Un día como hoy, pero hace ahora un
siglo, se inauguraba el nuevo edificio
de viajeros de la estación de Atxuri, una de las terminales ferroviarias más
representativas de Bilbao, kilómetro cero del ferrocarril de vía métrica que
enlaza las capitales de Bizkaia y Gipuzkoa. Además, desde sus orígenes, sus
dependencias han albergado la sede social de la Compañía de los Ferrocarriles
Vascongados y, desde 1982, hasta nuestros días, las de la sociedad pública del
Gobierno Vasco, EuskoTren.
Vista del bilbaíno barrio de Atxuri tomada por Jean
Laurent en 1863. Se aprecia el futuro emplazamiento de la estación del
ferrocarril de Bilbao a Durango. Patrimonio Histórico, Ministerio de Cultura
En realidad, es preciso señalar que el nuevo
edificio inaugurado hace ahora un siglo vino a ampliar la primitiva terminal
del ferrocarril de Bilbao a Durango levantada cuando se inauguró este tren, el
30 de mayo de 1882. Esta estación había sido diseñada por el arquitecto Sabino
Goicoechea quién, además, era el director de la Compañía del Ferrocarril
Central de Vizcaya, concesionaria de la línea de vía estrecha. La construcción,
de sencillas líneas neoclásicas, contaba con una planta baja donde se ubicaban
las dependencias necesarias para el servicio, como taquillas y gabinete de jefe
de estación, así como dos pisos en los que se emplazaban las oficinas de la empresa
ferroviaria.
Proyecto de la primitiva estación de Atxuri,
diseñado por Sabino Goicoechea. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Las primitivas instalaciones de la estación de
Atxuri contaban también con una pequeña cochera para el material móvil y una
placa giratoria situada en la cabecera de la estación, así como aguada y
depósito de carbón para alimentar a las locomotoras de vapor.
Plano de las instalaciones de la primitiva estación de Atxuri. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Las dependencias de la estación de Atxuri pronto
quedaron pequeñas ante el creciente tráfico que registraba la línea del Central
de Vizcaya, sobre todo a medida que sus servicios se prolongaban hacia Gipuzkoa.
De hecho, apenas habían transcurrido una docena de años desde su inauguración
cuando, en 1895, se procedió a ampliar sus instalaciones y a instalar una
elegante marquesina metálica que cubría las vías y los andenes principales,
para proteger, tanto a los viajeros como al material móvil. Para financiar
estas obras, la empresa incrementó el precio de los clásicos billetes de andén
que, en aquella época, debían adquirir quienes acudían a la estación para
acompañar o recibir a sus allegados.
Vista de la
primitiva estación de Atxuri, hacia 1885. Fotografía de Telesforo Errazquín. Archivo Museo Vasco
de Bilbao
En 1906, el ferrocarril Central de Vizcaya se
integró en la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados, junto a las empresas
concesionarias de las líneas de Durango a Zumárraga y de Elgoibar a Donostia.
La ampliación de los servicios ferroviarios directos hasta la capital
guipuzcoana supuso un notable incremento del tráfico de viajeros y mercancías
y, por tanto, la necesidad de modernizar las instalaciones de la terminal de
Atxuri. Sin embargo, el 5 de mayo de 1911, cuando la nueva empresa estudiaba la
mejora de estas dependencias, el descarrilamiento de un tren, cuyos vagones impactaron
contra los soportes de la marquesina, provocó tan graves daños que, finalmente,
se optó por demolerla y sustituirla por una estructura más sencilla, adosada a
la fachada de los edificios existentes. Al mismo tiempo se aceleraron los
planes para la construcción de una nueva terminal ya que las instalaciones
existentes resultaban insuficientes para atender en las debidas condiciones el
creciente tráfico de viajeros.
Vista de la estación de Atxuri, en la que se
observa la marquesina metálica sobre las vías y andenes construida en 1895.
Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El concurso
Para proceder a la mejora definitiva de las
instalaciones, el Consejo de Administración de los Ferrocarriles Vascongados
decidió, el 29 de noviembre de 1911, anunciar un concurso restringido entre los
arquitectos más prestigiosos de Bilbao. Como premio se ofrecía al ganador la
dirección de la obra así como 6.000 pesetas en metálico, 1.500 pesetas para el
segundo clasificado y 1.000 pesetas para el tercero. A la convocatoria se
presentaron los colegiados José Guimón, Enrique de Epalza, Nazario Llano,
Ismael Gorostiza, José Aragón, Diego de Basterra y Manuel María Smith. Curiosamente,
éste último, quien a la postre sería el
vencedor del concurso, presentó su propuesta fuera de plazo, al entregarlo con
dos horas de retraso, pero su anteproyecto fue finalmente admitido por
sugerencia del Presidente de la Asociación de Arquitectos de Vizcaya.
Proyecto de nuevo edificio para la estación de
Atxuri redactado por Enrique Epalza. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del
Ferrocarril
Una vez analizados todos los anteproyectos, la
empresa realizó una primera criba y seleccionó los presentados por los
arquitectos José Guimón, Enrique Epalza y Manuel María Smith, a quienes
solicitó la redacción de los proyectos definitivos. Su trabajo fue a su vez sometido
al juicio de un jurado propuesto por la Asociación de Arquitectos de Vizcaya, compuesto por los arquitectos José Picaza, Mario Camiña y Raimundo
Beraza. El 1 de mayo de 1912 este tribunal emitió el siguiente veredicto:
La labor encomendada al Jurado que
suscribe, de dictaminar sobre los proyectos presentados al concurso abierto por
la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados para la construcción de la
estación de Achuri, no está exenta de dificultades y no la hubiéramos aceptado,
sino teniendo en cuenta que, por una parte es muy honrosa nuestra misión, y que
además nuestro nombramiento ha sido hecho por la Asociación de Arquitectos de
Vizcaya, a la que pertenecemos así como todos nuestros compañeros de la Provincia.
Fácil nos hubiera sido dar razones para eludir esta obligación, pero razones
mal encubiertas con el manto del egoísmo no deben exponerse en contra de una
generosa confianza que en nosotros han depositado nuestros compañeros. Si al
mismo tiempo que esta confianza nos hubieran dado nuestros compañeros una parte
de su talento, nuestra labor hubiera sido más fácil y su resultado tal vez más
acertado. Con nuestras escasas luces, pero con mucha voluntad, buen deseo y
gran independencia hemos procurado cumplir nuestra misión cuyo resultado vamos
a exponer.
Proyecto de nuevo edificio para la estación de
Atxuri diseñado por José Guimón. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Hacemos
constar en primer término que en nuestro concepto, la Compañía de los
Ferrocarriles Vascongados pudiera elegir cualquiera de los tres proyectos para
llevarlo a la práctica en la inteligencia de que coronaba con éxito su feliz
idea de dotar a Bilbao de una estación ferroviaria que sustituya a la actual.
Con esto
pudiéramos dar por terminado nuestro cometido, si no nos hubiéramos propuesto
al aceptar el cargo, atenernos a las bases del concurso, pero éste nos ha
obligado a emitir nuestra opinión, estableciendo el orden en que deben
adjudicarse los premios. Hemos tratado de informar detalladamente cada uno de
los tres proyectos, haciendo ver sus ventajas e inconvenientes, sus
perfecciones y defectos, pero a medida que avanzábamos en el estudio, cuando
más deliberábamos, nos íbamos convenciendo de que este modo de informar, además
de que en nada altera el resultado definitivo del dictamen, podría en cambio
dar lugar a grandes disgustos y posteriores discusiones, siempre estériles, y
lo que es peor, a que se debilitase la estrecha unión y franca armonía, que no
debe dejar de existir entre compañeros de carrera. Por estas consideraciones
hemos desistido de fundamentar nuestra opinión, es más, llegado a su término el
plazo que se nos asignaba para emitir nuestro informe, se hacía necesario
proponer tres premios para los tres proyectos y nos convencimos de que nuestras
opiniones eran bien distintas, no estábamos de acuerdo los tres jurados
respecto a las calificaciones que debíamos hacer de los tres proyectos. En
vista de esto, nos hemos visto precisados a resolver el asunto por votación. El
resultado de ella es el siguiente:
Primer premio: Manuel María
Smith
Segundo
premio: Enrique Epalza
Tercer
premio: José Guimón
Esto en
cuanto, en cumplimiento de nuestra misión tenemos el honor de someter a la
consideración de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados. Bilbao, 1º de
mayo de 1912. José Picaza, Mario Camiña, Raimundo Beraza.
