SANTIAGO RUBIÓ TUDURÍ
Uno de los personajes clave en la construcción de la primera línea de metro de Barcelona fue el ingeniero Santiago Rubió i Tudurí, autor del proyecto definitivo del Gran Metro.
Natural de Maó (Menorca), donde nació el 30 de junio de 1892, su familia se mudó a Barcelona cuando apenas contaba con cuatro años, por lo que fue en la ciudad condal donde realizó estudios medios en el Instituto General y Técnico, en el que en 1908 culminó el bachillerato. Posteriormente ingresó en la Escuela de Ingenieros Industriales, en la que se graduó en 1915.
Santiago Rubió dedicó buena parte de su actividad profesional a diferentes proyectos ferroviarios. El primero de ellos fue la construcción del funicular de San Joan, en Montserrat, proyecto que realizó entre los años 1917 y 1918. Tras esta experiencia, pasó a dirigir las obras del Gran Metro de Barcelona entre los años 1921 y 1922.
Tras su paso por el metro, Rubió retornó al mundo de los funiculares y en 1924 proyectó el que comunica la localidad barcelonesa de Gelida con la estación de MZA. Además, también estudió la construcción de un transbordador aéreo entre la estación del ferrocarril de Barcelona a Manresa en Olesa de Montserrat y Esparraguera. Cabe señalar que esta propuesta no se materializó hasta el año 2005 y su existencia fue efímera, ya que se clausuró en 2012. También diseñó los pequeños funiculares que funcionaron en la Exposición Universal de Barcelona de 1929 y participó en la construcción de los túneles de la calle Balmes para el ferrocarril de Barcelona a Sarriá, hoy integrado en la red del metro de Barcelona como línea 6.
Durante la República y la guerra civil, Rubió ocupó diversos cargos de responsabilidad en la Generalitat de Catalunya, entre otros, la dirección de la Escuela de Ingenieros y la subsecretaría de Transportes. Para eludir las represalias de los franquistas, al finalizar el conflicto bélico se vio obligado a exiliarse, primero en Francia y, a partir de 1948, en Argentina, país en el que participó en numerosos proyectos de ingeniería civil.
Rubió retornó a Barcelona en 1965, ciudad en la que residió hasta su muerte, a los 87 años de edad, el 4 de marzo de 1980. En la actualidad, su rico fondo personal, formado por correspondencia y documentación vinculada a su actividad profesional y, también, a sus inquietudes sobre el excursionismo, la filología, la literatura y la industria, se conserva en el Arxiu Nacional de Catalunya.
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