En
1886 entraba en servicio uno de los puentes ferroviarios más singulares de
nuestro país: el que permite la comunicación fronteriza con Portugal en Tuy
(Galicia). Se trataba de la cuarta conexión internacional con el país vecino y,
además, ofrece la particularidad de disponer de dos niveles, el superior para
el paso de los trenes y el inferior para el de los vehículos de carretera.
Los
orígenes de este proyecto se remontan a la comisión internacional establecida
en 1864 entre España y Portugal para el estudio de las conexiones ferroviarias
entre ambos países. Tres años más tarde, mediante la Ley promulgada el 2 de julio
de 1867, el gobierno portugués autorizó la construcción del ferrocarril del
Minho, por Braga y Viana de Castelo. Según la citada Ley, el Gobierno estaba autorizado
para construir y explotar ambas líneas directamente, por lo que de inmediato
procedió a la redacción del proyecto constructivo. Sin embargo, las obras no dieron
comienzo hasta el 8 de julio de 1872.
A
lo largo de los primeros años, el ritmo de los trabajos de construcción fue muy
lento debido a la falta de los necesarios recursos financieros. Sin embargo, la
emisión de diversas series de obligaciones a partir de la primavera de 1873
permitió disponer de los fondos precisos. En consecuencia, se pudieron
reactivar los obras, lo que permitió que dos años más tarde, el 21 de mayo de
1875, entrase en servicio la primera sección entre Porto y Nine, así como el
ramal que desde este punto continúa hasta la ciudad de Braga.
Estación de Viana do Castelo. Fotografía de Martin Dieterich
Tras
esta primera etapa, los trabajos prosiguieron desde el empalme de Nine hacia el
Norte. En el camino se levantaron algunas estructuras singulares, entre las que
destaca el puente sobre el río Lima en Viana do Castelo, con dos tableros
superpuestos, uno para ferrocarril y el otro para la carretera, obra que
procedía de los talleres de Gustave Eiffel. En 1879 las vías procedentes de
Oporto llegaron a Segadães, punto situado a las puertas de Valença do Minho, donde
la construcción quedó paralizada a la espera de que las autoridades españolas y
portuguesas determinasen el punto exacto en el que debía establecerse el puente
internacional.
Estación de Guillarey
Mientras
tanto, en el lado español se había iniciado la construcción del ferrocarril de
Vigo a Orense, cuya primera sección entre Vigo y Guillarey entró en servicio el
17 de marzo de 1878. La distancia existente entre Guillarey y la frontera es de
apenas seis kilómetros, pero la mayor dificultad no se encontraba en superar
este pequeño trayecto sino en construir un puente de 400 metros de longitud
sobre el tramo fronterizo del río Miño.
Automotor de la serie 592 de Renfe, alquilado por los ferrocarriles portugueses, fotografiado en la estación de Tuy
En
principio se estudiaron tres posibles emplazamientos para el puente
internacional: el primero entre el convento portugués de Ganfei y las
inmediaciones de la desembocadura del río Louro, en España; el segundo, en el
lugar conocido como Punta de la
Raposeira , que exigía, además del propio puente, la
perforación de un túnel de 285
metros ; y el tercero establecía la unión de la zona del
Poste Vermello, en España, con el Cais do Vapor, en Portugal.
Para
determinar el paso definitivo del río Miño se organizó una Comisión
Internacional en la que participaron, por parte española, los ingenieros José
Montoso Rodríguez y Eusebio Page, mientras que por la portuguesa intervinieron
Buenaventura José Vieira, Pedro Alves de Avelar Machado y José Bandeira Coelho
de Melo. Tras el estudio de las tres alternativas, el 31 de julio de 1879 la
comisión determinó que el mejor punto para el cruce del Miño era el situado
entre el Poste Vermello y el Cais do Vapor. Ese mismo año se procedió a la
redacción del proyecto constructivo del puente, que fue encomendada al
ingeniero español Pelayo Mancebo.
Tren de mercancías procedente de España, fotografiado en la estación de Valença do Minho. Fotografía de Martin Dieterich.