Proyecto ganador del concurso convocado por la
Compañía de los Ferrocarriles Vascongados, redactado por el arquitecto Manuel
Mª Smith. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Tras la emisión de este dictamen, el Consejo de
Administración de los Ferrocarriles Vascongados, en sesión celebrada el 9 de
mayo de 1912 resolvió:
1º.- Conceder
al Arquitecto D. Manuel Mª Smith el primer premio del concurso, y, por
consiguiente, la dirección y ejecución de las obras de la nueva estación, según
su propio proyecto, calificado como preferente por la mayoría de los votos del
Jurado de Arquitectos, sin perjuicio de algunas variaciones que deberán
introducir, especialmente para dar salida de la estación y comunicación con el
interior de la villa a los automotrices que en su día se establezcan.
Hace un siglo, los tranvías urbanos de Bilbao
también efectuaban parada en la estación de Atxuri. Archivo EuskoTren/Museo
Vasco del Ferrocarril
2º.- En
atención a que los otros dos proyectos de los respectivos señores D. Enrique
Epalza y D. Pedro Guimón, han merecido también la aprobación del mismo Jurado,
y teniendo en cuenta que con la ejecución de cualquiera de ellos, estarían
espléndida y satisfactoriamente cumplidos todos los fines que, al abrir el
concurso, se propuso el Consejo, sean dos premios extraordinarios de dos mil
pesetas cada uno, concedidos a dichos señores como testimonio de merecida
distinción y pequeña recompensa de los estudios y trabajos, verdaderamente
notables, que han presentado.
3º.- Otorgar
un voto de gracias a los Sres. D. José Picaza, D. Mario Camiña y D. Raimundo
Beraza, que han formado el Jurado calificador, por el acierto, independencia y
sinceridad con que han llevado a cabal la honrosa y difícil misión que les fue
encomendada, y que, como demostración de agradecimiento, se les obsequie con un
objeto de arte, concediéndoles un billete de libre circulación por estas líneas
por el corriente año.
Vista del edificio diseñado por Manuel Mª Smith.
Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Respecto
al primero de los apartados, es preciso señalar que, en aquella época,
Ferrocarriles Vascongados estaba estudiando la posibilidad de implantar
servicios de tren-tranvía, mediante el uso de automotores con motores de
combustión interna. Estos vehículos podrían circular tanto por las vías
ferroviarias como por las calles de Bilbao de forma similar a los trenes que los
propios Vascongados explotaban entre Zarautz y Donostia. De ahí que se decidiera
dimensionar la puerta principal del nuevo edificio para poder asegurar el
futuro paso de los trenes.
Interior de la estación de Atxuri. En la imagen se
aprecia una locomotora tipo “Euzkadi” y otra del tipo de la “Aurrera”.
Afortunadamente, ambas se conservan en el Museo Vasco del Ferrocarril. Archivo
librería Astarloa
La nueva
estación
La construcción de la nueva terminal, en realidad
ampliación de la existente, ya que los antiguos edificios se mantuvieron y quedaron
integrados en el conjunto, exigió la adquisición de los portales números 11 y
13 de la calle Atxuri, con el fin de aproximar la estación un centenar de
metros hacia el centro de la ciudad, y permitir el desarrollo de las obras sin
que éstas afectasen el desarrollo normal del servicio ferroviario.
