Coche Break del Ferrocarril Central de Vizcaya
Esta semana nos dejaba Javier Aranguren, sin duda, uno de los mayores investigadores y divulgadores de la historia ferroviaria de nuestro país. Una de sus grandes obras es la que dedicó a los coches-cama, restaurantes y salones de la Península Ibérica. Como modesto homenaje a su trabajo, reproduzco a continuación el capitulo dedicado a los trenes de lujo de los Ferrocarriles Vascongados, publicado en su día en el libro que dediqué a la historia del ferrocarril de Bilbao a San Sebastián.
La
electrificación de las líneas de los Ferrocarriles Vascongados en 1929, trajo consigo la
introducción de nuevos coches Pullman
con los que se consolidó uno de los servicios más característicos de la línea
de Billbao a San Sebastián: los trenes de lujo, algo poco común en la vía
estrecha europea y caso único en el Estado español.
Pruebas de los coches Pullman de los Ferrocarriles Vascongados en vísperas de la puesta en marcha de la electrificación
Los
primeros antecedentes de los trenes de lujo en esta línea se remontan al año
1885, cuando el Consejo de Administración del Central de Vizcaya decidió, en su
sesión del 10 de junio
transformar
uno de sus coches de segunda clase en un saloncito decentemente arreglado… con
el objeto de conservar el salón en buen estado y tenerlo de reserva para los
casos extraordinarios que pueden presentarse, y con el fin de remunerar los
gastos que pueda ocasionar la construcción de dicho saloncito, debe alquilarse
a las personas que lo soliciten, cobrando desde Bilbao a Durango cincuenta
pesetas, y si fuese la ocupación de ida y vuelta en el mismo día de ochenta
pesetas, más si el peticionario fuese un Consejero para utilizarle él y su
familia y amigos que le puedan acompañar no se cobre más que la mitad de los
expuesto, según el caso. Solo podrán admitirse en el saloncito break, por el
precio expresado, diez viajeros; los que excedan de este número tendrán que
proveerse de un billete de primera clase cada uno, como en viaje en el carruaje
respectivo.[1]
Tras
esta primera experiencia de alquiler del coche de lujo break, el siguiente paso fue la implantación de los coches buffet con motivo de la construcción del
ferrocarril de Durango a Zumárraga. Este servicio era fruto de la iniciativa de
un particular que adquirió los vehículos tras alcanzar un acuerdo con el
Central de Vizcaya y la compañía de Zumárraga. Este convenio señalaba que las
personas que viajasen en estos vehículos deberían adquirir billete de primera clase
y abonar un suplemento de doce reales del que un 25% se entregaría a cada una
de las concesionarias.[2]
Coche salón construido por la firma norteamericana Allison
En
febrero de 1901, las tres concesionarias del ferrocarril de Bilbao a San
Sebastián decidieron comprar un coche salón y otro comedor, ambos construidos
por la firma norteamericana Allison, con destino a un nuevo servicio de trenes
de lujo entre ambas capitales y, poco después, en junio de ese año, adquirieron
de forma mancomunada, a su anterior propietario, los dos coches buffet.[3]
El
26 de junio de 1902 se firmó un convenio con la prestigiosa Compañía
Internacional de Wagons Lits, para que se hiciese cargo de la atención al
cliente en los coches salones.[4] Sin
embargo, la gestión de este servicio por parte de dicha empresa fue breve ya
que, como consecuencia de las graves desavenencias surgidas entre el Central de
Vizcaya y los ferrocarriles de Durango a Zumárraga y de Elgoibar a San
Sebastián en aquellos años, la circulación de los trenes de lujo quedó suspendida a partir del
14 de febrero de 1904.[5]
Una
vez constituida la Compañía
de los Ferrocarriles Vascongados, la nueva empresa retomó la gestión de los
trenes de lujo a partir del 9 de febrero de 1907.[6] Desde
esta fecha diariamente circulaba una expedición en cada sentido, con salida de
Bilbao a las 10:05 y de San Sebastián a las 9:45, que invertían en el trayecto
cerca de tres horas frente a las cuatro que necesitaban los trenes ordinarios.
Estos servicios, cuya composición estaba formada únicamente por locomotora, un
furgón de equipajes y un coche salón con capacidad para 20 viajeros, sólo
efectuaban parada en las estaciones de Amorebieta, Durango, Málzaga, Deva y
Zarauz. Durante el primer ejercicio, la ocupación media de viajeros fue de 22
personas.
Coche salón construido por los Ferrocarriles Vascongados en sus propios talleres de Durango en 1907. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
La
demanda de los trenes de lujo era marcadamente estacional, con una elevada
ocupación entre los meses de junio y octubre. Sin embargo, la empresa consideró
conveniente mantenerlo durante todo el año ya que, aunque en invierno apenas
generaba beneficios económicos, «dicho tren contribuye al buen nombre de la
Compañía».[7] Para
su utilización, los viajeros debían adquirir previamente los correspondientes
billetes de primera clase con destino a la estación extrema, en el sentido de
su marcha, aun cuando fueran a abandonar el tren en alguna parada intermedia.
