lunes, 4 de marzo de 2013

TRANVÍAS REVERSIBLES


Tranvía de Zaragoza Nº 104. Por la orientación del trole se puede determinar que la composición estaba siendo gobernada desde el remolque cabina en el momento en la que Christian Schnabel tomó la instantánea

En la historia de los tranvías españoles ha sido poco común la utilización, en el pasado, de composiciones reversibles, es decir, aquellas formadas por un coche motor y uno o más remolques, que pudieran ser conducidas, indistintamente, desde uno u otro extremo de la formación. Por el contrario, la práctica habitual fue, en caso de utilizar remolques, la de maniobrar en el término de la línea para que el coche motor pudiera pasar de cabeza a cola y así poder invertir la marcha.
Tranvía de la serie 900 de Barcelona. En la instantánea, la composición está gobernada desde el remolque con cabina. Fotografía de Christian Schnabel

En la Península Ibérica únicamente me consta la existencia de composiciones reversibles en los tranvías de Barcelona y Zaragoza. En el caso de la capital catalana, se trata de cincuenta coches construidos a partir de 1922 para la red de vía métrica que conformaron la serie 900. Tras la Guerra Civil y a medida que las líneas de con esta separación entre carriles eran clausuradas o transformadas en ancho internacional, buena parte de ellos fueron adaptados a la nueva galga pero perdieron la reversibilidad al conformar composiciones unidireccionales.
Composición de tranvías de la serie 900, en este caso encabezada por el coche motor M-5. Fotografía de Peter Guillen
Tranvía de la serie 900 transformado a ancho internacional. La adaptación al nuevo ancho supuso la pérdida de la reversibilidad, como delata la inexistencia de puertas de acceso en la banda izquierda de la composición. Fotografía de Peter Willen

Por lo que respecta a Zaragoza, la empresa de tranvías de la ciudad contrató, en 1940, con la empresa Material Móvil y Construcciones (antiguos Talleres de Carde y Escoriaza) la construcción de diez tranvías motores de dos ejes que pasaron a conformar la serie 100 de la red urbana de la capital aragonesa. La principal novedad técnica de estos vehículos, además de disponer de un truck de concepción moderna diseñado bajo patente de la firma francesa SATRAMO, estribaba en el hecho de que disponían de remolques, de diseño similar a los coches motores, que contaban con una cabina de conducción.
Composición reversible de los tranvías de Zaragoza, formada por el coche motor y el remolque 105
 Fotografía de G. Masino

Dos de estas ramas reversibles, las números 107 y 108 también circularon entre 1944 y 1948 en la línea interurbana de San Sebastián a Tolosa, mientras que el 102 trabajó durante largos años en los tranvías de Cádiz a San Fernando. Además, tanto Zaragoza como Cádiz contaron, respectivamente, con tres coches motores, la primera los 111, 112 y 116 y la ciudad andaluza los 113 a 115, con los que no se conformaron composiciones reversibles.
Composición reversible Nº 107, fotografiada en el tranvía de San Sebastián a Tolosa. Fotografía de G. Masino

Es preciso tener en cuenta que, tanto en la serie 900 de Barcelona como la 100 de Zaragoza, la regulación de la tracción se realizaba en alta tensión y, por tanto, las conexiones eléctricas entre los coches motores y los remolques con cabina eran, también en alta tensión.
Coche motor 106 fotografiado en Zaragoza por Christian Schnabel


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