Hace pocas semanas ha salido de imprenta un nuevo libro sobre trolebuses:A-Z of British Trolleybuses, obra del historiador Stephen Lockwood publicada por The Crowood Press.
La primera importación de trolebuses británicos fue un lote de seis chasis Leyland para Pontevedra, realizada en 1943. Estos vehículos, tras sucesivas reformas, prestaron servicio hasta 1989. Fotografía de Enrique Andrés Gramage
Gran Bretaña fue uno de los países en los que el trolebús adquirió más temprano desarrollo y, de hecho, la práctica totalidad de sus cincuenta redes se implantaron con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, lo que contrasta con España, donde las primeras realizaciones se remontan a 1940. Es más, tras el conflicto solamente se implantó una nueva red en las islas, la de Glasgow, en 1948.
Barcelona adquirió 27 trolebuses BUT nuevos, carrozados con dos pisos por Macosa. en 1964 serían recarrozados a un solo piso y posteriormente vendidos, primero a Valencia y más tarde a Pontevedra, donde circularían hasta 1989. Fotografía de Jeremy Wiseman
Es preciso señalar que el libro de Stephen Lockwood no se centra en el análisis de las diferentes redes de trolebuses del Reino Unido, sino que fundamentalmente se dedica al estudio de los constructores de chasis para trolebuses. En este sentido, aunque la obra únicamente trata la producción para el mercado doméstico, sin apenas mención a la exportación, su lectura resulta obligada para el estudioso del trolebús español, ya que de los cerca de 650 vehículos de esta clase que circularon en nuestro país, 220, es decir, una tercera parte, eran de procedencia británica. Por ello, la historia de sus fabricantes analizada en este libro, resulta de especial interés.
Madrid contó con un solitario prototipo de trolebús BUT. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En los años cuarenta y cincuenta llegaron a España diversos lotes de trolebuses británicos, dotados de chasis Leyland/BUT, adquiridos con destino a Pontevedra, San Sebastián y Barcelona. Asimismo, Madrid contó con un prototipo y el grupo Escoriaza dispuso de diversos trolebuses BUT para sus redes de Cádiz, Zaragoza y San Sebastián-Tolosa. Además, esta última línea contó con tres chasis carrozados como trolecamiones para el transporte de áridos entre Andoain y la factoría de Cementos Rezola en Añorga. En total, entre 1943 y 1952 llegaron a nuestro país 78 trolebuses ingleses.
Trolebús BUT con carrocería de dos pisos, adquirido por el grupo Escoriaza para la red de Cádiz. Fotografía de Jeremy Wiseman
En todo caso, la verdadera eclosión del trolebús inglés en España tuvo lugar a principios de los años sesenta, gracias a la importación de dos grandes lotes de vehículos de ocasión. El primero estuvo formado por 17 coches construidos por Daimler y adquiridos de ocasión por el grupo Escoriaza en la ciudad de Rotherham. Dos de ellos pasaron a circular por la línea de San Sebastián a Tolosa y los quince restantes por la de Cádiz a San Fernando, siendo estos últimos recarrozados a finales de la década. Más notable fue la compra, en una operación conjunta auspiciada por las empresas concesionarias de los transportes urbanos de Bilbao y San Sebastián, de un lote de 125 trolebuses construidos por BUT entre 1948 y 1952 para los transportes de Londres, vehículos que se repartirían entre las redes de Vigo (donde no llegaron a circular), Pontevedra, A Coruña, Coruña-Carballo, Santander-Astillero, Bilbao, San Sebastián, Zaragoza y Reus-Tarragona.
Trolebús BUT de San Sebastián, carrozado en 1948 por Seida y recarrozado en 1962 por Irizar. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Los trolebuses británicos experimentaron en España numerosas transformaciones: Desde la conversión de coches de dos pisos en vehículos de un solo piso, como sucedió en Coruña y Barcelona, hasta el completo recarrozado, sin olvidar la conversión de dos trolebuses londinenses en autobuses diésel realizada en Bilbao. Además, fueron trolebuses de construcción inglesa los que aseguraron los últimos servicios de este medio de transporte en nuestro país, en Pontevedra, tanto gracias a algunos de los Leyland originales de 1943 como de los BUT adquiridos de ocasión a Valencia, ciudad que, a su vez, los había comprado a Barcelona y que, además, eran fruto de un recarrozado integral que incluyó la eliminación del segundo piso, el alargamiento del chasis y el paso del puesto de conducción de derecha a izquierda.
Trolebús Daimler, ex-Roterham, asignado por el grupo Escoriaza a la línea de San Sebastián a Tolosa. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En la actualidad son varios los trolebuses de procedencia británica que han circulado en España preservados; dos BUT de Barcelona/Valencia/Pontevedra, un Daimler de San Sebastián-Tolosa, ex-Roterham, y varios de los BUT londinenses adquiridos por Zaragoza, uno de ellos expuesto al público en las cocheras de los transportes urbanos de esta ciudad y otro en el Museo Vasco del Ferrocarril. Además, uno de los BUT del trolebús de Santander-Astillero, el número 8, fue repatriado tras la clausura de esta red y restaurado. En la actualidad, puede disfrutarse de su insuperable confort de marcha en el museo del trolebús de Sandtoft.
Trolebús BUT de Londres, adquirido de ocasión para la línea de Santander a Astillero. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En resumen, A-Z of Bristish Trolleybuses es, sin duda, una obra de gran interés para todos aquellos interesados en conocer la historia de este medio de transporte, tanto en uno de los países pioneros en su uso, como también en el nuestro. Para su adquisición, recomendamos contactar con el conocido distribuidor de publicaciones ferroviarias Ramón Capín.
Trolebús Daimler, ex-Roterham, recarrozado para Cádiz. Fotografía de Jeremy Wiseman