Imagen de la donostiarra estación del Norte a principios del siglo XX. A la izquierda se situaba el puente de la Misericordia al que hace alusión la noticia. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
El estudio de la historia de nuestros ferrocarriles requiere dedicar muchas horas a la consulta de los periódicos de la época, labor hoy en día enormemente facilitada por las numerosas hemerotecas digitales disponibles. Hoy, buscando información sobre un tema muy distinto, me he encontrado con una noticia en la que me ha llamado la atención el desenfado con el que trató los hechos el periodista que la redactó, el 24 de marzo de 1891, en la segunda página del rotativo bilbaíno El Nervión. Espero que su lectura, al igual que me ha sucedido a mi, os provoque una sonrisa, tan necesaria en estos tiempos:
Dicen de San Sebastián que a consecuencia de un ligero choque con unos vagones que conducían pipas de vino, se rompieron algunas de éstas, vertiéndose el líquido en tal cantidad que inundó el camino que pasa por debajo del puente de la Misericordia.
En un momento, un sinnúmero de vecinos del barrio de Atocha y de otros varios de aquellas cercanías fueron al lugar del suceso armados de cazuelas, botes, cubos y toda clase de utensilios llenables y empezaron a acarrear vino a su casa como si fueran a poner una taberna.
Otros que no tuvieron la precaución de llevar cacharro de ninguna clase, echábanse de bruces sobre los charcos de vino y allí bebían hasta ver sus fauces hinchadas de tanto soplar.
Un individuo que a fuerza de beber se puso en mal estado, se le proporcionó el amoniaco para que volviera al estado de persona, pues estaba completamente dormido de la jumera que había pescado.
Bebiendo del charco hasta necesitar amoniaco. ¡Hay que me LOL!
ResponderEliminarSi,realmente la redacción de la noticia es de lo más curiosa y
ResponderEliminarsin duda enfocada a tratarla de una manera humorística,situaciones muy similares han recojido noticias,
aunque,de un modo tan simpático como esta no había tenido
constancia!...