Un tímido renacimiento
Durante casi veinte años, España ha carecido de trolebuses. Sin embargo, el 25 de junio de 2008 se inauguró una nueva línea de trolebuses en Castelló, que, en una primera fase, conectaba el céntrico parque de Ribalta con la estación de ferrocarril y autobuses y el campus de la Universitat Jaume I. Más tarde, el 20 de diciembre de 2014 se prolongó el recorrido hasta el Grao.
En la actualidad, esta moderna línea, de 8 kilómetros de longitud, es la única operada en España con trolebuses. En ella circulan vehículos construidos por Solaris, una empresa filial de CAF, que disponen de modernos equipos IMC (In-Motion-Charging). El IMC permite cargar las baterías embarcadas mientras el trolebús circula por los tramos electrificados y atravesar el centro de la ciudad en modo autónomo. Gracias a este sistema es posible electrificar parcialmente el recorrido, sin necesidad de montar la línea aérea en zonas donde pueda provocar un impacto estético notable, como un centro histórico, mientras que no exige disponer de tantas baterías como un autobús 100% autónomo, con lo que se reduce su peso y su consumo. Además, gracias a que durante el servicio está más de un 60% del tiempo conectado a la línea de alimentación, las cargas son constantes y suaves, hasta el punto que en las pruebas de estrés realizadas a los cinco años de su inauguración han demostrado encontrarse aún al 95% de su capacidad inicial, cifra que contrasta con las constantes sustituciones de estos costosos equipos en los autobuses plenamente autónomos.
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