Cabina de control del enclavamiento de
Algodor. Destacan los grandes contrapesos del sistema hidráulico. Fotografía de
Juanjo Olaizola Elordi
Durante muchos años, uno de los
elementos más característicos de la línea de Castillejo a Toledo fue el curioso
enclavamiento hidráulico que gobernaba la circulación ferroviaria a su paso por
el nudo ferroviario de Algodor.
Detalle de las conducciones hidráulicas del
enclavamiento de Algodor. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Instalado en 1927 por la Compañía
de los ferrocarriles de Madrid a Alicante y Zaragoza, en su momento representó
un notable avance tecnológico y gracias a su fiabilidad, prestó servicio
durante más de setenta años, ya que no fue dado de baja hasta julio de 2000.
Para el gobierno de sus instalaciones de seguridad contaba con un total de 110
palancas que accionaban un conjunto de sistemas hidráulicos que transferían sus
órdenes hasta los elementos a maniobrar. 70 de ellas accionaban señales y otras
40 los cambios de aguja.
Palancas de maniobra del enclavamiento de
Algodor, lado Ciudad Real. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Tras la definitiva baja del
enclavamiento de Algodor, y dado el gran valor histórico de esta instalación
como destacado hito en la modernización de los sistemas de señalización
ferroviaria de nuestro país, se decidió recuperar buena parte de la instalación
y trasladarla al Museo Ferroviario de Madrid-Delicias, donde fue reconstruida
en el año 2003. En la actualidad, los visitantes de esta imprescindible
institución cultural pueden disfrutar del complejo sistema de palancas,
tuberías, bombas y contrapesos de este singular conjunto.
Que maravilla. En un mundo gobernado por la tecnología informática y la obsoloscencia programada, estas instalaciones emanan esa atmósfera a una época en la que la técnica y el gusto por la ornamentación se fusionaban dando lugar a aparatos de una calidad que dificilemente hoy en día se puede superar.
ResponderEliminarGracias Juajo por enseñar estas cosas.