LOCOMOTORAS VALENCIANAS Y VASCAS
El ferrocarril de Tortosa a La Cava se explotó en sus primeros años de vida con la tecnología más novedosa del momento: modernos automotores impulsados por motores de gasolina de la francesa Renault. Sin embargo, estos vehículos pronto se mostraron insuficientes para atender toda la demanda, por lo que la empresa concesionaria decidió aprovechar la electrificación de otras líneas de vía estrecha para adquirir de ocasión tres locomotoras de vapor que habían quedado fuera de servicio, todas ellas de idéntico rodaje, 220T, y muy similares entre sí, ya que compartían el mismo fabricante, la firma británica Hunslet.
Hasta fechas recientes, todas las publicaciones sobre esta línea siempre habían coincidido en que dos de sus locomotoras de vapor procedían de los ferrocarriles de vía estrecha de València, mientras que la tercera unidad había sido adquirida de ocasión a la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao. Sin embargo, en el año 2019 un libro sobre la historia de los ferrocarriles valencianos publicada por Javier Golf Sánchez, ha rebatido, además de forma desabrida, esta tesis y afirma con firmeza que las tres locomotoras eran oriundas del trenet valenciano.
El autor de esta tesis cree que las publicaciones anteriores sobre el tema se habían equivocado respecto al origen de las locomotoras del ferrocarril de Tortosa a la Cava por el hecho de que una de ellas presentaba una cabina de conducción diferente a la de sus dos hermanas. Para Javier Golf éste no es un hecho relevante, ya que, en origen, las cabinas de todas las locomotoras del trenet valenciano eran abiertas por su parte trasera y éstas fueron modificadas en la capital del Turia, no siempre con el mismo criterio. Además, afirma con absoluta rotundidad que la Compañía de los ferrocarriles de Santander a Bilbao jamás tuvo locomotoras construidas por Hunslet, por lo que habría sido imposible que esta empresa pudiera vender de ocasión una locomotora de este fabricante británico.
Lamentablemente, buena parte de la documentación original sobre las locomotoras del ferrocarril de Tortosa a La Cava, bien en València, bien en Tortosa, bien en Bilbao, o ha sido destruida con el paso del tiempo o, simplemente, no se sabe dónde se puede encontrar. Y, sin embargo, existen datos que permiten poner en cuestión esta nueva tesis y confirmar que, en efecto, una de las tres locomotoras del carrilet del delta del Ebro fue adquirida de ocasión en tierras vascas.
El primer error del autor valenciano es afirmar que la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao no tuvo locomotoras Hunslet, cuando en realidad sí que tuvo, en concreto una, construida por el fabricante británico en 1891 con el número 540. Claro que su destino inicial no fue la Compañía de los ferrocarriles de Santander a Bilbao, máxime si se tiene en cuenta que esta empresa no se fundó hasta cinco años más tarde, en 1896. De hecho, su primer propietario fue la compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, empresa en la que inicialmente recibió el número 1 y el nombre de “Guecho”, tal y como queda reflejado en la página 53 de su Libro Diario número 1 de contabilidad, en el que, el 14 de enero de 1892, señala “Ptas. 37.308,53.- Importe total de la máquina “Guecho” que ha sido entregada con esta fecha a esta Compª, por la Compª The Hunslet Engine y Compª, de Bristol”. Curiosamente, muy poco después la empresa ferroviaria decidió mudar el nombre de la locomotora por el de “Las Arenas” como protesta por la falta de apoyo financiero por parte del Ayuntamiento de Getxo y más tarde aun experimentaría un nuevo cambio, al ser rematriculada como número 2 “Plencia”, para evitar confusiones con la homónima del vecino ferrocarril de Bilbao a Las Arenas.
En 1900 tanto el ferrocarril de Las Arenas a Plentzia como el de Bilbao a Las Arenas, que en principio eran compañías independientes, fueron absorbidos por la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao. Naturalmente, la operación incluía la incorporación de todo su parque motor y remolcado y, en consecuencia, también la locomotora Hunslet del primero, entonces marcada con el número 2 y el nombre de “Plencia”.
Por otra parte, la primera pista que aporta indicios sobre el diferente origen de las locomotoras de vapor del ferrocarril de Tortosa a La Cava la aporta el libro Steam on the Sierra, publicado en 1960, en el que sus autores señalaron respecto a esta línea que uno de sus colegas lo había visitado recientemente y les había cedido una fotografía de sus locomotoras Hunslet de “typical English desingn”, una imagen de las locomotoras 1 y 2 tomada por un conocido aficionado inglés; Lawrence G. Marshall, quien anotó los números de fábrica de las tres máquinas de la línea, en concreto, las 518, 540 y 843.
Anteriormente ya se ha señalado que la locomotora Hunslet con el número de fábrica 540 había sido fabricada para el ferrocarril de Las Arenas a Plencia, pero ¿existe algún documento que lo avale? Afortunadamente, la respuesta es afirmativa: La lista de fábrica de Hunslet, que respecto a estas tres locomotoras señala que la que recibió el número 518, había sido entregada en noviembre de 1890 a J.R. Barnes, Spain y matriculada como VL 8. VL son las iniciales del ferrocarril de Valencia a Líria, el primer “trenet” valenciano. Sobre la 540, dice que fue entregada en septiembre de 1891 a J.R. Banks, Spain para el ferrocarril de Arenas-Plencia y matriculada como número 1 “Guecho”, mientras que la 843 fue entregada en 1906 a J.R. Banks, Spain y matriculada como SVT (Sociedad Valenciana de Tranvías) 13.
Junto a estos datos, en su día, veteranos ferroviarios del carrilet de Tortosa a La Cava informaron a otros historiadores como Miquel Palou o Carles Salmerón sobre el diferente origen de sus locomotoras de vapor, pero, además, existe incluso una prueba material sobre la presencia de la locomotora Hunslet 540, la construida por este fabricante británico para el ferrocarril de Las Arenas a Plencia: su placa de construcción. Esta pieza se expone en el Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren, al que llegó cedida por el conocido amigo del ferrocarril Javier Aranguren Castro quien, a su vez, la había obtenido… ¡en el ferrocarril de Tortosa a La Cava! Fue precisamente su jefe de explotación, Jaime Barbará Rexach quien se la entregó en una visita realizada tras la clausura de la línea.
En definitiva, es prácticamente seguro que el ferrocarril de Tortosa a La Cava contó en su parque motor con dos locomotoras de vapor adquiridas de ocasión al trenet valenciano y una comprada de segunda mano a la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao. En todo caso, cualquier documento que aporte más luz al respecto, siempre será bienvenido.
Muy bonitas máquinas tuvo el honor de contar en su haber la línea,no se puede negar en absoluto su procedencia inglesa,su misma elegancia y categoría lo denotan!,hasta las mismas placas de fábrica rebosaban prestigio!...
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