Recreación del desaparecido tranvía de Pedernales a Bermeo. Dibujo realizado por José Vicente Coves Navarro
En 1888 entraba en servicio el ferrocarril de vía métrica de Amoretieta a Guernica, vía que empalmaba en la primera de las localidades con la línea, también de vía métrica, de Bilbao a Durango. Pronto, los promotores de este pequeño tren estudiaron la posibilidad de prolongar su trazado hasta el importante puerto pesquero de Bermeo. Sin embargo, en un primer momento, únicamente construyeron la sección entre Guernica y Pedernales, de fácil trazado al transcurrir por un terreno llano y sin obstáculos. Esta nueva sección se abrió al tráfico en 1893.
El 18 de diciembre de 1895,
Víctor Arana y Balaustegui, el vecino de Guernica y pequeño accionista del
ferrocarril de Amorebieta a Pedernales,[1]
solicitó a la Diputación
de Vizcaya autorización para establecer un tranvía de motor de sangre entre
Pedernales y Bermeo, aprovechando para ello la traza y obras de fábrica de la
carretera de Bilbao a Bermeo.[2] El 4
de abril de 1896 la
Diputación permitió al peticionario ocupar la parte necesaria
de la calzada, mientras que el 14 de agosto del mismo año se anunciaba
públicamente el proyecto.
Sin esperar la definitiva
resolución de la concesión, Víctor Arana procedió a la inmediata constitución
de la empresa explotadora, la
Compañía del Tranvía de Pedernales a Bermeo, con un capital
social de 110.000 pesetas, suficiente para cubrir el presupuesto estimado de la
construcción de la línea, valorada en 121.032 pesetas.[3] La
gran mayoría de las acciones fueron suscritas por Pedro Pascual de Gandarias,
con un total de 180 títulos, mientras que las restantes se repartieron entre
Jerónimo de Albizuri, con veinte, y el propio Víctor Arana, con otros veinte.
De inmediato se emprendieron las obras, las cuales se desarrollaron con gran
celeridad. Así, la edición del 8 de agosto de 1896 del diario El Nervión señalaba en su sección «De
ayer a hoy»:
A mediados del mes actual se pondrá en explotación el
nuevo tranvía de Pedernales a Mundaca y Bermeo, con un buen servicio de
combinación directa con todos los trenes de los ferrocarriles de Durango y de Guernica.
Al efecto, tanto en Bermeo como en Mundaca se podrán tomar billetes directos y
facturar bultos para las estaciones de la línea de Guernica y para Bilbao,
Amorebieta, Durango y Zumárraga. Igualmente en Bilbao se expenderán billetes y
admitirán facturaciones para Mundaca y Bermeo, con lo cual dichos pueblos
quedarán considerados como si en ellos existiera estación de ferrocarril.
Es una mejora de positivos resultados y gran ventaja,
tanto para las líneas férreas como para los pueblos mencionados.
Poco después, el 1 de septiembre
de 1896, entraba en servicio el nuevo tranvía, tal y como recogía la crónica de
El Noticiero Bilbaíno del día 3:
Ayer se inauguró el tranvía de Pedernales a Bermeo. A
la inauguración asistieron D. Isidoro León, el Sr. Olaortua, el arcipreste de
Bermeo, el de Guernica y otras respetables personas. En la fiesta reinó gran
animación. Se hicieron grandes elogios de la buena construcción de la vía, para
la que todos los bermeanos deseamos la mayor prosperidad.
Asimismo, la edición del 10 de
septiembre de El Nervión daba cuenta
de la siguiente información procedente de Mundaca:
El tranvía funciona desde su instalación muy a gusto
del vecindario, el cual a conseguido, a cambio de la concesión de tender los
rails en la calle del pueblo, que la empresa ponga para todos los trenes un
servicio de carruajes que salga de Mundaca y asegure los asientos a los
viajeros procedentes de aquí, cosa que antes no podían contar con seguridad.
Por su parte, el expediente de la
concesión prosiguió su lenta tramitación administrativa, siendo aprobado el
pliego de condiciones el 12 de enero de 1899. El 19 de julio de 1899 se
autorizó la subasta de la concesión,[4] la
cual no fue definitivamente otorgada a Víctor Arana hasta el 15 de noviembre de
1899, cuando en realidad, el tranvía ya llevaba prestando servicio más de tres
años…. Sin lugar a dudas, estas graves irregularidades administrativas no
supusieron ningún inconveniente gracias a la notable influencia política del
principal accionista de la empresa, Pedro Pascual de Gandarias.
El servicio del tranvía se
limitaba a la expediciones necesarias para combinar en Pedernales con los
trenes procedentes de Amorebieta, por lo que habitualmente se registraban tres
circulaciones diarias en cada sentido, a los que debían sumarse los trenes
especiales y los establecidos para atender el tráfico de mercancías,
principalmente el generado por las industrias conserveras y las pesquerías de
Bermeo. El trayecto, de poco más de cinco kilómetros se cubría a velocidad muy
reducida, invirtiendo cerca de una hora en cubrir la totalidad de la línea. A
principios del siglo XX los viajes se aceleraron a fin de hacer frente a la
competencia de algunos servicios de coches de caballos establecidos en este
recorrido, reduciéndose el tiempo de marcha a una media hora.[5]
La explotación de este tranvía
siempre fue modesta, registrando un tráfico verdaderamente reducido. En 1911
fue utilizado por un total de 39.919 viajeros, transportando al mismo tiempo
3.137 toneladas de mercancías. El desarrollo de los transportes mecánicos por
carretera arrebató rápidamente la clientela del tranvía, el cual, en su último
año de explotación completa, 1917, fue utilizado por tan sólo 7.064 viajeros,
lo que suponía una media de 20 clientes diarios y poco más de cien toneladas de
mercancía en régimen de pequeña velocidad. Ante estos resultados, la empresa
solicitó a la Diputación
de Vizcaya, el 3 de abril de 1918, la sustitución del tranvía por un servicio
de transporte mecánico por carretera, obteniendo la autorización provisional
para ello el 20 del mismo mes.