El
21 de mayo de 1880, una vez se había determinado el punto por el que el tren
debería cruzar la frontera, el Gobierno español declaró de utilidad general el
ferrocarril de Guillarey a Tuy, al mismo tiempo que autorizaba al Ministerio de
Fomento a «estipular
con el Gobierno portugués un convenio a fin de proceder de común acuerdo a la
construcción del puente internacional sobre el Miño». Ambos países
ratificaron, España el 7 de marzo y Portugal el 11 de mayo de 1881, los
acuerdos para la construcción del puente internacional que, como el de Viana de
Castelo, sería de dos niveles, el superior para el ferrocarril y el inferior
para el paso de la carretera, de modo que se anunció la celebración en Lisboa,
el 30 de julio del mismo año, del oportuno concurso público para la
adjudicación de su construcción.
Modesto tren internacional de Renfe fotografiado en la estación de Valença. Fotografía de Martin Dieterich.
A
dicho concurso se presentaron un total de diez proponentes, entre los que se
encontraba el propio Gustave Eiffel, si bien, la obra fue finalmente
adjudicada, el 2 de diciembre de 1881, a la empresa belga Braine le Conte, por
un importe total de 205.766.000 reis. Ese mismo mes se iniciaron los primeros trabajos
de construcción, bajo la dirección del ingeniero portugués Augusto Luciano Saraiva
de Carvalho.
Mientras
se tramitaba la construcción del puente internacional, en España se convocó el
oportuno concurso para adjudicar la concesión del trayecto ferroviario entre
Guillarey y Tuy, sección que fue otorgada, el 16 de agosto de 1880, a Ramón Aranaz y Luis
Rouviere. Éstos, a su vez, traspasaron la concesión a la Compañía de los
ferrocarriles de Medina a Zamora y de Orense a Vigo el 7 de diciembre del mismo
año. Pese a la escasa longitud de este pequeño ramal, de poco más de 5 kilómetros , no se
cumplieron los plazos previstos para la realización de las obras y el 15 de
junio de 1882 el Gobierno autorizó una primera prórroga de cinco meses. Finalmente,
los trabajos concluyeron en octubre de 1883, pero no se procedió a la inmediata
puesta en servicio del tramo ya que «la apertura al tránsito
público no era de gran interés hasta la del puente internacional».
Puente sobre el Miño. Al fondo, la fortaleza de Valença.
En
efecto, las obras de construcción del puente internacional, cuya ejecución, en
un principio, se había previsto que durase dos años, no se concluyeron hasta el
10 de octubre de 1884. Pocos meses más tarde, los días 8 y 9 de enero de 1885,
se verificaron las pruebas de carga de la estructura, que exigieron el montaje
de una vía provisional en el tablero inferior con el fin de hacer pasar las
pesadas locomotoras de vapor sobre la futura calzada de la carretera. Pese al
resultado satisfactorio de los ensayos, todavía fue preciso que transcurriera
más de un año hasta la definitiva inauguración del paso internacional entre
Valença do Minho y Tuy ya que, como consecuencia de una grave epidemia de
cólera que asoló buena parte del territorio español, Portugal había decretado,
como lógica medida de prevención sanitaria, el cierre de sus fronteras.
Finalmente, el 25 de marzo de 1886 se abrió al tráfico, tanto ferroviario como
de carretera, el puente internacional del Miño.
Etapas de
la construcción del ferrocarril de Porto a Tui
|
||
Tramo
|
Kilómetros
|
Inauguración
|
Porto
a Nine
|
36,423
|
21
de mayo de 1875
|
Nine
a Midões
|
7,035
|
1
de enero de 1877
|
Midões
a Barcelos
|
4,239
|
21
de octubre de 1877
|
Barcelos
a Darque
|
26,437
|
24
de febrero de 1878
|
Darque
a Caminha
|
27,879
|
1
de julio de 1878
|
Caminha a São Pedro da Torre
|
20,806
|
15
de enero de 1879
|
São Pedro da Torre a Segadães
|
2,559
|
3
de junio de 1879
|
Segadães a Valença do Minho
|
1,698
|
6
de agosto de 1882
|
Gillarey
a frontera
|
5,312
|
1
de enero de 1884
|
Puente
internacional
|
0,400
|
25
de marzo de 1886
|
Fuente: Francisco Wais, Historia
de los Ferrocarriles Españoles, pp. 713-717 y Roberto de Espregueira
Mendes, «La evolución histórica de los ferrocarriles portugueses», pp. 326-327.
|
Pelayo Mancebo compatibilizo este proecto con el Trubia-Pravia. Un gra ingeniero sin duda.
ResponderEliminar