Vista del puente del Carraixet, tomada en sus
primeros años de servicio. Arxiu Municipal
d’Alboraia
L’Horta Nord apenas presenta accidentes
orográficos reseñables y gracias a ello, el «trenet» de Rafelbunyol ofrece uno
de los perfiles más favorables de todos los ferrocarriles de vía estrecha de
nuestro país: prácticamente horizontal, con amplias alineaciones rectas, radios
mínimos de curva de 500 metros y, desde luego, carente de túneles. ¡La envidia
de sus hermanos de la cornisa cantábrica! En estas condiciones, no es de
extrañar que el único hito de relevancia en su infraestructura sea el puente
sobre el barranco del Carraixet, situado al norte de Alboraia.
Placa de construcción del puente del
Carraixet. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Para superar el cauce del Carraixet, la
Sociedad Valenciana de Tranvías decidió contratar los servicios de los
constructores F. Armenter y J. Batlle, empresa prácticamente desconocida en la
actualidad, quienes diseñaron y suministraron un puente metálico de un solo
tramo, tablero inferior y una longitud entre estribos de 25 metros. Situado en
el punto kilométrico 7/794, su estructura era de vía única.
Una clásica composición del «trenet» cruza el
puente del Carraixet. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
El puente del Carraixet se mantuvo en
servicio durante más de un siglo, resistiendo sin problemas los sucesivos
embates de las crecidas de este irregular barranco. Sin embargo, las obras
realizadas por la Confederación Hidrográfica del Júcar en los años noventa del
pasado siglo para mejorar y ampliar su cauce, motivaron la sustitución del
tramo metálico original por una moderna estructura de hormigón armado,
preparada para la instalación de la doble vía aunque, por el momento, solo
cuenta con una. En 1997 la citada Confederación realizó la transferencia de la
nueva estructura a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana.
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