En
diciembre de 1978 el Consejo General Vasco recibió la primera transferencia
ferroviaria, las antiguas líneas de los Ferrocarriles y Transportes Suburbanos
de Bilbao. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
El 4 de enero de 1978 se constituyó el
Consejo General Vasco, primer paso para la recuperación del régimen autonómico
en Euskadi tras la muerte del dictador Franco. Entre las competencias cedidas
al nuevo órgano por el gobierno central cabe destacar las reguladas en virtud
del Decreto 2.488 de 25 de agosto de 1978, por el que se transferían las
relativas al establecimiento, organización y explotación de ferrocarriles y
tranvías «cuando no tengan ámbito nacional, discurran íntegramente por el
territorio del País Vasco y no estén integrados en Renfe».
El
Consejo General Vasco recibió las transferencias de las diversas líneas
ferroviarias situadas en el ámbito de su competencia territorial en dos etapas.
La primera correspondió al conjunto de líneas gestionadas por el último gran
operador ferroviario privado del país, Ferrocarriles y Transportes Suburbanos
(FTS), que había renunciado a su explotación el 15 de diciembre de 1977. Esta
red estaba conformada por los ferrocarriles de Bilbao a Plentzia y a Lezama, de
Lutxana a Sondika y de Matiko a Azbarren, así como por diversos servicios de
transporte de viajeros por carretera establecidos en su zona de inflencia. En
principio, tras la renuncia de FTS, se pensó en integrar sus servicios en el Consorcio
de Transportes de Vizcaya, constituido en 1975 para la creación del futuro Metro
de Bilbao. Sin embargo, este organismo todavía no se encontraba operativo, por
lo que se optó por encomendar la gestión de estas líneas, pero no su
titularidad, a la empresa estatal Feve, por un periodo improrrogable de seis
meses que debido a la inestable situación política del momento, en pleno
proceso de Transición política, finalmente fue preciso prorrogar medio año más.
Entre tanto, dado que la situación de letargo del citado Consorcio no había
variado, se decidió que, finalmente, estas concesiones ferroviarias y de
carretera fueran asumidas por el Consejo General Vasco, lo que tuvo lugar el mismo
día que expiraba la segunda prórroga, el 15 de diciembre de 1978.
En junio
de 1979 se completaron las transferencias ferroviarias a Euskadi, con el
traspaso de las líneas de Feve de Bilbao a Donostia y Hendaia, así como del
ramal de Amorebieta a Bermeo. La bilbaína estación de Atxuri era la cabecera de
esta red. Fotografía Juanjo Olaizola Elordi
La
segunda fase de transferencias se vio retrasada por las discrepancias surgidas a la hora de interpretar lo marcado
por el Decreto 2.488. Por una parte, desde el gobierno central se defendía que
todas las líneas de vía métrica del País Vasco, salvo las de los antiguos FTS,
formaban parte del gran corredor de la cornisa cantábrica que enlaza Ferrol con
Hendaia o eran ramales de éste, por lo que su ámbito excedía al de la Comunidad
Autónoma y no podían ser transferidas. Por otra, el Consejo General Vasco
consideraba que debían ser transferidas todas las antiguas concesiones que
dieron lugar al desarrollo de las líneas de vía estrecha del territorio, por lo
que entendían que únicamente eran de ámbito extracomunitario las concesiones de
La Robla (León) a Balmaseda (Bizkaia) y de Solares (Cantabria) a Zalla
(Bizkaia). Finalmente, y tras duras negociaciones, se alcanzó una solución salomónica:
Se transferirían las líneas electrificadas; Bilbao a Donostia y su continuación
a la frontera francesa, el popular «Topo», así como el ramal de Amorebieta a
Bermeo, mientras que permanecerían en manos de Feve las explotadas con tracción
diésel, aunque algunas de sus históricas concesiones transcurriesen
íntegramente en territorio de la Comunidad Autónoma Vasca, como es el caso de las
de Lutxana a Ireuregi y La Industrial a Azbarren. Ha sido necesario que
transcurrieran más de 37 años para que una sentencia del Tribunal
Constitucional dictada el 23 de junio de 2016 diera la razón a las
instituciones vascas, al señalar que estas dos líneas no forman parte de la Red
Ferroviaria de Interés General y, en consecuencia, debían ser transferidas al
Gobierno Vasco, lo que finalmente se ha materializado en fecha tan reciente
como el pasado mes de enero de 2019.
