GAUDENCIO ZOPPETTI JUDEZ
Hoy lamentablemente olvidado, Gaudencio Zoppetti Judez, principal promotor del ferrocarril de Tortosa a La Cava, fue uno de los más destacados ingenieros eléctricos españoles del siglo XX.
Gaudencio Zoppetti nació en Zaragoza el 26 de febrero de 1886 en el seno de una familia de origen piamontés dedicada al sector de la hostelería, siendo su padre el propietario del hotel Europa, el más importante de la capital aragonesa. La posición acomodada de su familia permitió que pudiera cursar estudios superiores, licenciándose en 1908 en la escuela de ingenieros industriales de Bilbao.
Finalizados sus estudios, Gaudencio Zoppetti comenzó a trabajar en La Industria Eléctrica, antecesora de la actual fábrica de Siemens en Cornellá, de Barcelona, ciudad en la que pronto abrió su propia consultoría. A partir de 1911 pasó a colaborar con la principal empresa del sector de Catalunya, Riegos y Fuerzas del Ebro, más conocida como “La Canadiense”, en sus diversos proyectos de generación y distribución de energía hidroeléctrica.
Fue precisamente su trabajo en “La Canadiense” el que llevó a Gaudencio Zoppetti a Tortosa, en 1915, como director de la central que esta firma estableció en la ciudad, desde la que trabajó en las obras de alumbrado de sus calles así como en la distribución de la energía eléctrica de su empresa para su uso en los sistemas de irrigación de los arrozales del delta del Ebro. De este modo, tomó conciencia de la necesidad de mejorar los transportes de la zona y la necesidad de construir la línea de Tortosa a La Cava que, como se ha señalado anteriormente, en principio estaba previsto que fuera de tracción eléctrica. Al respecto, el propio Gaudencio señaló en una entrevista de prensa, que fue el único ingeniero industrial que construyó y dirigió un ferrocarril en España durante el siglo XX.
En 1933, Gaudencio Zoppetti fue contratado por el empresario y político republicano José Miñones, que un año antes había fundado la Electra Popular Coruñesa, para el diseño de la presa de Güimir, un salto de 144 metros de altura y 3.846 caballos de potencia, situado sobre el río Lambre, en Paderne (A Coruña). Durante la guerra, el promotor de esta empresa fue asesinado por el bando franquista y su compañía energética adjudicada a la Sociedad General Gallega de Electricidad, propiedad de Pedro Barrié de La Maza, amigo personal de Franco.
Gaudencio Zoppetti venció las enormes dificultades de todo tipo propias de tan convulsa época y logró poner en marcha el salto de Güimil en 1939. Posteriormente, continuó su trabajo en la Sociedad General Gallega de Electricidad, empresa que en 1955 se integraría, junto a otras del sector, propiedad de Pedro Barrié, en Fuerzas Eléctricas del Noroeste (FENOSA), compañía que durante décadas monopolizó la producción y distribución de electricidad en toda Galicia.
En FENOSA, Zoppetti trabajó en los numerosos proyectos hidroeléctricos que impulsó esta empresa, sobre todo en el aprovechamiento de los cursos del Sil y del Miño, incluido el gran salto de Belesar (Lugo), en su momento, el cuarto más potente de España. Además, publicó con la editorial de Gustavo Gili de Barcelona, conocida en el ámbito ferroviario por la edición de diversas obras sobre tracción ferroviaria, tres grandes obras; Estaciones transformadoras y de distribución, su estudio, montaje, regulación y ensayo; Redes eléctricas de alta y baja tensión para conducir y distribuir la energía eléctrica, y Centrales hidroeléctricas, su estudio, montaje, regulación y ensayo, que alcanzaron varias ediciones y sirvieron de base para la formación de miles de ingenieros industriales, tanto en nuestro país como en Hispanoamérica.
Muchas gracias por escribir sobre mi abuelo. Estoy de acuerdo en que fue el mejor ingeniero del siglo XX en su especialidad y que merece todos los reconocimientos.
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