Para poder ocupar asiento era además preciso abonar un suplemento de 5 pesetas
por persona, independientemente al recorrido que realizase.[8]
Los
trenes de lujo circularon con regularidad hasta el 10 de febrero de 1911, fecha
en la que fueron suprimidos en un momento de especial penuria en el parque
motor de la Compañía ,
con numerosas máquinas averiadas o en mal estado.[9] En
estas circunstancias no era posible disponer de las locomotoras necesarias para
la tracción de un servicio prestigioso pero de baja demanda, pese a que para
mejorarla se decidió en 1907 admitir entre Bilbao y Durango viajeros de las
tres clases, al agregar en este trayecto a la composición los coches
necesarios.[10]
Pese
a la supresión de los servicios regulares de trenes de lujo, la compañía de los
Ferrocarriles Vascongados mantuvo la posibilidad de alquilar los coches salones
mediante el pago mínimo de diez billetes de primera clase y el recargo de un
50%, mientras que los viajeros que excediesen de este número podían viajar sin
el citado recargo. En todo caso, la percepción mínima por el servicio era de 50
pesetas.[11]
Itinerario de un tren especial para la Reina María Cristina, en el que se emplearon los coches salones de los Ferrocarriles Vascongados
La
electrificación de la línea de Bilbao a San Sebastián supuso la recuperación
del concepto de los trenes de lujo, en este caso de la mano de cinco elegantes
coches salones Pullman, de los que
tres disponían de un departamento donde se ubicaba un pequeño bar desde el que
se atendían las peticiones de la distinguida clientela, que era servida por los
camareros de la
Compañía Internacional de Wagons Lits en su propia butaca.[12]
Vascongados adquirió al efecto el necesario menaje, incluida la fina vajilla
grabada con el anagrama de la empresa, suministrada por la prestigiosa firma
británica Elkingthon Co. Ltd.[13]
Coches Pullman suministrados a Ferrocarriles Vascongados por la firma inglesa The Leeds Forge
Aunque
en principio la Compañía
de los Ferrocarriles Vascongados deseaba que los nuevos trenes de lujo tuvieran
su origen y destino en la estación de Hendaya, con el fin de facilitar los
viajes internacionales de sus clientes, las elevadas demandas económicas del
concesionario del ferrocarril de San Sebastián a la frontera, que exigió 480 pesetas
diarias por el arrastre de un coche y un furgón en cuatro trenes, hizo que se
abandonara esta interesante idea.[14]
Finalmente el servicio se limitó a la unión de Bilbao y San Sebastián con dos
circulaciones diarias en cada sentido que únicamente efectuaban parada en
Amorebieta, Durango, Eibar, Málzaga, Deva, Zumaya y Zarauz. La composición
estaba formada, por lo general, por un automotor Ganz, que ofrecía plazas de
tercera clase y el departamento furgón necesario para el transporte de
equipajes, un coche de primera clase y un coche salón con bar, al que se
incorporaba, en caso de exigirlo la demanda, un segundo salón sin este
departamento.
Lujoso interiorismo de los coches Pullman de los Ferrocarriles Vascongados
La
coincidencia de la recuperación de los trenes de lujo con la crisis mundial de
1929 retrajo considerablemente la demanda potencial de ese servicio, por lo que
el 20 de octubre de 1930 se procedió a la supresión de una de las
circulaciones. En contrapartida, se decidió incorporar un coche Pullman a la composición del último tren
diario entre Bilbao y San Sebastián, los correos Nº 20-21.[15] A lo
largo de los años treinta, la situación, lejos de mejorar, se deterioró aun
más, por lo que finalmente se suprimieron.
Cruce de un tren de lujo de los Ferrocarriles Vascongados en la estación de Mallabia
Superada
la Guerra Civil ,
Vascongados estableció de nuevo sus trenes de lujo, tal y como recogía la
crónica publicada en La Gaceta del Norte el 9 de julio de 1939:
En el tren de lujo a San Sebastián
Un viaje
urgente a la frontera nos animó el otro día a tomar el tren de lujo que ha
establecido la Compañía
de los Ferrocarriles Vascongados. Sirvan estas líneas de espontáneo reclamo a
la feliz innovación, que no sólo hace más breve el camino, ya que apenas se
tarda en ese tren de Bilbao a San Sebastián lo que yendo en un buen automóvil,
sino que el viajero se encuentra con la agradabilísima sorpresa de un tren limpio,
cómodo, con los dorados brillantes, inmaculadas las blancas telas que cubren
los respaldos de los asientos de primera, pintados los techos y cuidado, hasta
la minucia, el aseo de los suelos y de los cristales de los amplios ventanales
Para el que desee
más lujo, por una insignificante cantidad de sobreprecio al normal de primera,
un coche pullman le ofrece cómodas y amplias butacas, magníficas alfombras y un
bien resuelto sistema de refrigeración.
