Tren del
ferrocarril de Alcoi a Gandía esperando iniciar el viaje descendente en la
estación de Alcoi. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del
Ferrocarril
Hoy, 25 de enero de 2018 se conmemora el 125 aniversario de la inauguración de uno de los ferrocarriles más recordados del País Valenciano, el añorado “tren dels anglesos” que durante cerca de 75 años enlazó el puerto de Gandía, en la provincia de Valencia, con la industriosa ciudad de Alcoi (Alacant).
A mediados del siglo XIX Alcoi era una de las poblaciones más industrializadas de España, en la que dominaban el sector textil y, sobre todo, el papelero. Sus fábricas habían nacido gracias a la potencia hidráulica de los ríos Barxel, Molinar y Riquer, que en este entorno se unen para formar el Serpis. Sin embargo, la evolución tecnológica de la época exigió sustituir los antiguos molinos por modernas máquinas de vapor, exentas de las limitaciones que presentaban los periodos de estiaje de los ríos, pero que, naturalmente, debían consumir carbón de importación, ya que no había yacimientos de este combustible en el entorno. De este modo, la necesidad de disponer de un medio de transporte de gran capacidad se hizo cada vez más acuciante ya que no solo era necesario para facilitar la salida de los productos de sus fábricas, sino también para poder acarrear el carbón que demandaban sus voraces calderas.
Estación
de L’Ortxa. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del
Ferrocarril
Los primeros proyectos ferroviarios en Alcoi se remontan a los propios orígenes de este medio de transporte en el País Valenciano y, de hecho, en diversos estudios se barajó la posibilidad de desviar por el valle de Albaida la vía férrea de Valencia a Almansa (donde a su vez enlazaría con el ferrocarril de Madrid a Alacant), lo que habría facilitado la conexión con la industriosa ciudad alicantina. Sin embargo, la traza finalmente se tendió más al oeste, buscando un camino más directo hacia la Meseta por los valles de Moixent y Montesa, quedando Alcoi al margen de las nuevas vías de comunicación.
Tras diversos intentos, nuevamente infructuosos, la concesión otorgada por el gobierno a Ángel Calderón Martínez el 3 de septiembre de 1880 para construir un ferrocarril de vía estrecha desde Villena, estación de enlace con el ferrocarril de Madrid a Alcant, por una parte hacia Alcoi y por otra aYecla, hizo que renaciera la esperanza en la ciudad de los tres ríos. Sin embargo, iniciadas las obras con ímpetu e inaugurado el primer tramo entre Villena y Banyeres el 12 de abril de 1884, un año más tarde las dificultades económicas de la empresa promotora paralizaron los trabajos en las proximidades de Bocairent, frustrando nuevamente los anhelos alcoianos.
Paso de
un tren del Alcoi-Gandía por el empalme con la línea de Carcaixent a Dénia.
Fotografía de Jordi Casaponsa
Un nuevo proyecto, en este caso en vía ancha, comenzó a fraguarse en 1887 cuando José Campo Pérez, promotor de la principal compañía ferroviaria de la región, la de los ferrocarriles de Almansa, Valencia y Tarragona, obtuvo el 22 de julio una concesión para construir y explotar una vía desde Xàtiva hasta Alcoi, línea que en el futuro podría prolongarse por el interior hasta Alacant, lo que permitiría establecer una comunicación más directa entre Valencia y Alacant que la existente hasta entonces a través Almansa. Sin embargo, la construcción de esta línea también debió afrontar dificultades de todo tipo; desde la falta de recursos hasta la muerte de su propio concesionario, por lo que no llegó a ser completada hasta el 23 de septiembre de 1903, de la mano de la poderosa Compañía del Norte.
Sin embargo, el proyecto de ferrocarril de vía ancha de José Campo no era el único que pretendía llegar a Alcoi. De hecho, el mismo día en que el empresario valenciano obtuvo su concesión, el Ministerio de Fomento otorgaba otra para el establecimiento de una vía férrea de ancho métrico entre Alcoi y el puerto de Gandía al ayudante de Obras Públicas, político republicano y empresario Donato Gómez Trevijano. Curiosamente, aunque la fecha de ambas concesiones es la misma, el 22 de julio de 1887, la primera de ellas se publicó en la Gaceta de Madrid el 27 de dicho mes, mientras que la segunda no se hizo anunció hasta dos días más tarde, el 29 de julio.
Llegada de un tren procedente de
Alcoi a Gandía. Fotografía de Jordi Casaponsa
Frente a las dificultades que atravesaban los ferrocarriles que pretendían enlazar con Alcoi desde Villena o desde Xàtiva, el proyecto con origen en el puerto de Gandía se desarrolló con normalidad. El 22 de octubre de 1888 el gobierno aprobó el proyecto y dos meses más tarde el pliego de condiciones particulares. Además, para financiar su construcción, Gómez Trevijano recurrió al capital británico, de modo que el 3 de julio de 1889 se constituyó en Londres la “The Alcoy and Gandía Railway and Harbour, Cº. Ltd.”, sociedad a la que transfirió su concesión el 26 de agosto de ese mismo año.
