RENÉ THURY
Los orígenes de la empresa suiza que electrificó los tranvías de San Sebastián se remontan a un taller mecánico establecido en Ginebra por Alfred De Meuron y Henri Cuénod en 1879. En 1887 esta sociedad adoptó la razón social Cuénod, Sautter et Cíe y en 1891, tras su fusión con la Société d’Apareillage Electrique, el nombre de Compagnie de l’Industrie Electrique. Un año más tarde, sus instalaciones se trasladaron al barrio de Sécheron, motivo por el que, desde entonces, ha sido conocida en todo el mundo por este topónimo.
Estas modestas instalaciones pronto adquirieron relevancia internacional en el sector de la electromecánica tras incorporarse a su plantilla en 1881 uno de los más brillantes ingenieros de finales del siglo XIX: René Thury.
René Thury había nacido en Plainpalais, en las proximidades de Ginebra, el 7 de agosto de 1860. Con 14 años ingresó como aprendiz en la Société Genevoise d’Instruments de Physique, en la que trabajó en el perfeccionamiento de las dinamos de Gramme. En 1877, con el apoyo financiero de Jean-Jacques Nussberger, construyó un triciclo de vapor que podía alcanzar los 50 km/h, por lo que está considerado como uno de los padres de la automoción en Suiza.
En 1880 un grupo de empresarios suizos y alemanes propuso a Thury viajar a los Estados Unidos para buscar un entendimiento con Edison y poder explotar en Europa sus múltiples patentes. Así, con apenas 20 años de edad, permaneció durante seis meses en los laboratorios que el gran inventor norteamericano había establecido en Menlo Park, donde quedó impresionado por la libertad que gozaban sus investigadores para el desarrollo de sus proyectos.
Tras regresar a Ginebra, en 1881 ingresó en la sociedad De Meuron, Cuénod & Cíe, donde trabajó en la explotación de las patentes de Edison y procedió a su perfeccionamiento, con la construcción, en 1882, de una dinamo hexapolar más compacta que las de su mentor, con la que obtuvo en 1884 la medalla de oro en la exposición de Turín. Posteriormente, desarrollaría numerosas patentes que alcanzaron merecida fama internacional, gracias a la calidad de su construcción y a los buenos resultados prácticos que ofrecían, hasta el punto que, en 1899 la Compagnie de l’Industrie Electrique añadió a su razón social el subtítulo de «brevets Thury».
Bajo la dirección de René Thury, Sécheron desarrolló una amplia actividad en el campo de las máquinas eléctricas, los reguladores, la tracción ferroviaria y tranviaria y la transmisión de energía en alta tensión. Entre sus hitos más destacados cabe señalar la del primer tranvía eléctrico de Francia, implantado en la ciudad de Clermond Ferrand en 1890. Asimismo construyó el primer ferrocarril eléctrico de Suiza, inaugurado en 1894 entre Chavornay y Orbe.
Además de la electrificación de los tranvías de San Sebastián, Sécheron ha fabricado para España numerosos equipos de generación eléctrica, así como instalaciones de rectificación con destino a las electrificaciones ferroviarias. En los años cincuenta y sesenta suministró a Renfe los equipos de tracción de las unidades eléctricas de las series 600, 700 y 800 y de las locomotoras trifásicas de la serie 21-25 de Almería.
Tras más de 140 años de historia, Sécheron sigue presente en el sector eléctrico, fabricando componentes y soluciones de seguridad eléctrica y electrónica innovadores para ferrocarriles, tranvías, energías renovables, redes de suministro en corriente continua y otros sistemas industriales de alta potencia.
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