Locomotora número 11 fotografiada en los talleres de Valverde del Camino. Fotografía de Frank Jones
La falta
de rentabilidad del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto obligó a sus
propietarios británicos a renunciar a su deficitaria explotación el 31 de
diciembre de 1941. Un día más tarde, el 1 de enero de 1942 se firmaba en las
oficinas de Valverde del Camino el traspaso de todos los bienes y personal de
la empresa a la Explotación de Ferrocarriles por el Estado.
A
diferencia de lo habitual, la Explotación de Ferrocarriles por el Estado
recibió la línea de manos de la antigua concesionaria en perfectas condiciones
de conservación y funcionamiento de todas las instalaciones, con acopios
normales y un surtido almacén de efectos de recambio de todas clases. La propia
Memoria de 1942 de la Explotación destacaba que éste era un caso sin
precedentes en esta clase de renuncias a la explotación, en las que lo común
era encontrarse con instalaciones y equipos en muy mal estado, consecuencia de
largos años sin inversiones de modernización y mejora de relevancia.
Dado el
carácter público de la entidad, una de sus primeras medidas fue la de
restablecer el tráfico de viajeros, suspendido en 1935, recuperado el 21 de
mayo de 1942 en un solemne acto con gran concurrencia de autoridades civiles y
militares de la provincia de Huelva y “una multitud que recibió el primer tren
de viajeros con entusiasmo extraordinario”.
La locomotora Santa Rosa maniobra en las vías del ferrocarril de Buitrón. Fotografía de Gustavo Réder
La
Explotación de Ferrocarriles por el Estado realizó diversas inversiones para la
mejora del servicio, incluida la progresiva introducción de la tracción diésel,
en sustitución de la fuerza del vapor. En este sentido, la principal actuación
fue la incorporación de dos automotores de la marca francesa Billard,
matriculados con los números 2.101 y 2.102, inaugurados el 25 de febrero de
1959. Un año más tarde llegaría a la línea la primera locomotora diésel,
construida por CAF bajo licencia de la firma francesa Batignolles, que entraría
en servicio el 9 de enero de 1960. Más tarde, el 29 de mayo de 1964 se
recibiría otra máquina idéntica, procedente del ferrocarril de Cartagena a Los
Blancos.
En todo
caso, los intentos para modernizar el servicio en el ferrocarril de Buitrón a
San Juan del Puerto fueron prácticamente testimoniales. Dos automotores diésel
y dos locomotoras de media potencia no eran, ni mucho menos, suficientes para
asumir todo el servicio ferroviario y, en consecuencia, muchas de sus veteranas
locomotoras de vapor, algunas prácticamente centenarias, se tuvieron que
mantener en servicio.
Trasbordo de viajeros tras interceptarse la vía como consecuencia del descarrilamiento de un tren de mercancías. Fotografía de Juan Zubia. Archivo Fundación Sancho el Sabio
En
septiembre de 1965 la Explotación de Ferrocarriles por el Estado se transformó
en la empresa pública Feve que, en aquella época, se vio desbordada por la
constante incorporación de ferrocarriles abandonados por sus concesionarios. La
falta de recursos para mantener todas estas líneas era insuficiente y la única
opción, en una época en la que no se valoraban las ventajas ecológicas y
sociales del tren, fue, en demasiados casos, el cierre. El de Buitrón no pudo
eludir esta situación, con una explotación cara, consecuencia de una plantilla
sobredimensionada, y con un tráfico cada día más reducido debido a la
competencia de la carretera y el progresivo cierre de las minas que habían dado
vida al ferrocarril. En consecuencia, el 15 de abril el automotor Billard 2.101
cubriría el último servicio de viajeros mientras que el 30 del mismo mes
circulaba el último tren de mercancías.
https://www.vialibre-ffe.com/noticias.asp?not=11791
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