Metálico todo
el tren –los asientos de una tercera amplia y también muy limpia– arranca con
suavidad muy agradecida por el viajero, y apenas molestan las numerosas curvas
del complicado trayecto que va ofreciendo la delicia de este paisaje
incomparable de Vizcaya y de Guipúzcoa que invita a contemplarlo con frecuencia
cuando como en este plausible caso, las Compañías ferroviarias se deciden a
ofrecer servicios perfectos y se preocupan de los más pequeños detalles de
comodidad y, sobre todo, de limpieza. Nada más grato para el periodista que
aplaudir y animar públicamente a que ejemplos como este se prodiguen.
El tren de
lujo de los Vascongados, por todo esto y porque la Compañía ha añadido el
acierto de la hora de salida, tanto de Bilbao como de San Sebastián, las 9
aproximadamente de la mañana, y el no menor de suprimir la mayor parte de las
paradas en estaciones de escaso movimiento, merece ser acogido con la mayor
simpatía por el público.
Coche Salón Nº 1 de los Ferrocarriles Vascongados, fotografiado por Javier Aranguren en 1970
El
Tren de Lujo fue durante años el buque insignia de los Ferrocarriles
Vascongados, y el prestigio de confort y refinamiento compensaba con creces sus
escasos rendimientos. Sin embargo, a medida que la situación financiera de la
empresa se deterioraba, fue necesario reducir los gastos de explotación y, de
este modo, el 30 de junio de 1971 se eliminó el servicio de bar.[16] Posteriormente,
la inauguración de la autopista Bilbao-Behobia y la consiguiente reducción de
los tiempos de viaje de la carretera frente al ferrocarril, hizo que este tren
perdiera su atractivo, por lo que Feve decidió suprimir su circulación a partir
del 4 de septiembre de 1977.
Unidad de la serie 3500 adaptada para el servicio Bidexpress
Tras
la eliminación del Tren de Lujo, desaparecieron en la línea de Bilbao a San
Sebastián los trenes semidirectos hasta que el 26 de diciembre de 1988 se
implantó el nuevo servicio Bidexpress, asegurado mediante unidades eléctricas
de la serie 3500 dotadas de equipos de vídeo para entretenimiento de los
pasajeros y en los que, en principio, era obligatoria la reserva previa del
billete. En estos trenes, el coche motor se habilitó como furgón para el
transporte de paquetería urgente.
Los
trenes Bidexpress, que únicamente efectuaban parada en Durango, Eibar, Deva,
Zumaya y Zarauz, circularon hasta el año 1995 tres veces al día en cada sentido
entre Bilbao y San Sebastián, aunque en los últimos años ya no era necesaria la
reserva obligatoria. Posteriormente un nuevo producto, que pretendía recuperar
la tradición de confort del antiguo tren de lujo, el EuskoPullman, recogió el
testigo de los trenes semidirectos.
El servicio Euskopullman se prestó con tres unidades de la serie 300 especialmente habilitadas
El
Euskopullman comenzó su andadura el 13 de mayo de 1998 y únicamente efectuaba
parada en Achuri, Bolueta, Durango, Eibar, Zarauz y San Sebastián , estación
desde la que a partir del 3 de julio prolongó su recorrido hasta Hendaya, con
el fin de enlazar con los trenes de alta velocidad de la SNCF a París. Pese a las
comodidades que el EuskoPullman ofrecía a sus clientes, con servicio de
cafetería y prensa gratuita, la demanda que registró en los primeros meses hizo
que su circulación quedase limitada, a partir del 12 de abril de 1999, a los fines de semana
y a la temporada estival.
[1] Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración
Nº 1, p. 326.
[2] Ferrocarril de Durango a
Zumárraga, Libro de Actas del Consejo de
Administración Nº 1, pp. 308-309.
[3] Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración
Nº 4, p. 62.
[4] Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración
Nº 4, p. 178 y 184.
[5] Ferrocarril Central de
Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de
Administración Nº 5, p. 38. La
Compañía del ferrocarril de Durango a Zumárraga rompió el
convenio con la
Compañía Internacional de Wagons Lits el 23 de febrero de
1905. Ferrocarril Central de Vizcaya, Libro
de Actas del Consejo de Administración Nº 5, p. 114.
[6] Ferrocarriles Vascongados,
Memoria del ejercicio 1907, pp. 9-10.
[7] Ferrocarriles Vascongados,
Libro de Actas de las Juntas Generales Nº
1, p. 6.
[8] Guía general de ferrocarriles, julio
1908, p. 78.
[9] Ferrocarriles Vascongados,
Libro de Actas del Comité Ejecutivo, Nº 1,
p. 490.
[10] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración, Nº 1, p. 25.
[11] Ferrocarriles
Vascongados, Álbum guía de 1912, s/p
[12] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración Nº 4, p. 247. El contrato con la Compañía Internacional
de Wagon Lits se aprobó el 18 de marzo de 1929 y Vascongados percibía el 75%
del suplemento que abonaban los viajeros por utilizar este servicio.
[13] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración Nº 4, p. 232.
[14] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración Nº 4, p. 261.
[15] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración Nº 5, p. 18.
[16] Ferrocarriles
Vascongados, Libro de Actas del Consejo
de Administración Nº 13, p. 42.