miércoles, 30 de mayo de 2012

EL NACIMIENTO DEL DURANGUILLO

Primitiva estación de Bilbao-Achuri, desde la que partió el 30 de mayo de 1882 el tren inaugural a Durango

El ferrocarril de Bilbao a Durango, el popular "duranguillo" cumple hoy 130 años. En efecto, el 30 de mayo de 1882 circulaba el tren inaugural del trayecto de vía métrica que, desde entonces, enlaza ambas villas vizcaínas. Pese a la modestia de sus 32 kilómetros de recorrido, este pequeño ferrocarril fue crucial en el desarrollo de este sistema de transporte en todo el norte peninsular.

Al de Bilbao a Durango le cabe el honor de haber sido el primer ferrocarril de servicio público establecido en vía métrica en todo el norte peninsular y el segundo de España, tras el valenciano de Silla a Cullera. Su éxito económico fue inmediato, gracias, por una parte, al estricto cumplimiento del presupuesto previsto por el proyecto ( el fracaso financiero de muchos ferrocarriles españoles estribó, precisamente, en el incumplimiento de los presupuestos), facilitado por la economía de construcción que aportaba la utilización de un ancho de vía inferior al normal español y, por otra, a los buenos resultados económicos que ofreció la explotación, sobre todo en lo que respecta al transporte de viajeros.

Como consecuencia de su éxito financiero, rápidamente se extendió la idea de que la única forma de construir ferrocarriles económicamente viables en una región con una orografía tan difícil como la cantábrica, era la utilización de la vía métrica. De este modo, se construyeron en este ancho líneas que, al menos desde un punto de vista estrictamente técnico, deberían haberse establecido en ancho normal, como es el caso de la gran transversal que enlaza Asturias con Cantabria y el País Vasco.

Como recuerdo a tan destacada fecha en la historia de los ferrocarriles españoles, a continuación reproducimos la crónica inaugural que publicó el periódico fuerista La Unión Vasco-Navarra en su edición del 1 de junio de 1882:


Inauguración del F.-C. Central de Vizcaya

               
Según ayer prometimos vamos a enterar a nuestros lectores de la solemnísima fiesta que anteayer celebraron los pueblos del Duranguesado con motivo de haberse inaugurado oficialmente esa importante vía férrea que desde hoy los unirá a la metrópoli de su provincia, borrando las distancias que hasta aquí los separaban.


A las nueve y cuarto empezó la ceremonia de la bendición que estuvo a cargo del señor cura párroco de  Begoña, acompañado de todo su clero que rezó al mismo tiempo el «Te-Deum».


Gran número de banderolas y gallardetes, adornados de laurel y de flores, engalanaban mágica y vistosamente la estación, amenizando con sus armoniosos acordes el acto religioso la banda de música de Santa Cecilia que dirige el inteligente profesor señor García.


Terminada esta ceremonia ocuparon 81 convidados cinco coches espaciosos y cómodos de los que se componía el convoy.


Los edificios contiguos a la estación y el poético paseo de Los Caños se hallaban inundados de una multitud inmensa ávida de saludar con sus vivas a los expedicionarios y a la primera máquina que gallarda y esbelta los iba a conducir por una de las comarcas más pintorescas y hermosas del mundo.


A las nueve y media partió el tren entre los acordes de la música, el estruendo de los petardos colocados sobre los rails de la línea y el chasquido de los cohetes que hendían los aires.


Todos los edificios de Bolueta, Galdácano, Vedia y Lemona, ostentaban vistosas colgaduras en señal de fiesta; sus vecinos aguardaban alborozados, cerca de la vía , el paso del monstruo del siglo XIX, las autoridades locales esperaron también para ofrecer sus respetos al señor gobernador y asociarse a la fiesta, las campanas de las iglesias de esas aldeas saludaron con sus lenguas de metal tan fausto acontecimiento, y los dependientes del municipio dispararon abundantes manojos de voladores para electrizar los aires y aumentar de este modo la emoción que a todos embargaba.


En el apeadero de Astepe se hallaba levantado un gallardo arco del triunfo, con esta inscripción:
 
«Saludamos a la Empresa
que ha llevado adelante
trabajo tan importante
y que al país interesa»


Allí se detuvieron los convidados diez minutos para aceptar el ofrecimiento de pastas y licores con que nuestro distinguido amigo, el respetable caballero vizcaíno D. Juan José de Jáuregui y sus amables hijos, dueños de la importante fábrica de hierros que da vida y animación a aquel hermoso valle, obsequiaron a los convidados, proporcionándoles al mismo tiempo la ocasión de presenciar un aurrescu bailado por los obreros de aquel centro industrial al son de la clásica albocque y del histórico tamboril entre la algazara de la multitud aumentada por el estruendo de los morteros, de los petardos y de los cohetes.


En Zornoza fue también entusiasta el recibimiento. En la estación se hallaba levantado un caprichoso arco, en el cual se leían en ambas partes, las siguientes inscripciones en bascuence:


«Amorebieta-co erriyac pozes bateric Biscaico burdiñ bide erdigoarrari.»
Traducción.- «El pueblo de Amorebieta lleno de júbilo al ferro-carril central de Vizcaya.»

«Doandia Bizcaico erriari eta equigoaco Jaunari beren Langilletazun eta zorionagatic.»

Traducción.- «Loor al pueblo vizcaíno y a los señores de la Empresa por su laboriosidad y prosperidad.»