De inmediato, la empresa
explotadora del tranvía, dirigida en aquella época por Isidoro León Arreguía,[6]
procedió a adquirir los medios necesarios, en concreto dos camiones y tres
autobuses[7] con los
que comenzó a prestar servicio el 15 de agosto de 1918. El 9 de septiembre de
1919 la Diputación
de Vizcaya autorizó al concesionario al levante de las vías, desapareciendo
definitivamente el pequeño tranvía de Pedernales a Bermeo.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
El tranvía de Pedernales a Bermeo
tenía una longitud total de 5.635,65 metros , implantados en su totalidad a
lo largo de la carretera de Bilbao a Bermeo. Inicialmente se solicitó su
establecimiento en ancho de vía métrico, a fin de hacerlo compatible con el
ferrocarril de Amorebieta,[8] pero
finalmente, y con objeto de no ocupar en exceso la calzada, lo que dificultaría
la circulación de los restantes vehículos, la Diputación exigió que
el ancho de vía se redujera a 750 milímetros , entrevía idéntica al de los
tranvías urbanos de Bilbao.
La línea se estableció en su
totalidad en vía única, en el lado izquierdo de la carretera en sentido
Pedernales-Bermeo, encontrándose su eje a 1.750 milímetros
de la arista exterior de la calzada.[9] Para
el cruce de las composiciones se establecieron un total de cuatro apartaderos
en Portuondogane (p.k. 1.500), en la calle Santa María o Mayor de Mundaca (p.k.
2.600), Ondarcho (p.k. 3.550) y en el Alto de Larrosa (p.k. 4.272), así como
los correspondientes a los extremos de la línea. Cada uno de ellos debía
ofrecer una longitud entre piquetes de al menos quince metros, mientras que la
separación entre ejes de vía no debía ser inferior a 1.850 milímetros ,
a fin garantizar el cruce seguro de los coches, de 1,60 metros de anchura.
Los carriles eran del sistema Loubat, sin alma ni patín, y de tan solo 17 kilogramos por
metro lineal, montados sobre largueros de madera empotrados en el pavimento.
El perfil de la línea era
verdaderamente accidentado, con constantes subidas y bajadas en las que las
rampas llegaban a ser del 8%, lo que exigía el uso constante del tiro doble
mientras que los frenos de los coches estaban especialmente reforzados para
trabajar en este trazado.
Para la explotación de la línea, la Compañía del Tranvía de
Pedernales a Bermeo adquirió un total de seis coches para transporte de
viajeros, tres cerrados y otros tantos abiertos, del tipo jardinera, estos
últimos diseñados específicamente para el servicio de verano. El parque se
completaba con tres vagones para el transporte de mercancías. Para el arrastre
de este material móvil el pliego de condiciones exigía un mínimo de doce mulas,
aunque en 1911 hay constancia de la existencia de al menos dieciséis
semovientes. Tanto en Pedernales como en Bermeo se establecieron pequeñas
cocheras y cuadras para albergar los vehículos y el ganado.
[1] Disponía de un total de
diez acciones. El tranvía de Pedernales a Bermeo mantuvo en todo momento una
estrecha vinculación con la
Compañía del ferrocarril de Amorebieta a Guernica y Luno y
Pedernales ya que su principal accionista, Pedro Pascual de Gandarias, era a su
vez presidente del Consejo de Administración del ferrocarril.
[2] Gaceta de Madrid, 20 de diciembre de 1895.
[3] La empresa no recurrió,
como era habitual en estos casos, a la emisión de obligaciones.
[4] Boletín de Vizcaya, 22 de julio 1899.
[5] José Ucelay, El
ferrocarril de Bermeo, pp. 15-17.
[6] Personaje que participó
activamente en la vida política del momento. Fue Diputado Provincial de
Vizcaya, siendo posteriormente nombrado Gobernador Civil de Badajoz el 10 de
agosto de 1920. A
continuación también ostentó similar cargo en Burgos a partir del 14 de mayo de
1921. El 17 de abril de 1922 fue designado Gobernador Civil de Cuenca y de
Logroño el 12 de abril del mismo año. Al mismo tiempo que regía los destinos
del tranvía era también Director Gerente del ferrocarril de Amorebieta a
Pedernales y estuvo permanentemente ligado a los intereses de la familia
Gandarias en la comarca.
[7] En concreto, los camiones eran un Selden de
tres toneladas y media y un Panhard de dos toneladas, mientras que los
autobuses eran un Berliet de 16 asientos, un Panhard de 14 y un Renault de 12
plazas.
[8] Esta opción hubiera permitido el acarreo de
los vagones de mercancías hasta Bermeo sin necesidad de trasbordar su carga.
[9] El ancho de la carretera era de seis metros.
Excelente narración con toda la precisión científica, como siempre. No conocía este tranvía. Me parece delicioso también el dibujo ¿es de un autor actual o de época?
ResponderEliminarUna anotación al margen: tengo dificultades con los enlaces.
El dibujo es de un autor actual. Lamentablemente, no he encontrado una fotografía original de este tranvía en servicio.
ResponderEliminarMuy buena. No sabía que ese tramo antes era un tranvía. Desde luego, que es una de las líneas más bonitas de nuestra geografía.
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