Hoy dedicaremos este pequeño espacio a glosar brevemente la historia de la empresa zaragozana Carde y Escoriaza, durante años la principal fabricante de tranvías en España y que, de la mano de CAF, sigue en activo y es uno de los principales referentes en la construcción del más moderno material móvil ferroviario de España, incluida la fabricación de los nuevos tranvías de la capital aragonesa.
La
sociedad Carde y Escoriaza fue fundada en Zaragoza en 1896 por el empresario
bordelés Paul Carde y diversos miembros de la familia aragonesa Escoriaza,
liderada por José Nicolás de Escoriaza y Fabro. El socio francés regentaba
desde 1860, a
orillas del Garona, un importante establecimiento de carpintería industrial,
tanto en madera como metálica, y actuaba como socio tecnológico en la nueva
empresa que, en principio, se iba a dedicar a la misma actividad, aunque muy
pronto, se introduciría en el sector de la construcción de material móvil para
tranvías y ferrocarriles. Probablemente, su primera venta en este sector fue la de los diez primeros tranvías eléctricos de San Sebastián, suministrados en 1897.
Carde y Escoriaza suministró en 1897 sus primeros tranvías a San Sebastián
Carde
y Escoriaza se convirtió posteriormente en el núcleo central de un grupo
empresarial liderado por la familia Escoriaza que tuvo un destacado
protagonismo en los transportes urbanos de diversas ciudades españolas. La
sociedad, constituida en un momento propicio, en el que se iniciaba la
sustitución de las importaciones de material ferroviario, gracias a la
progresiva introducción de políticas arancelarias abiertamente proteccionistas,
pronto adquirió un notable desarrollo. Tras el primer suministro de material
móvil a los tranvías de San Sebastián en 1897, se especializó en este tipo de
vehículos con pedidos para Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Mallorca,
Zaragoza, Cádiz, Granada, Murcia, Gijón, Bilbao, Linares o Valladolid, entre otras muchas ciudades españolas.
Con
el fin de garantizar mercado a sus productos, a partir de 1902 la familia
Escoriaza decidió intervenir en empresas concesionarias de ferrocarriles y
tranvías. Ese mismo año participó en la electrificación de los tranvías de
Zaragoza, unos meses más tarde en la creación de los tranvías de Granada y en
1904 en los de Cádiz a San Fernando y La Carraca.
Gracias
a las ventajas que otorgaba la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos,
la familia Escoriaza se introdujo también en este sector y participó de forma
destacada en la creación de los ferrocarriles de Sádaba a Gallur, de Haro a
Ezcaray, los Caminos de Hierro de Granada o los Secundarios de Castilla, líneas
que de inmediato se convirtieron en consumidores de los productos fabricados en
la factoría de Carde y Escoriaza. Asimismo, estuvieron presentes en los
Consejos de Administración de otras empresas ferroviarias españolas como la
Compañía de los Caminos de Hierro del Norte o el Central de Aragón.
Tras
la Primera Guerra Mundial, la familia Escoriaza adquirió la participación de
sus socios franceses en la empresa zaragozana, por lo que en 1920 cambió de
razón social para pasar a denominarse Material Móvil y Construcciones. Sin
embargo, debido al gran arraigo que había adquirido en poco menos de
veinticinco años su antiguo nombre, en membretes, tarjetas o placas de
construcción continuó figurando la leyenda «antiguos talleres de Carde y Escoriaza». Fue precisamente en
estos años cuando la empresa intentó adentrarse, sin éxito, en el mundo de las
construcciones aeronáuticas, con la colaboración del capitán de aviación e
ingeniero José Ortiz de Echagüe, quién más tarde fundaría la empresa aeronáutica CASA.
En la posguerra, Material Móvil y Construcciones colaboró en la modernización del parque de tranvías de Barcelona
Tras
la Guerra Civil, la familia Escoriaza perdió paulatinamente el control de la
fábrica zaragozana que finalmente fue adquirida por la Compañía Auxiliar de
Ferrocarriles de Beasain (Guipúzcoa). La fusión definitiva se materializó en
1969 y, desde entonces, las siglas de la empresa guipuzcoana cambiaron de
significado por el de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles, en homenaje a
la antigua Material Móvil y Construcciones. Pocos años después, en 1973, sus antiguas instalaciones, establecidas junto a la estación de Campo Sepulcro, se trasladaron al nuevo polígono industrial de Cogullada.
En la actualidad, la fábrica zaragozana de CAF mantiene su tradición ferroviaria y sigue siendo lider en el sector de los transportes urbanos ferroviarios, con la fabricación de metros, tranvías y modernos trenes de cercanías.
Moderno tranvía de Zaragoza, construido por CAF en su factoría aragonesa, directa heredera de los antiguos talleres de Carde y Escoriaza
Buen resumen. Startup, scaleup, emprendimiento y sigue cotizada. Viva el Reino de Aragón
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