Georges Muller (izquierda) y Juanjo Olaizola en los talleres del TramBaix de Barcelona en el año 2005
Esta mañana he recibido un triste correo de Angela Muller-Guerra en el que me anunciaba el fallecimiento de un gran amigo, su esposo, Georges Muller, consecuencia de un infarto fulminante. Georges Muller, a quien tuve la suerte de conocer en 1999 cuando contacté con los transportes urbanos de Estrasburgo para solicitar información sobre sus modernos tranvías en una época en la que yo participaba en un grupo de trabajo de Euskotren que trabajaba en la definición del futuro tranvía de Bilbao, es uno de los máximos referentes del mundo en materia de transportes urbanos y tracción eléctrica. Siempre dispuesto a ayudar y a defender las virtudes de la tracción eléctrica en los transportes colectivos, en el intercambio de correos que mantuvimos desde entonces pronto pudimos constatar que compartíamos la misma debilidad: los trolebuses.
Georges Muller vino al mundo en Estrasburgo el 14 de abril de 1942. Apasionado desde su juventud por los transportes urbanos, decidió estudiar la carrera de Ingeniero Electrotécnico por la escuela politécnica de Zúrich (Suiza) para obtener, posteriormente, el Diploma en Tracción Eléctrica en el Instituto Técnico Superior de Friburgo (Suiza).
Georges Muller participó en el desarrollo de los tranvías Mirage de Zúrich. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
En 1968 inició su carrera profesional en los talleres de mantenimiento de los tranvías de Zurich, donde trabajó durante dos meses. Posteriormente, durante otros seis meses participó en el ensayo de los motores de tracción de los tranvías Mirage de esta ciudad suiza en la factoría de Brown Boveri de Baden.
Entre 1969 y 1973 Georges Muller desarrolló su actividad profesional en una de las firmas pioneras en el mundo de la tracción eléctrica, Ateliers de Sécheron, S.A. de Ginebra, donde trabajó en el estudio y la comercialización de trolebuses con equipos chopper para Zúrich, Berna, Ginebra y Lausanne, así como en el desarrollo de automotores eléctricos para los ferrocarriles Réticos y el MOB.
Georges Muller contribuyó al renacimiento del trolebús en Lyon. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
En 1973 Georges Muller regresó a Francia al ser contratado por los transportes urbanos de Lyon como Jefe de Servicio de Estudios e Instalaciones Fijas. Entre sus principales objetivos se encontraba el renacimiento de los trolebuses de esta ciudad, con la mejora de las líneas aéreas, la construcción de dos nuevos depósitos, la implantación de cinco nuevas líneas y la definición de un nuevo trolebús estándar para el país, que desembocó en la construcción del ER100 de Berliet. Además, también colaboró en la implantación del nuevo sistema de metro de la capital del Ródano, incluida la transformación de un funicular en una línea de cremallera, la línea C, única en su género en el mundo.
Inauguración del tranvía de Grenoble, primero del mundo dotado de vehículos de piso bajo. Cuando tomé esta instantánea, Georges Muller se encontraba a poco más de medio centenar de metros de distancia, aunque fue preciso que transcurrieran otros doce años para que nos conociéramos en persona... Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
En 1982 Georges Muller fue nombrado Director Técnico del proyecto de recuperación del tranvía en Grenoble (Francia). Desde su nuevo cargo, participó en la definición del nuevo sistema, desde las vías a las líneas aéreas, sin olvidar las cocheras y talleres o la redacción del reglamento de explotación. Pero si hay un hito indiscutible en su nuevo trabajo, éste fue el desarrollo, por primera vez en el mundo, de un tranvía de piso bajo, en el 70% de su longitud, primicia que sin duda marcó un antes y un después en la historia de este medio de transporte, al hacer universal su accesibilidad, además de las propias ventajas que supone reducir el tiempo de parada gracias a la facilidad con la que entran y salen sus viajeros.
