Retrato de Cipriano Segundo Montesino
CIPRIANO SEGUNDO MONTESINO
Entre los personajes más destacados en la génesis del
ferrocarril de Valladolid a Ariza cabe destacar al ingeniero y político
extremeño Cipriano Segundo Montesino y Estrada, no en vano, era en el momento
en que MZA decidió adquirir la concesión y construir la línea, el director
general de esta importante empresa ferroviaria.
Cipriano Segundo Montesino era hijo de un médico y pedagogo
implicado en la efervescente actividad política de principios del siglo XIX,
llegando a ser diputado a Cortes durante el Trienio Liberal. En consecuencia,
tras el retorno del absolutismo de Fernando VII en 1823 y cuando tan solo
contaba seis años, acompañó a su progenitor, con el resto de la familia, a su
exilio en Gran Bretaña.
Cipriano y su familia no regresarían a España
hasta la muerte del rey tirano, en 1833, por lo que su formación académica se
desarrolló en buena parte en Gran Bretaña. Un año más tarde, tras obtener una
beca pensionada, se trasladó a París para iniciar sus estudios en la École Centrale,
dónde se graduó como ingeniero civil en 1837.
Tras ampliar sus estudios en Londres,
donde tomó contacto directo con las nuevas factorías que impulsaban la
revolución industrial, regresó a España en 1839 y, afiliado al partido
progresista, desplegó una notable actividad política, siendo elegido Diputado a
Cortes en numerosas legislaturas. Al mismo tiempo, contribuyó activamente a la
difusión de las nuevas tecnologías de la Revolución Industrial en nuestro país
desde la Cátedra de Mecánica del Conservatorio de Artes, que obtuvo el 17 de
octubre de 1842. Sin embargo, tras la caída de su mentor político, el general
Espartero, en 1843, decidió exiliarse en Inglaterra.
La amnistía de 1847
permitió a Cipriano Segundo Montesino regresar a España, recuperando la cátedra
del Conservatorio de Artes, al mismo tiempo que se implicó personalmente en el
desarrollo de la nueva red ferroviaria española, hasta el punto de participar,
como maquinista del tren inaugural, en la apertura del segundo ferrocarril
construido en la península ibérica entre Madrid y Aranjuez.
La actividad de
Cipriano Segundo Montesino en el campo de los ferrocarriles fue especialmente
pródiga, al participar en los estudios constructivos del ferrocarril del Norte.
Poco después sería nombrado director general de Obras Públicas, puesto desde el
que puso en marcha la Ley de Ferrocarriles de 1855, que resultó fundamental
para garantizar el rápido desarrollo de este medio de transporte en nuestro
país. Sin embargo, un año más tarde Espartero fue apartado del gobierno y con
él, Montesino renunció a sus cargos para pasar a ser nombrado director del
ferrocarril de Tudela a Bilbao en 1858, empresa que dirigiría hasta 1866. En
esta época fue delegado por el gobierno a la Exposición Universal de Londres de
1862, donde estudió los principales avances técnicos de la época, publicando en
1863 una completa Memoria sobre el material ferroviario ahí presente.
En diciembre de
1869 Cipriano Segundo Montesino fue nombrado director de los servicios de
explotación y construcción de MZA, empresa en la que desarrolló una amplia
carrera profesional hasta 1897 para, a continuación, ser nombrado
vicepresidente de su Consejo de Administración, cargo que mantendría hasta su
muerte en 1901. Su papel fue fundamental, entre otros, en la ampliación de la
red con la compra de los ferrocarriles de Córdoba a Sevilla, Ciudad Real a
Badajoz y, sobre todo, el de Tarragona a Barcelona y Francia, así como la
construcción del Valladolid-Ariza, de modo que, durante su mandato, la empresa
pasó de operar 1.420 a 3.670 kilómetros.
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