Entre 1978 y 1979 el Consejo General Vasco recibió la transferencia de diversos ferrocarriles de vía estrecha. Fotografía de Thierry Leleu
EUSKOTREN
La crisis de las
empresas ferroviarias de Euskadi coincidió en el tiempo con la transición
política desde la Dictadura franquista hacia un sistema democrático. El
surgimiento de nuevas instituciones trastocó los planes originales y, el 15 de
diciembre de 1978, las líneas de los antiguos Ferrocarriles y Transportes
Suburbanos no fueron traspasadas al Consorcio de Transportes de Vizcaya, sino
al recién constituido Consejo General Vasco, embrión del futuro Gobierno Vasco.
Las inundaciones de 1983 tuvieron trágicas consecuencias sobre la red ferroviaria de EuskoTren Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Meses más tarde, el 1
de junio de 1979, el Consejo General Vasco recibía también las líneas de los antiguos Ferrocarriles Vascongados, de
Bilbao a Donostia, así como el “Topo” donostiarra y el tren de Amorebieta a
Bermeo. Para la mejor gestión de todos los servicios ferroviarios recibidos, el
Gobierno Vasco decidió constituir el 24 mayo de 1982 la sociedad pública
EuskoTren.
EuskoTren realizó importantes trabajos para modernizar la decrépita red ferroviaria heredada de Feve. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
En sus primeros años,
EuskoTren realizó grandes inversiones para poner al día una red ferroviaria
obsoleta y desorganizada. Además, tuvo que hacer frente a los graves daños
provocados por las trágicas inundaciones de 1983. Símbolo del paulatino
renacimiento del ferrocarril fue la recuperación del acceso del tren de Lezama
hasta el corazón de Bilbao, con la reapertura del tramo comprendido entre
Matiko y la estación de Calzadas, abandonado desde 1969 y abierto nuevamente el
28 de noviembre de 1986.
En 1986 se reinauguró la estación de Bilbao-Calzadas, sin servicio desde 1969 como consecuencia de un desprendimiento. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
A mi padre, q.e.p.d., le pillaron las inundaciones en Bilbao, en uno de sus viajes de la nostalgia. En las Siete Calles hay marcas de nivel que recuerdan el desastre. Como seguirá lloviendo, esperemos que la próxima crecida nos encuentre mejor preparados.
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