Georges Muller también trabajó en la modernización de los trolebuses de Grenoble. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Georges Muller desarrolló su labor en Grenoble hasta el año 1990, momento en que regresó a su ciudad natal, Estrasburgo, con el cargo de Ingeniero Principal de Estudios del Tranvía. Una vez más, la genialidad de Georges Muller se hace patente al convertir a su ciudad en la primera en el mundo diseñada para ser explotada exclusivamente con tranvías dotados de piso bajo en el 100% de su longitud. Pronto, Estrasburgo se convertiría en el principal referente mundial del tranvía moderno y su saber hacer se copia en toda Europa.Además de contribuir decisivamente al desarrollo del tranvía moderno de piso bajo, George Muller trabajó en el estudio y construcción de vías, líneas aéreas, nuevos talleres de Cronenbourg, señalización, reglamentos de explotación o en la formación de motoristas.
El tranvía de Estrasburgo es, sin duda, la obra cumbre de Georges Muller. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Por otra parte, Georges Muller desarrolló una intensa labor como asistente técnico en redes de transporte de todo el mundo. En 1975 colaboró con el tranvía de Saint-Étienne en el equipamiento de las paradas y sus máquinas de ventas de billetes. Entre 1979 y 1982 participó en el estudio de la nueva red de trolebuses de Nancy y, en los mismos años también asesoró a la ciudad de Lille para la modernización de su red de tranvías a Roubaix y Tourcoing, que incluyó la construcción de cinco subestaciones, un nuevo depósito y la adquisición de nuevos tranvías de ocasión en Westfalia para sustituir el material originario de 1950.
Georges Muller contribuyó a la modernización de los tranvías de Saint Étienne. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Georges Muller también participó en diversos proyectos en América. Entre 1981 y 1982 asesoró a la ciudad de Bogotá (Colombia) en la modernización de sus trolebuses y en 1985 colaboró en el proyecto de talleres para el nuevo tranvía de Baltimore (USA). Tres años más tarde participa en el estudio de la modernización de los tranvías de Pittsburgh y en el primer estudio para la implantación de tranvías modernos en Washington, hoy una magnífica realidad, así como en el diseño de tranvías de piso bajo para Boston.
Entre 1994 y 1998, Georges Muller participó en el estudio de la red de tranvías modernos (metro) de Porto (Portugal): red de vías; esquemas de explotación; elección de material móvil, muy similar al de Estrasburgo; subestaciones; línea aérea; centro de mantenimiento, etc.
Georges Muller también colaboró en el desarrollo del tranvía moderno de Porto. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Asimismo, el saber hacer de Georges Muller se ha hecho patente en numerosos proyectos tranviarios en Nottingham (Gran Bretaña), Lyon, Montpellier, Burdeos (Francia) o Zurich y Berna (Suiza).
El 1 de mayo de 2007 Georges Muller se jubiló en los transportes urbanos de Estrasburgo pero ello no supuso el abandono de su labor como experto en transportes urbanos, sino que mantuvo su fecunda obra que arrancó en los ochenta con la publicación de diversos libros como "Du TRAM au TAG" (1987) escrito en colaboración con Jean-Marie Guétat y William Lachenal, "L'Année du Tram (1994) y "Generation Tram" (2000), sin olvidar su monumental "Du PCC au TAG" publicado como coleccionable por la revista Voies Ferrees entre 1987 y 1988.
Georges Muller también aportó sus conocimientos al tranvía de Burdeos. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
En la actualidad, Georges Muller se encontraba ultimando detalles de una nueva obra, "Le monde des Trolleybus Français, 1900-2016", en el que se recopila toda la historia de este medio de transporte, no solo en el territorio de la vecina República, sino también la de todos los vehículos exportados por la industria francesa por Europa, América, Asia y África. En el momento en que le ha sorprendido la muerte el libro se encontraba ya maquetado, gracias a la inestimable colaboración de Pedro Pintado Quintana y, desde estas líneas, me comprometo a que, como homenaje póstumo, este impresionante trabajo de Georges Muller pueda ver la luz el próximo año.
Desde Azpeitia, un emocionado abrazo para Ángela y para los cuatro hijos de Georges Muller.
Georges, nunca podré agradecer suficientemente todo el apoyo y ayuda que siempre me brindaste, incluso en los momentos más difíciles.
Goian Bego