Uno de los modelos más representativos de los ferrocarriles españoles es el que corresponde al rodaje conocido como Mikado, es decir, máquinas que cuentan con un eje libre delantero, cuatro ejes motores y otro eje trasero libre. Probablemente, la popularidad de este modelo corresponde, más que a su abundancia, a ser el último masivamente adquirido por Renfe, tras suscribir la empresa estatal, en 1949, un acuerdo con
la firma escocesa North British
Locomotive para la construcción en su factoría de Glasgow de 25 locomotoras
así como para el suministro de otras cien unidades que serían ensambladas por
la industria española. Nacía así una nueva familia de locomotoras que llegaría
a estar formada por 242 ejemplares que, gracias a sus buenas prestaciones y
sencillo mantenimiento, se convirtieron en las últimas locomotoras de vapor que
prestaron servicio comercial en España. Precisamente una de ellas, la 141f-2348,
fue apagada el 23 de junio de 1975 por el todavía príncipe Juan Carlos de
Borbón, en un acto simbolizaba el final de este tipo de tracción en los
ferrocarriles españoles.
La popularidad de las Mikado también se debe al hecho de que varias de ellas han sido utilizadas, tras el fin de la tracción vapor, en el arrastre de trenes conmemorativos como el de la imagen, que celebró el centenario de la línea de Alicante a Murcia. Fotografía de Juanjo Olaizola
Ciertamente, hasta entonces, no eran muy abundantes los precedentes sobre el modelo Mikado en los ferrocarriles españoles, sobre todo en los de vía ancha. De hecho, Renfe solo heredó de las anteriores compañías un total de 71 máquinas con este rodaje, entre las que destacaban las 55 adquiridas por la Compañía del Norte en 1917 a la industria norteamericana.
Locomotora Mikado de la Compañía del Norte, fotografiada en el depósito de Castejón de Ebro por Xavier Santamaría.
Muchas veces, la historiografía ferroviaria de nuestro país se olvida de los ferrocarriles de vía estrecha y este ha sido, el caso de las locomotoras Mikado ya que son pocos los trabajos sobre estas máquinas que recuerdan que la primera máquina de este tipo en España no fue de vía ancha. En efecto, la primera locomotora con este rodaje fue adquirida por la compañía que explotaba el ferrocarril de vía métrica de Santander a Bilbao, en 1913, a la empresa alemana Krauss Lokomotivfabrick de Munich. Con el número de fábrica 6.731, la empresa vasca la matriculó con el número 31 en su parque motor y la bautizó con el nombre de Víctor Chávarri.
La Víctor Chávarri fotografiada en la rotonda de La Casilla (Bilbao). Fotografía de John Blyth.
La Víctor Chávarri se convirtió en ejemplar único y se mantuvo en servicio, a la cabeza de los principales trenes de Santander a Bilbao hasta principios de los años sesenta. Lamentablemente, poco después fue desguazada, desapareciendo así la primera Mikado española.
La Víctor Chávarri apartada en los talleres de La Casilla (Bilbao). Fotografía de Marcel Le Guay.
EL HOMENAJEADO, VÍCTOR CHÁVARRI SALAZAR
La locomotora Mikado Nº 31 del
ferrocarril de Santander a Bilbao fue bautizada con el nombre de Víctor Chavarri,
en homenaje al que fue principal promotor de esta importante vía férrea.
Víctor Chávarri Salazar vino al mundo en
Portugalete (Vizcaya) el 23 de diciembre de 1854, en el seno de una familia
numerosa compuesta por ocho hermanos; Benigno, Juana, Félix, Leonardo, María,
Natalia, Dolores y el propio Víctor, en el seno de una familia vinculada
tradicionalmente a los negocios mineros.
El empresario Víctor Chávarri
Víctor Chávarri realizó sus
primeros estudios en el Colegio General de Vizcaya, donde coincidió con otros
futuros empresarios que, en años posteriores, tuvieron gran importancia en el
desarrollo económico del País Vasco, como es el caso de Ramón de la Sota, Tomás de Zubiría o
Ramón Ybarra. Posteriormente estudió en la Universidad de Lieja, donde
obtuvo el título de ingeniero civil de artes y manufacturas a la edad de 24
años. En la ciudad belga conoció a Auguste Lecocq, con quién posteriormente se
asociaría en diversas aventuras mineras e industriales como la sociedad Vasco-Belga.
