viernes, 26 de octubre de 2018

LA LÍNEA 3 DE METRO DE BILBAO: MÁS DE 135 AÑOS DE HISTORIA (V)


En 1888 se inauguró el ferrocarril de Amorebieta a Gernika. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

DE AMOREBIETA A GERNIKA Y SUKARRIETA

En orden cronológico, el tercer ferrocarril de vía métrica de Bizkaiase construyó entre Amorebieta y Gernika. El arquitecto Luis de Landecho obtuvo la concesión gubernamental para su construcción y explotación 20 de febrero de 1885. De inmediato, constituyó la empresa del Ferrocarril de Amorebieta a Guernica y contrató a uno de los ingenieros más reputados de la época, el donostiarra Pablo de Alzola, para dirigir las obras, que concluyeron el 13 de agosto de 1888.
Primitiva locomotora de vapor del ferrocarril de Amorebieta a Gernika. Fotografía de Jeremy Wiseman

El ferrocarril de Gernika no fue tan rentable como el de Durango, por lo que sus promotores decidieron ampliarlo hacia Bermeo, para acaparar los tráficos de viajeros y mercancías que podía generar la villa marinera. Sin embargo, en una primera fase únicamente construyeron la sección de Gernika a Sukarrieta, ya que no contaban con los recursos necesarios para afrontar el paso por los difíciles acantilados de Mundaka. Este nuevo tramo entró en servicio el 15 de marzo de 1893.
En 1896 entró en servicio el tranvía de Sukarrieta a Bermeo. Dibujo de José Vicente Coves Navarro

Como alternativa más económica para alcanzar Bermeo, el 1 de septiembre de 1896 se inauguró un modesto tranvía de mulas entre Sukarrieta y Bermeo, que se mantuvo en servicio hasta el 15 de agosto de 1918. La solución definitiva no llegó hasta la tardía fecha del 16 de agosto de 1955, día en que finalmente el tren vio prolongadas sus vías entre Sukarrieta y Bermeo. Durante muchos años, éste fue el último ferrocarril construido en Euskadi.

En las obras de prolongación del ferrocarril entre Sukarrieta y Bermeo se utilizó mano de obra esclava de los presos del franquismo. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
 

1 comentario:

  1. Las ilustraciones de José Vicente Coves Navarro son mejores que si fueran fotografías.

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