El principal objetivo del nuevo ferrocarril era, sin duda, el transporte de los magníficos carbones británicos que llegarían por mar a los muelles de Gandía, mientras que la vía férrea facilitaría su acarreo hasta la industriosa Alcoi. Además, el puerto de la ciudad ducal jugó un papel fundamental en la propia construcción del tren, al facilitar la llegada de todos los materiales necesarios, desde los carriles hasta las locomotoras de vapor.
Las obras de construcción de la línea, adjudicadas a la firma británica Lucien Ravel and Company y dirigidas por el ingeniero Philip P. Aynes, superaron las notables dificultades que ofrecía el terreno a recorrer, marcado por el gran desnivel existente entre Alcoi, situada a 561 metros sobre el nivel del mar, y Gandía, a orillas del Mediterráneo, en sus 53,355 kilómetros de recorrido jalonados por ocho estaciones. Pasos como la travesía del “Barranc de l’Infern” entre L’Orxa y Villalonga supusieron un notable reto que, a mediados de 1892 estaban prácticamente superados. De este modo, el 18 de julio de 1892 circulaba el primer tren oficial entre Gandía y Alcoi, formado por cuatro coches de viajeros remolcados en doble tracción por las locomotoras Nº 1 “Gandía” y Nº 8 “Alcoy”.
Al día siguiente, la composición retornó a Gandía, pero este viaje no supuso la apertura al tráfico de la línea. Por el contrario, las autoridades gubernativas se negaron a otorgar las autorizaciones definitivas mientras no se concluyeran algunas obras pendientes que consideraban imprescindibles para el buen funcionamiento del servicio. De este modo, la inauguración definitiva se retrasó otros seis meses, hasta que el 24 de enero de 1893, un nuevo tren, cargado de autoridades entre las que se encontraba el arzobispo Ciriaco Sancha Hervás y el político José Canalejas, diputado por Alcoi y Ministro de Fomento en la época en que se otorgó la concesión del ferrocarril, viajó desde Gandía a Alcoi. Al día siguiente, tras celebrarse una solemne misa en el templo de Santa María de Alcoi, los invitados, seguidos de una inmensa muchedumbre, se dirigieron a los andenes de la nueva estación, donde tras pronunciar las oraciones y discursos de rigor, se procedió a la bendición de las locomotoras.
Tras estos solemnes actos, los invitados montaron en el tren inaugural para viajar hasta Gandía, llegando a la ciudad ducal a las 12:30 para, de inmediato, continuar la marcha hasta el puerto, donde los marineros del cañonero Teruel, anclado en dicho puerto, dieron la guardia de honor a los pasajeros. Posteriormente, todos se dirigieron a unos grandes almacenes portuarios, donde se celebró un gran banquete con más de 300 comensales.
Primitivo
coche de tercera clase del ferrocarril de Alcoi-Gandía. Fotografía de Xavier
Santamaría. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Durante los 72 años en que la gestión del ferrocarril de Alcoi a Gandía se mantuvo en manos privadas siempre fue operado por una empresa independiente de otros ferrocarriles de su entorno con los que enlazaba; en Alcoi con la línea de vía ancha de la Compañía del Norte de Xàtiva a Alcoi; en Muro con el ferrocarril de vía métrica a Villena, Yecla, Jumilla y Cieza y en Gandía con la línea de vía métrica de la Compañía del Norte de Carcaixent a Dénia. El transporte ascendente de carbón y descendente de los productos manufacturados en la industria alcoiana, así como otras materias como aceitunas, algarrobas o naranjas, unido al tráfico de viajeros, dio vida a este pequeño tren valenciano hasta que el progresivo desarrollo de los transportes mecánicos por carretera le arrebataron buena parte de la clientela. Por otra parte, los discretos resultados económicos obtenidos en la explotación no permitieron afrontar una modernización integral del servicio y, de hecho, los trenes siguieron asegurados por las veteranas locomotoras de vapor y los no menos vetustos coches con los que se había inaugurado la línea en 1893 hasta su clausura en 1969.
A partir de 1965 la situación financiera de la compañía concesionaria del ferrocarril de Alcoi a Gandía se hizo insostenible, por lo que se vio obligada a abandonar la explotación, que fue provisionalmente asumida por la Explotación de Ferrocarriles por el Estado, antecesora de Feve, el 1 de febrero de 1965. Lamentablemente, la empresa estatal, constituida el 23 de septiembre de dicho año, desbordada por el constante rescate de líneas en condiciones similares, no fue capaz de afrontar la necesaria modernización de la línea y el 11 de abril de 1969 decretó su definitivo cierre, pasando a la historia el pequeño “tren dels anglesos”.