GABRIEL REBOLLO CANALES
A diferencia de la mayoría de los tranvías de nuestro país, el de Arratia contaba con importantes tramos en explanación propia que exigieron la construcción de sus propias infraestructuras, como túneles y puentes. Entre estos últimos el más destacado fue el puente del bilbaíno barrio de La Peña, diseñado por el ingeniero segoviano Gabriel Rebollo Canales.
Junto a Eugenio Ribera y Juan Manuel Zafra, Gabriel Rebollo Canales fue uno de los grandes pioneros en la utilización del hormigón armado en la construcción de edificios y puentes, aunque su figura ha pasado más desapercibida al no dedicarse a la docencia, tal y como hicieron sus otros dos compañeros.
Natural de Segovia, donde vino al mundo en 1871, cursó sus estudios superiores en la Escuela Especial de Caminos de Madrid en la que se licenció en 1896. De inmediato pasó a trabajar en la demarcación de Obras Públicas en su provincia natal, pero pronto compaginó esta labor con el contacto con los principales pioneros europeos en la construcción con un nuevo material, el hormigón armado, en especial con la escuela francesa y la Société Françoise Hennebique, para la que redactó y dirigió toda clase de obras, en ocasiones en colaboración con el propio Eugenio Ribera, como es el caso del puente de Mieres, sobre el río Caudal, levantado en 1898.
En 1900 Rebollo fue destinado al cuerpo de ingenieros de caminos de Zamora, donde solicitó la excedencia para centrar su trabajo en sus colaboraciones con la casa Hennebique, de la que fue nombrado director para España. Entre las muchas obras realizadas en este periodo destaca, precisamente, el puente del tranvía de Arratia en La Peña. Una vez concluida esta obra decidió establecerse por su cuenta y en 1903 organizó la Compañía Comanditaria Rebollo, Estibaus y otros.
Con su nueva empresa, Rebollo levantó algunas de sus obras más destacadas, como el elegante puente modernista del balneario de Sobrón (Álava) y, sobre todo, el de San Miguel, en Huesca, estructura que en el año 2006 fue declarada Bien de Interés Cultural. Asimismo, utilizó el hormigón armado en otras obras ferroviarias, entre las que destaca el puente de Olloqui (Navarra), realizado para el ferrocarril minero del Plazaola. Muchas de sus innovadoras obras requirieron el desarrollo de sus propias patentes, como es el caso del citado puente de San Miguel de arco y tablero suspendido, con articulaciones triples.
Rebollo compaginó durante años su actividad privada con el servicio a la administración. Así, en 1904 fue nombrado director de las obras del puerto de Denia y más tarde desarrollo su trabajo en las diversas Divisiones y Jefaturas de Ferrocarriles. El 13 de junio de 1936 fue nombrado Consejero Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y, dos años más tarde, en plena guerra civil, el 22 de agosto de 1938, el Presidente de la República, Manuel Azaña, firmó su ascenso como Presidente de Sección del Consejo de Obras Públicas.
Gabriel Rebollo Canales falleció en Madrid el 21 de febrero de 1941.