Entre las empresas más destacadas
impulsadas por Víctor Chávarri, muchas de ellas en colaboración con sus
hermanos, sobre todo con Benigno, cabe destacar, sin duda, la creación de la
compañía siderúrgica La
Vizcaya, establecida en Sestao en 1882 y que, en 1902 se
integraría en la sociedad Altos Hornos de Vizcaya. Además, participó en la
creación de numerosas empresas, muchas de ellas vinculadas de un modo u otro al
ferrocarril, como es el caso de la Sociedad Anónima La Basconia, las minas de Dícido
y el Covarón, la empresa de Construcciones metálicas Chavarri, Petrement y Cia
(Talleres de Miravalles), las fábrica de metal Delta y la de trefilados de
Santa Ágeda, el Banco de Comercio (posteriormente incluido en el grupo del
Banco de Bilbao), el Puente giratorio de San Agustín, la Sociedad para la
explotación de las minas de Ollargan y Somorrostro, Hulleras de Turón, el Banco
de Oviedo, Minas de Hierro de Bedar (Almería), incluido el ferrocarril minero
de Bédar a la Garrucha,
el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas, la Compañía Vizcaína
de Electricidad (titular del tranvía eléctrico de Bilbao a Santurce, el Puente
trasbordador de Vizcaya, el Ferrocarril Vasco-Asturiano, la Compañía Naviera
Vasco-Asturiana y, naturalmente, la
Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao.
Víctor Chávarri se implicó también
en la vida política y económica del país. De este modo, entre 1886 y 1890 fue diputado en
el Congreso y, posteriormente, fue elegido Senador, cargo que ostentó hasta su
muerte. En sus inicios se adscribió al partido liberal, pero abandonó a Sagasta
tras la firma de un tratado de comercio con Alemania que resultaba lesivo para
sus intereses empresariales. De hecho, Chávarri defendió desde su tribuna el
impulso de políticas proteccionistas para la industria nacional, defensa que
alcanzó su máximo exponente en un gran mitin organizado en 1893 en el bilbaíno
teatro Arriaga bajo el significativo lema de «España para los Españoles». En
1897 creó la organización política Unión Liberal, popularmente conocida como La Piña,
junto con otros grandes empresarios vizcaínos como Allende y Gandarias. Además,
en 1894 creó la Liga
Vizcaína de Productores, principal organización patronal de
la provincia. Posteriormente creó el Instituto del Hierro y el Acero, germen de
la actual Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao.
Víctor Chávarri falleció
inesperadamente, a la edad de 45 años en el transcurso de un viaje por
Andalucía, Marruecos, Italia y Francia en Marsella, el 29 de marzo de 1900, a causa de una
embolia cerebral contra la que nada pudo hacer el doctor Areilza, que le acompañaba
en el periplo. Curiosamente, el fallecimiento se produjo en una estación
ferroviaria, en concreto en el hotel Términus situado en la estación de St.
Charles de Marsella (Francia).
Tal vez la mejor descripción de Víctor
Chávarri la publicó el periódico obrero La Lucha de Clases, que en su necrológica
escribió:
Hombre, te aborrecemos, Industrial, te
admiramos.
Tras la Guerra Civil, la Víctor Chávarri sirvió de base para el desarrollo de un nuevo modelo de locomotoras Mikado para el Santander-Bilbao. En la imagen, una de ellas, en concreto la Marqués de Triano. El citado marqués era, precisamente, uno de los hijos de Víctor Chávarri Salazar, en concreto, Víctor Chávarri Anduiza. Fotografía de John Blyth.
Interesante artículo, gracias.
ResponderEliminarBuenas tardes. Quería hacer una pregunya. En su reciente libro del Ferrocarril de Santander a Bilbao, veo que la 31 sólo cabía en el puente giratori de La Casilla. ¿Cómo se las apañaban para girarla en Santander?
ResponderEliminarComo era común en otras líneas, en los puentes en los que no entraba la locomotora entera, se separaba el ténder y una vez girados independientemente la máquina y el ténder, se volvían a unir.
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