miércoles, 29 de enero de 2020

125 ANIVERSARIO DEL FERROCARRIL DE VALLADOLID A ARIZA (II)


Retrato de Cipriano Segundo Montesino

CIPRIANO SEGUNDO MONTESINO

Entre los personajes más destacados en la génesis del ferrocarril de Valladolid a Ariza cabe destacar al ingeniero y político extremeño Cipriano Segundo Montesino y Estrada, no en vano, era en el momento en que MZA decidió adquirir la concesión y construir la línea, el director general de esta importante empresa ferroviaria.

Cipriano Segundo Montesino era hijo de un médico y pedagogo implicado en la efervescente actividad política de principios del siglo XIX, llegando a ser diputado a Cortes durante el Trienio Liberal. En consecuencia, tras el retorno del absolutismo de Fernando VII en 1823 y cuando tan solo contaba seis años, acompañó a su progenitor, con el resto de la familia, a su exilio en Gran Bretaña.

Cipriano y su familia no regresarían a España hasta la muerte del rey tirano, en 1833, por lo que su formación académica se desarrolló en buena parte en Gran Bretaña. Un año más tarde, tras obtener una beca pensionada, se trasladó a París para iniciar sus estudios en la École Centrale, dónde se graduó como ingeniero civil en 1837.

Tras ampliar sus estudios en Londres, donde tomó contacto directo con las nuevas factorías que impulsaban la revolución industrial, regresó a España en 1839 y, afiliado al partido progresista, desplegó una notable actividad política, siendo elegido Diputado a Cortes en numerosas legislaturas. Al mismo tiempo, contribuyó activamente a la difusión de las nuevas tecnologías de la Revolución Industrial en nuestro país desde la Cátedra de Mecánica del Conservatorio de Artes, que obtuvo el 17 de octubre de 1842. Sin embargo, tras la caída de su mentor político, el general Espartero, en 1843, decidió exiliarse en Inglaterra.

La amnistía de 1847 permitió a Cipriano Segundo Montesino regresar a España, recuperando la cátedra del Conservatorio de Artes, al mismo tiempo que se implicó personalmente en el desarrollo de la nueva red ferroviaria española, hasta el punto de participar, como maquinista del tren inaugural, en la apertura del segundo ferrocarril construido en la península ibérica entre Madrid y Aranjuez.

La actividad de Cipriano Segundo Montesino en el campo de los ferrocarriles fue especialmente pródiga, al participar en los estudios constructivos del ferrocarril del Norte. Poco después sería nombrado director general de Obras Públicas, puesto desde el que puso en marcha la Ley de Ferrocarriles de 1855, que resultó fundamental para garantizar el rápido desarrollo de este medio de transporte en nuestro país. Sin embargo, un año más tarde Espartero fue apartado del gobierno y con él, Montesino renunció a sus cargos para pasar a ser nombrado director del ferrocarril de Tudela a Bilbao en 1858, empresa que dirigiría hasta 1866. En esta época fue delegado por el gobierno a la Exposición Universal de Londres de 1862, donde estudió los principales avances técnicos de la época, publicando en 1863 una completa Memoria sobre el material ferroviario ahí presente.

En diciembre de 1869 Cipriano Segundo Montesino fue nombrado director de los servicios de explotación y construcción de MZA, empresa en la que desarrolló una amplia carrera profesional hasta 1897 para, a continuación, ser nombrado vicepresidente de su Consejo de Administración, cargo que mantendría hasta su muerte en 1901. Su papel fue fundamental, entre otros, en la ampliación de la red con la compra de los ferrocarriles de Córdoba a Sevilla, Ciudad Real a Badajoz y, sobre todo, el de Tarragona a Barcelona y Francia, así como la construcción del Valladolid-Ariza, de modo que, durante su mandato, la empresa pasó de operar 1.420 a 3.670 kilómetros.

 


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