Desde sus
inicios, Euskotren operó diversas líneas de transporte de viajeros por
carretera. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Dos redes inconexas
Tras las
citadas transferencias, materializadas el 1 de junio de 1979, las líneas de vía
métrica del Consejo General Vasco quedaron conformadas por dos redes
independientes, sin unión física entre ellas, ya que el antiguo nexo de unión,
el ferrocarril de Matiko a Azbarren, se encontraba con el servicio suspendido
tras el hundimiento de un túnel el 1 de abril de 1969. Aunque este trayecto se
incluyó entre las transferidas al Consejo General Vasco, nunca llegó a ser
reabierto, utilizándose únicamente la pequeña sección de Azbarren a la estación
colateral de Sarratu para facilitar el acceso de los trenes de mercancías de
Feve a la factoría de Arcelor en Etxebarri. En resumen, la red se dividía en:
Desde 1969 la conexión entre la antigua red de los Ferrocarriles y Transportes Suburbanos de Bilbao y el resto de la red de vía métrica de la cornisa cantábrica, el ferrocarril de Matiko Azbarren, se encontraba con el servicio interrumpido. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
-
Antigua red de los FTS, de 41 kilómetros de longitud, formada por las líneas de
Bilbao a Plentzia, Lutxana a Sondika, Bilbao a Lezama y Matiko a Azabarren,
aunque ésta última con el servicio suspendido desde 1969.
- Línea
de Bilbao a San Sebastián y Hendaia y ramal de Amorebieta a Bermeo, con una
longitud total de 158 kilómetros.
Característica
común a ambas redes era el hecho de que se encontraban totalmente
electrificadas a la tensión de 1.500 voltios en corriente continua, aunque en
la antigua red de los FTS la polaridad estaba invertida respecto a la práctica habitual,
encontrándose el positivo en el carril y el negativo en la catenaria. Junto a las
explotaciones ferroviarias, el Consejo General Vasco también recibió las cinco
líneas de autobuses, con un recorrido total de 86 kilómetros, anteriormente
explotadas por los FTS en el entorno de Bilbao.
Feve electrificó el ferrocarril de Amorebieta a Bermeo en 1973. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
La
situación que presentaban ambas redes en el momento en que fueron transferidas
al Consejo General Vasco era muy deficiente. Como se ha señalado, hasta
diciembre de 1977 la red de FTS había sido operada por una empresa privada
fuertemente descapitalizada en sus últimos años de gestión y lo mismo había
sucedido con la línea de Bilbao a Donostia y con el «Topo», pertenecientes
hasta 1972 y 1973, a los Ferrocarriles Vascongados y a la Sociedad Explotadora
de Ferrocarriles y Tranvías, respectivamente. Por lo que respecta al ferrocarril
de Amorebieta a Bermeo, éste había sido de titularidad pública desde 1932 y,
aunque Feve lo había electrificado en 1973, otras instalaciones y equipamientos
eran también obsoletos. En consecuencia, la baja calidad del servicio, unida a
otros factores como la crisis económica o la progresiva motorización de la
sociedad vasca, había provocado a lo largo de los años setenta una drástica
caída de la demanda.
Felicidades por el trabajo. Sin duda, es mucho esfuerzo para poner negro sobre blanco estas cuestiones. Soy de Basauri y me llamó la atención la línea Matiko Azbarren. No conseguía visualizarla. Pero claro, era la antigua línea que hoy ocupa el metro a la altura de Bolueta. Entiendo que el túnel actual del metro ya existía antes, ¿verdad? Aunque fuera de menor entidad. He hecho varias peticiones en la web Irekia para que se reanude el tráfico de pasajeros entre Ariz y Rekalde, aprovechando la antigua línea recién transferida al Gobierno vasco. He hecho varias peticiones sobre infraestructuras en la web Irekia. No sé si las conoces.
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