En la estación de Zornoza ocurrió un detalle que no pudo pasar desapercibido para nosotros. Una ancianita, encorvada hacia el sepulcro por el peso de los años, contemplaba entusiasmada por primera vez de su vida una locomotora; y no pudiendo contener su alborozo porque Dios, según ella decía, le concedía antes de morir ver un ferro-carril, se acercó al señor Gobernador, le cogió una mano y al besarla, le dijo conmovida:
 
«Yo felicito a Usía en este hermoso día»

El recibimiento en Durango, según ayer dijimos, fue frío, efecto según oímos, de algunos disgustos que surgieron entre la empresa del ferro-carril y el Ayuntamiento de aquella villa, por haberse celebrado el banquete en Bilbao, y además por el objeto a que el municipio destinaba algunos terrenos cedidos por la empresa cerca de la estación.[1]

Dos horas tardaron los expedicionarios en el trayecto de Bilbao a Durango, y una hora y cuarto invirtieron en el regreso, dando comienzo inmediatamente al banquete que se celebró en el espacioso local que servirá de almacenes en la estación de Achuri, que estuvo elegantemente adornado con profusión de guirnaldas y ramos de flores.


76 convidados se sentaron en torno de la mesa, ocupando las cabeceras los señores presidente y vice-presidente del Consejo de Administración D. Francisco de Igártua y D. Manuel R. de Elorduy, teniendo el primero a su derecha al señor Gobernador civil de la provincia y a su izquierda al señor Gobernador militar, y el segundo a los ingenieros señores Urúburu y Lequerica.


El menú (como ahora se dice) estuvo a cargo de la acreditada fondista Dª Brígida Múrua y el conocido maitre d’hotel señor Orbe dirigió el servicio con la actividad y buen gusto que le caracteriza.


Al destaparse la primera botella del espumoso champagne comenzó, como es de costumbre, la serie de los brindis, iniciados por el presidente señor Igártua, que en un breve pero elocuente discurso dio las gracias a las autoridades y a los amigos particulares que han contribuido al feliz éxito de la empresa, haciendo después a grandes rasgos la historia de las vicisitudes y de los obstáculos que han tenido que vencer para llevarla a cabo.


Sentimos no disponer de espacio para reseñar uno por uno todos los brindis a cual más entusiastas y elocuentes que pronunciaron, por el orden que mencionamos, los señores Elorduy, Gobernador civil, conde de Monterron, Gobernador militar, Goicoechea (D. Sabino), Delmas (D. Juan), Ibarreta, Bergé, Trueba, Areitio, Atristrain, Leguina, Alzola, Gurtubay, Azcárraga, Echevarría, Aguirre, Sarasúa y Rianchio.


Solo haremos mención especial del que pronunció nuestro distinguido amigo D. Ramón Bergé, porque evocó un recuerdo oportunísimo, cual fue el de que el proyecto del ferro-carril central nació en las Juntas de Guernica, a la sombra del árbol foral, con cuyo motivo habló de las excelencias de nuestro antiguo régimen y terminó brindando por los Fueros.


No concluiremos estas líneas sin hacer votos al cielo para que el ferro-carril central de Vizcaya alcance todo el beneficioso resultado que el país espera de él y que tienen derecho a alcanzar los buenos patricios que lo han llevado a cabo.


Dos días después de verificarse la inauguración oficial del nuevo ferrocarril, en concreto el 1 de junio de 1882, se procedió al inicio del servicio público de viajeros con el siguiente horario de trenes:
 

-          Salidas de Bilbao a las 8:00, 11:00, 14:00 y 18:00 horas.

-          Llegadas a Durango a las 9:26, 12:15, 15:26 y 19:15 horas.

-          Salidas desde Durango a las 8:30, 15:40, 18:03 y 18:30 horas.

-          Llegadas a Bilbao a las 9:54, 16:55, 19:18 y 19:54 horas.[2]


Ante la falta de material móvil y personal, en los primeros meses únicamente se prestó servicio de viajeros. Sin embargo, ante la insistente demanda de algunos empresarios y comerciantes, la compañía decidió el 22 de julio de 1882 que

…desde el 1 de agosto se hiciera servicio de mercancías en el ferrocarril como se pudiera, sin responsabilidad en el plazo del transporte y sin anunciarlo al público y sólo para satisfacer las necesidades de los que primero habían pedido este servicio.[3]









[1] Además de los motivos expuestos en el periódico respecto a la celebración del banquete, los principales motivos de fricción eran los relativos a la subvención y a unos terrenos próximos a la estación en los que el Ayuntamiento deseaba instalar una plaza de toros provisional, algo a lo que se oponía el Central de Vizcaya.


[2] Gaceta de los Caminos de Hierro, 5 de noviembre de 1882, Nº 45, p. 713.


[3] Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 1, p. 150.

4 comentarios:

  1. Y aun tenemos fresca (y la leemos, repasamos y conservamos) la magnífica obra que el autor del blog publicó con motivodel 425 aniversario en 2007.

    Fernan

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  2. Quise decir (y escribir) 125 aniversario.

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  3. Por cierto, decir que en 2007, el por entonces alcalde de Durango (D.E.P.),y durante la preentación de la obra de Juanjo, pidió perdon en nombre de la Villa por el "frio recibimiento" de 125 años atras que menciona Juanjo.

    Fernan

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