Tren del ferrocarril de Haro a Ezcaray. Fotografía de Jeremy Wiseman
Hoy, 9 de julio se conmemora el primer
centenario de la inauguración del ferrocarril de vía métrica de Haro a Ezcaray,
en La Rioja. Esta pequeña línea recibió el cariñoso apelativo de «bobadilla» al
parecer a los habitantes de Haro que sus trenes eran poca cosa en comparación
con las grandes composiciones de la Compañía del Norte que, desde 1863, daban
servicio a la ciudad jarrera.
Locomotora de vapor Nº 3 del ferrocarril de Haro a Ezcaray. Las tres locomotoras de esta línea fueron adquiridas de ocasión al non nato ferrocarril de Gijón a San Martín, donde no habían llegado a prestar servicio. Fotografía de Frank Jones. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El ferrocarril de Haro a Ezcaray, de 34 kilómetros de
recorrido, partía de la estación del Norte de Haro para, tras atender la
estación de Haro-Ciudad, recorrer los fértiles valles de los ríos Tirón y Oja,
así como sus principales localidades: Casalarreina, Castañares, Bañares, Santo
Domingo de la Calzada, Santurde/Santurdejo y Ojocastro, para rendir viaje en la
terminal de Ezcaray. Los orígenes de esta línea se remontan a las últimas
décadas del siglo XIX, cuando se plantearon las primeras iniciativas, impulsadas
por la riqueza minera de la Sierra de la Demanda. Al primer proyecto
ferroviario le siguieron otras propuestas para la implantación de diversas
líneas de tranvías interurbanos en la zona, hasta que, finalmente, fue incluido
en la Ley de Ferrocarriles Secundarios de 1908. Tras varias subastas que
resultaron desiertas, el 7 de enero de 1913 el gobierno otorgó la concesión al
conocido empresario aragonés Nicolás Escoriaza Fabro. Poco después, el 7 de
abril del mismo año, se constituía en Madrid la sociedad del Ferrocarril
Secundario con garantía de interés del Estado, de Haro a Ezcaray, S.A., a la
que Escoriaza transfirió la concesión.
Estación de Haro-Ciudad. Fotografía de Christian Schnabel. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Las obras de construcción se iniciaron el 17 de mayo
de 1913, en un solemne acto celebrado en la estación de Santo Domingo de la
Calzada, que fue presidido por Miguel Villanueva, a la sazón ministro de
Fomento. La construcción de la línea se llevó a cabo bajo la dirección del
ingeniero Jesús Ramírez y, aunque la crisis que provocó en sus inicios la
Primera Guerra Mundial en la economía española ralentizó los trabajos y
dificultó los suministros, en tres años se pudieron concluir los trabajos y el
9 de julio de 1916 se inauguraba la línea, en un acto nuevamente presidido por
el ministro Villanueva. Sin embargo, parece que en su ministerio no estaban muy al corriente de sus andanzas, ya que la preceptiva autorización ministerial para el inicio
de la explotación no llegaría hasta el mes de diciembre, ¡cuando la línea ya
llevaba 155 prestando servicio con toda normalidad…
Vagón plataforma del ferrocarril de Haro a Ezcaray, construido en la Fábrica de Vagones de Beasain. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El ferrocarril de Haro a Ezcaray contribuyó
eficazmente a dinamizar la economía y la sociedad de las comarcas que atendía.
Sin embargo, como muchos otros ferrocarriles secundarios, no fue capaz de hacer
frente a la competencia de los nuevos transportes mecánicos por carretera y,
faltos de recursos, sus promotores no tuvieron más remedio que cerrar la línea
el 16 de enero de 1964.
Material del ferrocarril de Haro-Ezcaray. Fotografía de Jeremy Wiseman