EL FERROCARRIL CENTRAL DE BIZKAIA
Un grupo de
empresarios encabezados por Francisco Igartua, decidió en 1872 construir un
ferrocarril que comunicase Bilbao con Durango. Inicialmente, pensaron en
utilizar la vía ancha de 1.672 milímetros. Por ello, su línea se dirigiría
desde Durango hasta Basauri, para empalmar en la estación de Dos Caminos con el
ferrocarril de Tudela a Bilbao y llegar por sus vías hasta la estación de
Abando. Con este fin, constituyeron la Compañía del Ferrocarril Central de
Vizcaya, con un capital social de dos millones de pesetas.
Primitiva estación de Bilbao-Atxuri. Fotografía de Telesforo Errazquin. Archivo del Museo Vasco de Bilbao
En 1879, ante las
draconianas condiciones que imponía la Compañía del Norte para utilizar las
vías del ferrocarril de Tudela a Bilbao entre Abando y Basauri, los promotores del
tren de Durango tomaron una decisión radical: llegar con sus propias vías hasta
Bilbao. La decisión suponía incrementar las obras en un 18% y, para no superar
el capital social de la empresa con la inversión a realizar, optaron por abaratar
su construcción reduciendo el ancho de la vía y, con ello, el de puentes,
túneles, trincheras y terraplenes.
La firma alemana Hanomag suministró las primeras locomotoras de vapor del Central de Vizcaya. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Iniciadas las obras
bajo la dirección del ingeniero Adolfo Ibarreta, el 30 de mayo de 1882 entró en
servicio la nueva vía y pronto alcanzó un gran éxito en el transporte de
mercancías y, sobre todo, de viajeros. De este modo, el modelo de ferrocarril
económico en vía métrica se impuso en un territorio montañoso y, en principio,
poco favorable para la construcción de ferrocarriles como es Euskadi.
Coche de viajeros del Central de Vizcaya. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La opción por un ancho de vía u otro suele ser más económica que técnica.
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