La electrificación de Gergal a Santa Fe entró en servicio en 1911. Para entonces ya había 106 kilómetros de ferrocarriles de vía estrecha electrificados. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Tradicionalmente se ha
considerado la electrificación de la sección de vía ancha comprendida entre
Gergal y Santa Fe, en la provincia de Almería, como la primera
aplicación de la tracción eléctrica en los ferrocarriles españoles. Sin embargo, en la fecha
en que entró en servicio esta electrificación, España contaba con cinco
ferrocarriles de ancho inferior al normal español electrificados, cuya longitud de vías
sumaba 106 kilómetros.
Monte Ulía fue la primera concesión ferroviaria electrificada. Año 1902. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Los ferrocarriles de vía
estrecha fueron pioneros en la introducción de la tracción eléctrica en España, hasta el punto que en 1936, sumaban 787 kilómetros de vías bajo catenaria, lo que suponía más del 60% de líneas
electrificadas en el Estado. En la actualidad, la tracción eléctrica es
protagonista en el 46,4 % de los ferrocarriles de vía estrecha de España, con
851 kilómetros electrificados
En 1907, el ferrocarril de La Loma se convirtió en la primera electrificación ferroviaria de Andalucía. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
LAS PRIMERAS ELECTRIFICACIONES EN LA
VÍA ESTRECHA ESPAÑOLA.
Tal y como se ha señalado con
anterioridad, las primeras aplicaciones de la tracción eléctrica en España se
realizaron sobre líneas de ancho inferior al normal. De hecho, antes de
realizar la primera experiencia en líneas de vía ancha ya se habían establecido
los siguientes servicios:
En 1903 se inauguró el ferrocarril eléctrico de San Sebastián a Hernani. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Ferrocarril de Ulía (San Sebastián, inaugurado el 8 de junio de
1902
Ferrocarril de San Sebastián a Hernani, en servicio desde el 2 de agosto de 1903
Ferrocarril de Barcelona a Sarriá, electrificado el 28 de octubre de 1905
Ferrocarril de La Loma, de Linares a Úbeda y Baeza, electrificado entre el 6 de octubre y el 8 de diciembre de 1907
Ferrocarril de Pamplona a Aoiz y Sangüesa (Irati), inaugurado el 23 de abril de 1911
Ferrocarril de San Sebastián a Hernani, en servicio desde el 2 de agosto de 1903
Ferrocarril de Barcelona a Sarriá, electrificado el 28 de octubre de 1905
Ferrocarril de La Loma, de Linares a Úbeda y Baeza, electrificado entre el 6 de octubre y el 8 de diciembre de 1907
Ferrocarril de Pamplona a Aoiz y Sangüesa (Irati), inaugurado el 23 de abril de 1911
Automotor bitensión y bicorriente del ferrocarril del Irati, inaugurado en 1911. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Característica común a las
cuatro primeras realizaciones era la utilización de la tensión de 600 voltios
en corriente continua, similar, al igual que la mayor parte de los aspectos
tecnológicos de las instalaciones y del material móvil, al empleado en los
tranvías urbanos de la época. Por su parte, el Ferrocarril de Pamplona a Aoiz y
Sangüesa, más conocido como “El Irati”, fue electrificado en la tensión de
6.000 voltios en corriente alterna monofásica en frecuencia especial de 25
Herzios, a excepción del tramo de penetración en las calles de Pamplona, en el
que también se utilizaban los 600 voltios en corriente continua. Es decir, por primera vez en España, se recurrió a un material móvil bitensión y bicorriente.
En los tramos urbanos, el ferrocarril del Irati utilizaba la tensión de 600 voltios en corriente continua. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La elección de la tracción
eléctrica en estos ferrocarriles estuvo motivada en el deseo de las empresas
explotadoras de establecer servicios de cercanías, rápidos y frecuentes en sus
líneas, aprovechando las ventajas de la tracción eléctrica, gracias a la mayor
aceleración y al potente frenado característico de este sistema. En el caso del
Ferrocarril de Sarriá, resultaba también de gran importancia el hecho de poder
eliminar los humos de las locomotoras de vapor en un trazado completamente
urbano. Por su parte, el ferrocarril de “El Irati”, estaba integrado en un
importante grupo empresarial que también disponía de negocios de generación y
distribución de energía eléctrica mediante el aprovechamiento de recursos
hidráulicos, por lo que sus costes energéticos eran notablemente inferiores respecto a los
que hubiera supuesto el empleo de la tradicional tracción por vapor.
Con gran satisfaccion e interes por el comienzo de esta nueva entrada dedicada esta vez al material electrificado se esperan las siguientes entregas,puesto que tambien la peninsula contaba y cuenta con un material de lo mas interesante y digno de estudio
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