El obispo de Vitoria presidió la inauguración de la nueva estación de Atxuri. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Los trabajos para levantar el nuevo edificio fueron
adjudicados, el 27 de julio de 1912,
a la empresa Domingo Hormaeche y Cía., y se
desarrollaron a buen ritmo por lo que la nueva terminal pudo ser inaugurada el
23 de febrero de 1914, en un acto presidido por el Obispo de Vitoria. El banquete se celebró en el elegante restaurante establecido en el primer piso, con este apetitoso menú:
Entremeses
Consomé Luis XV
Fritos variados
Bacalao a la vizcaína
Menestra bilbaína
Solomillo al jugo
Jamón en dulce
Postres: Mantecado, tostadas, dulces y fruta
Vinos: Borgoña, de Bodegas Bilbaínas, Champagne, de Veuve Clicquot
Café, licores y habanos
En 1929 se electrificaron las vías de la estación de Atxuri. Fotografía de Xavier Santamaría
Además, como recogían los periódicos de la época "Unos ciento treinta empleados de los distintos servicios de la estación de Achuri, celebrarán esta noche la inauguración efectuada con animado banquete, costeado por la Compañía
Vista de la estación de Atxuri, tomada en los años
setenta. Fotografía de Javier Fernández López
Inaugurada la nueva terminal, la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados procedió a la completa remodelación de
los edificios de la antigua estación ya que en ellos se distribuyeron las
diversas oficinas, despachos y otras dependencias administrativas de la
Compañía de los Ferrocarriles Vascongados.
Torre de la estación de Atxuri, rematada por su reloj y campanario. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En el primer piso del nuevo edificio de la estación
de Atxuri se dispuso un elegante
restaurante, que contaba con una amplia terraza con vistas sobre la ría de
Bilbao y las vías del tren, mientras que la planta superior se destinó a fonda, dotada de nueve habitaciones. La explotación de estas dependencias fue arrendada en febrero de 1914 al
hostelero bilbaíno Modesto Arana. Durante la Guerra Civil, esta dependencia fue
la sede de la policía de ferrocarriles de la Ertzaintza. Por otra parte, la
torre que remata la terminal fue dotada de un magnífico reloj de accionamiento
electromecánico, suministrado por la firma alemana AEG. Resulta llamativo que
dicho reloj dispone de una campana que marca el paso de las horas, algo
verdaderamente infrecuente en los relojes ferroviarios.
Estado en que quedaron los andenes de Atxuri tras las inundaciones de 1983. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La
estación de Atxuri apenas experimentó cambios de importancia hasta el año 1983,
cuando las inundaciones
de agosto dañaron considerablemente sus instalaciones, ya que el nivel del
Nervión llegó a cubrir por completo la planta baja y arrasó todas las
dependencias a su paso. Además de los destrozos sufridos por el propio edificio
de la terminal, las aguas destruyeron una pequeña cochera existente junto al
paseo de Los Caños y arrastraron varios vehículos al lecho del río.
En el año 2002, la estación de Atxuri recuperó un viejo amigo: el tranvía. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Tras la completa rehabilitación de las dependencias
de la histórica terminal, la estación de Atxuri no experimentó más
modificaciones de importancia hasta el año 2002, cuando, con motivo de la
construcción de la primera línea de tranvías modernos de Bilbao se procedió a
remodelar sus accesos con el fin de mejorar la intermodalidad entre ambos
sistemas de transporte. Además, en los terrenos anteriormente ocupados por el
cocherón destruido en 1983 se emplazó el taller de mantenimiento de los
tranvías y en las vías del antiguo apartadero de la Angulera se estableció una sencilla cochera, dotada de instalación
de limpieza y capaz de albergar hasta diez unidades. Esta operación exigió la instalación de cinco agujas
especiales dotadas de corazón móvil, con el fin de hacer compatible el paso de
trenes y tranvías, ya que el perfil de rueda de estos últimos es sensiblemente
diferente al de los primeros.
La estación de Atxuri alberga las nuevas cocheras y talleres del tranvía de Bilbao. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Transcurrido un siglo desde su inauguración, la
estación de Atxuri se ha convertido en uno de los principales referentes de
este popular barrio bilbaíno, manteniendo a su vez su doble función de terminal
ferroviaria y de sede social de EuskoTren, mientras que el peculiar sonido de
la campana de su reloj monumental, sigue marcando el transcurrir del tiempo en
el barrio.
En el año 2007, la tracción vapor volvió por un día a Atxuri, con ocasión de la celebración del centenario del ferrocarril de Bilbao a Donostia. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi