sin ténder para agua y
carbón remolcados, y contaba con tres ejes motores.
La memoria de la ampliación de la línea
desde Altzibar a Pasajes indica que se pretendía adquirir una nueva locomotora
para esta sección, de construcción inglesa y de tres ejes, es decir, de
características muy similares a la «Arditurri». No ha sido posible determinar
la procedencia de esta locomotora, pese a que se han revisado los listados de
los fabricantes británicos y las locomotoras suministradas a la sociedad Chávarri Hermanos a principios de siglo,
pero es muy probable que existiese esta segunda locomotora, ya que una sola
máquina resultaba a todas luces insuficiente para atender con las suficientes
garantías el servicio de transporte en el ferrocarril minero.
Según indica José Ángel Rodríguez
Medina, esta segunda locomotora
era conocida con el nombre de «Montefuerte». Aunque no ha sido posible
localizar en los listados de fabricantes ninguna máquina con esta nombre, es
sabido que la sociedad Chávarri Hermanos
explotaba en un paraje próximo a Bilbao, denominado precisamente Montefuerte,
un grupo de minas hierro que también disponían de una pequeña red ferroviaria
dotada de vías con 750
milímetros de separación entre carriles, la misma medida
que la del ferrocarril de Arditurri.
Por tanto, es posible que esta segunda
locomotora procediese de las minas de Montefuerte donde, según el listado del
mismo fabricante que la «Arditurri», Kerr Stuart, la sociedad Chávarri Hermanos contaba con las
locomotoras «Buya» y «Ollargan» construidas en 1904 con los números de fábrica
868 y 869.
Aunque es probable que una de estas
locomotoras fuera enviada al ferrocarril minero de Arditurri, en todo caso, su
presencia fue efímera ya que según se desprende del informe redactado por
Gumersindo Bireben en 1924, ya no se encontraba en la línea.
Cuando en 1906 se hizo cargo de la
explotación minera la Compañía de las Minas de Hierro de Arditurri,
reforzó el parque de tracción del ferrocarril minero con una nueva locomotora
de vapor, en este caso, de construcción alemana.
En efecto, en 1907 se incorporó al
ferrocarril minero de Arditurri una nueva locomotora construida por la casa
Arnold Jung de Kirchen (Alemania), con el número de fábrica 1.034. Se trataba
también de una máquina tanque y de tres ejes acoplados, que fue bautizada con
el nombre de la patrona de los mineros, «Santa Bárbara».
La presencia de esta potente locomotora
fue también efímera ya que, debido a las dificultades económicas que arrastraba
la Compañía de
las Minas de Hierro de Arditurri, en 1911 fue objeto de un proceso de
embargo por vía judicial Un año más tarde se vendió
en pública subasta con un precio de salida de 22.500 pesetas y finalmente fue
adquirida por la Fábrica de Mieres (Asturias).
En su nuevo destino, la «Santa Bárbara»
fue muy apreciada y, dadas sus excelentes prestaciones, la Fábrica de Mieres decidió
contratar una locomotora idéntica con la casa Arnold Jung. Esta máquina fue
suministrada en 1921 con el número de fábrica 3.180 y el nombre de «Mariana».
La locomotora «Santa Bárbara» prestó
servicio en las líneas de esta empresa que enlazaban las minas Mariana, Baltasara
y Polio con la factoría siderúrgica, donde trabajó hasta principios de los años
setenta. Posteriormente quedó arrumbada en el lavadero de El Batán, hasta su
preservación por el Museo del Ferrocarril de Asturias, con sede en Gijón, donde
se encuentra expuesta al público. En la actualidad, aunque solamente funcionó durante
cuatro años en el ferrocarril minero de Arditurri, la «Santa Bárbara» es el
único testimonio del material móvil de este ferrocarril que se conserva en la
actualidad.
Es de suponer que ante la
venta en subasta de la «Santa Bárbara» y la probable desaparición de la «Montefuerte»,
la única locomotora disponible en el ferrocarril minero de Arditurri cuando la Real
Compañía Asturiana
de Minas se hizo cargo de la explotación en 1927, debió ser la «Arditurri».
Locomotora Deutz del ferrocarril de Arditurri. Archivo de Pedro Pérez Amuchastegui
Una sola locomotora no podía ofrecer
garantías para la prestación del servicio con la regularidad necesaria por lo
que la Real Compañía Asturiana de Minas decidió adquirir una
pequeña locomotora diesel fabricada por la casa alemana Deutz. En este caso, es
posible que se tratase de una máquina suministrada por dicho constructor el 24
de enero de 1928, con el número de fábrica 7.781, aunque la lista de
fabricación indica que esta unidad se remitió a la Real
Compañía Asturiana
de Minas (Torrelavega).
Por otra parte, según relata la
tradición oral de la zona, el ingeniero de la explotación en los primeros años
en que la gestión del tren minero fue directamente asumida por la Real
Compañía Asturiana
de Minas, el francés Georges Alfred Becq, modificó la vieja locomotora de
vapor «Arditurri», sustituyendo su sistema original de tracción por un nuevo
motor diésel. Aunque este tipo de adaptaciones no han sido comunes en los
ferrocarriles españoles, fueron relativamente frecuentes en las líneas
secundarias francesas, por lo que es probable que, en efecto, se realizase esta
transformación en los años treinta.
Por último, cabe señalar la presencia
de un pequeño autovía procedente de la adaptación de un automóvil de
fabricación norteamericana, según algunas fuentes orales un Ford y según otras un
Dodge. Este vehículo se empleaba para la inspección de línea y podía arrastrar
un par de pequeñas mesillas o vagonetas. Al parecer, hacia 1960 quedó destruido
en un accidente acaecido en un paso a nivel y fue sustituido por una dresina de
nueva construcción.
Composición del tren minero de Arditurri encabezado
por el automóvil adaptado
Por lo que respecta al material
remolcado, es de suponer que los vagones metálicos para el transporte de
mineral fueran construidos por los talleres de la sociedad Chávarri, Petrement y Cía, de Miravalles, especializados en este
tipo de productos. Sin embargo, aunque el informe de Gumersindo Bireben
menciona que «solamente me
he fijado en la existencia de …10 vagones», es posible que existiesen más unidades ya que según testimonios
orales, la locomotora Deutz arrastraba en sus viajes hasta catorce vagones. Por
otra parte, la Memoria
justificativa de la ampliación de la línea entre Altzibar y Pasajes indicaba la
previsión de adquirir veinte vagones de esta clase. Por tanto, parece probable
que el ferrocarril minero de Arditurri contase en su parque con, al menos,
veinte vagones para el transporte del mineral.
Además, el ferrocarril minero de
Arditurri contaba con tres coches de viajeros para el traslado de los mineros
residentes en Rentería y Oiartzun hasta el coto minero. El parque de material
remolcado se completaba con algunos vehículos auxiliares como mesillas y
vagonetas.