Fotografía de fábrica de la primera locomotora eléctrica construida en La Maquinista Terrestre y Marítima. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El
objetivo principal de los nuevos talleres de La Maquinista Terrestre y Marítima
en Sant Andreu era el de la construcción de locomotoras de vapor. Sin embargo,
sus instalaciones eran adecuadas para una amplia gama de fabricaciones, por lo
que los rectores de la empresa no desdeñaron la posibilidad de introducirse en
nuevas tecnologías, como es el caso de la tracción eléctrica.
Placa de construcción de la primera locomotora eléctrica construida por La Maquinista Terrestre y Marítima, conservada en el Museo Vasco del Ferrocarril de EuskoTren. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
En 1925
el ferrocarril de San Sebastián a la frontera francesa, el popular «Topo»
donostiarra, adquirió a la alemana A.E.G. su primera locomotora eléctrica, con
el propósito de mejorar sus servicios de mercancías, hasta entonces atendidos
con unos modestos furgones automotores. Fue matriculada con el número 101.
La locomotora 102 maniobra en la estación de Amara. Fotografía de Christian Schnabel. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El
resultado obtenido con la máquina construida en Berlín debió ser lo
suficientemente positivo como para decidir adquirir otra unidad idéntica. Sin
embargo, en 1927 la empresa concesionaria, la Sociedad Explotadora de
Ferrocarriles y Tranvías, había ingresado en el nuevo Estatuto Ferroviario
impulsado por el gobierno de Primo de Rivera, por lo que a la hora de licitar
nuevos contratos debía dar prioridad a las empresas españolas. En este
contexto, A.E.G. acordó con La Maquinista Terrestre y Marítima la construcción
de la nueva locomotora en las instalaciones de la firma barcelonesa del barrio de Sant Andreu.
La locomotora 102 fotografiada en cabeza de un tren de mercancías en la estación de Herrera. Archivo de José María Valero Suárez
De
factura muy similar a la 101, la nueva máquina fue matriculada como 102. Dado
que era la primera locomotora eléctrica construida por La Maquinista Terrestre
y Marítima, la firma catalana decidió iniciar una nueva numeración y en lugar
de otorgarle el número de fábrica que le debería haber correspondido dentro del
conjunto de locomotoras ya construidas por esta empresa, optó por concederle el
número 1, tal y como se puede observar en su placa de construcción original,
hoy conservada en el Museo Vasco del Ferrocarril de EuskoTren en Azpeitia
(Gipuzkoa).
La locomotora 102 espera el cruce en la estación de Molinao. Archivo de Thomas Meyer-Eppler
La
locomotora 102 de la Sociedad Explotadora de Ferrocarriles y Tranvías, primera
de su tipo construida por La Maquinista Terrestre y Marítima, prestó sus
servicios en el «Topo» hasta el 5 de febrero de 1977, fecha en que fue dada de
baja tras sufrir un trágico accidente en la estación de Herrera. Poco después
fue desguazada.
La locomotora 102 fue desguazada tras sufrir un accidente en la estación de Herrera el 5 de febrero de 1977. Fotografía de Pedro Pérez Amuchastegui
La locomotora era una verdadera maravilla,seguro que además de su buen resultado.Esteticamente creo que era toda una delicia,con sus capots y bogies tan "simetricos",y aquellos siempre tan curiosos "troles",debia de ser algo digno de ver en circulación,me la imagino rodando suevamente emitiendo su grave zumbido.Muy lamentablemente el fin de sus servicios ocurrió por aquel grave percance,que ojalá solo se hubiera saldado con daños materiales...
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