Portada del libro Los tranvías de vapor del Norte peninsular
Estas pasadas semanas ha salido a la venta un nuevo volumen de la impresionante colección dedicada al estudio de los tranvías de vapor españoles, que impulsa Joan Alberich González. Continuación de los dedicados a los tranvías de vapor de Barcelona y Madrid, este nuevo trabajo analiza el desarrollo de este sistema de tracción en diversas explotaciones dispersas a lo largo y ancho del Norte peninsular, desde Pontevedra hasta Bilbao, sin olvidar proyectos nonatos como la red de tranvías estudiada en Navarra.
Tranvía de vapor de Santander al Sardinero. Fotografía de Telesforo Errazquin. Archivo Museo Vasco
Evidentemente, si algo distingue a los tranvías de vapor del Norte peninsular, es su dispersión. A diferencia de los dos volúmenes anteriores, en los que el estudio se centraba en las explotaciones que emplearon esta clase de tracción en las calles de Barcelona y Madrid, en esta ocasión el área geográfica de estudio es mucho más amplia y, además, no se ciñe exclusivamente a ámbitos urbanos. Por el contrario, la mayor parte de los tranvías de vapor establecidos a lo largo de la cornisa cantábrica, con la excepción de los pioneros de Santander, han tenido un carácter rural, como es el caso de los de Sodupe a Artziniega (Bizkaia), Arriondas a Covadonga (Asturias) o Pontevedra a Marín (Galicia). Incluso varios de ellos, situados en Asturias, han destacado por ser utilizados prioritariamente en el transporte de mercancías, en concreto, el carbón de los cotos mineros de su entorno, frente a los pasajeros, tráfico en general más común en los tranvías. Y es que, lejos de constituir una red al uso, las trece líneas analizadas por Joan Alberich, nacieron con el propósito de dar respuestas a las diferentes necesidades locales, desde conectar centros urbanos con núcleos turísticos, como es el caso de las dos líneas de Santander al Sardinero o del tranvía de Avilés a Salinas, atender zonas mineras, como en Asturias, las necesidades del tráfico portuario de Marín o conectar poblaciones aisladas con la red ferroviaria convencional.
Tranvía de Sodupe a Artziniega. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Con el rigor habitual en los trabajos de Joan Alberich, el libro desgrana los orígenes de todas y cada una de las trece explotaciones de tranvías de vapor dispersas por el Norte peninsular, analiza su historia y describe con detalle su parque de material móvil, sobre todo el de sus interesantes y variadas locomotoras de vapor. Además, nos recuerda que, curiosamente, todavía sobrevive uno de estos tranvías, aunque difícilmente reconocible como tal: el ramal de Llovio a Ribadesella, hoy en día perteneciente a Adif y que apenas registra más tráfico que el paso del Tren de las Piraguas el primer sábado de cada mes de agosto, así como algún esporádico servicio especial. En su origen, este tramo se concibió como complemento del tranvía de vapor de Arriondas a Covadonga y, como tal, su concesión es tranviaria y no ferroviaria. Sin duda, ¡la única concesión tranviaria gestionada por Adif!
Tranvía de vapor en el Sardinero (Santander). Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En definitiva, como los dos volúmenes anteriores, el nuevo trabajo de Joan Alberich, editado una vez más por MAF Editor, es una obra muy recomendable, que no debe faltar en las bibliotecas de todos los aficionados a los tranvías y a la tracción vapor, en la que el lector podrá encontrar completa respuesta a todas las cuestiones que puede plantear un aspecto tan poco estudiado, hasta el momento, sobre los tranvías de nuestro país. Solo queda esperar que, en breve, el autor complete su obra con los volúmenes que prevé dedicar a los tranvías del Este peninsular y a las explotaciones insulares en Baleares y Canarias.