Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es buena ocasión para recordar a las primeras mujeres trabajadoras de la más antigua empresa ferroviaria de las que, en la actualidad, componen la red gestionada por Euskal Trenbide Sarea, operada por Euskotren. Nos referimos a la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya, que inauguró su línea de Bilbao a Durango, la primera de ancho métrico y servicio comercial de toda la cornisa cantábrica, el 30 de mayo de 1882.
La plantilla inicial del Ferrocarril Central de Vizcaya estaba compuesta por un total de 72 personas, aunque a lo largo de los primeros meses de explotación, y a medida que la propia experiencia marcaba las verdaderas necesidades del servicio, ésta cifra se situó un año más tarde en un total de 162 ferroviarios y ferroviarias. Y no piense el lector que esta fórmula de "ferroviarios y ferroviarias" es el fruto de una rutinaria utilización de un lenguaje no sexista sino que, aunque pueda resultar llamativo, en aquel momento un 16% de la plantilla estaba compuesta por mujeres.
En el verano de 1883 trabajaban para el Ferrocarril Central de Vizcaya un total de 26 ferroviarias. Como era habitual en aquella época, la práctica totalidad desempeñaba labores de guardabarreras y eran hijas o esposas de empleados del servicio de vía y obras. Por su trabajo percibían un sueldo anual de 180 pesetas, lo que suponía, aproximadamente, la quinta parte del que percibía el más modesto peón de la empresa. Sin embargo, desde fecha tan temprana como el 1 de enero de 1883 existía una notable excepción, Juana Somoza, hija del jefe de estación de Lemoa, que gracias a la formación que adquirió observando cómo desempeñaba su padre el trabajo, pudo ingresar con la categoría de Telegrafista, un trabajo notablemente más especializado y mejor remunerado, con un sueldo que duplicaba el de sus compañeras, 360 pesetas anuales, y que, además, pronto se incrementó hasta 750 pesetas. En todo caso, este salario seguía siendo ligeramente inferior al de cualquiera de sus compañeros varones, aunque desempeñaran trabajos menos cualificados.
En la actualidad, más de 400 mujeres trabajan en Euskal Trenbide Sarea y en Euskotren, en plena igualdad de condiciones que sus compañeros varones, pero no debemos olvidar que hace 140 años estas 26 valientes trabajadoras fueron verdaderas pioneras en el ferrocarril vasco y que, paradógicamente, guardando barreras, contribuyeron a romperlas. Sirva como testimonio y homenaje a su esfuerzo la relación de sus nombres:
- Francisca Aguirre
- Tomasa Azcueta
- Antonia Basterrechea
- Magdalena Bilbao
- Josefa Calderón
- Gregoria Echevarría
- María Echevarría
- Antonia Gorroño
- Carmen Hernando
- Elena Hobson
- Rafaela Ibarreche
- Josefa Iguren
- María Cruz Lansanda
- Casilda Lejamburu
- María Madariaga
- Ramona Mardaras
- Ildefonsa Mena
- Josefa Sarasola
- Carmen Sarasua
- María Sobrón
- Juana Somoza
- Genara de la Torre
- Josefa Undagoitia
- Francisca Uribarri
- Paula Yurrebaso
- Josefa Zugazu
Rescatando temas de la historia, como siempre muy interesante.
ResponderEliminarLo primero participar para luego conseguir la paridad eso es lo fundamental en cualquier industria, aunque ene el caso de las mujeres se esta haciendo demasiado larga llegar a la pariedad.
Mi abuela Concepción Domingo Alcañiz, fue guardesa en el Ferrocarril de Utrillas a Zaragoza sobre 1912. Entre sus destinos estuvo en el Término Municipal de Lécera (Zaragoza) en el paso a nivel de la carretera C-222. Era esposa del Capataz de la Brigada de Obras Román del Cura Ramos.
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