Emilio Kowalski diseñó el ferrocarril directo
de Madrid a Burgos con explanación para doble vía, aunque finalmente solo se
instaló una. Fotografía de Hodei Goldarazena Biela
En el 50 aniversario de la inauguración del ferrocarril directo de Madrid a Burgos es de rigor rememorar la figura del principal artífice de esta línea: el ingeniero de caminos Emilio Kowalski Carón. Como fácilmente se puede
imaginar de su sonoro apellido, aunque natural de Palencia, el origen de su
familia se encuentra en Polonia, país del que se exiliaron por motivos
políticos a Francia y, posteriormente a España.
Nacido en Palencia en 1888, desde su juventud mostró interés
por la ingeniería y en especial por el ferrocarril, con el que tenía estrechas
vinculaciones familiares al trabajar su padre, Alberto Kowalski, para la
Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España como Subjefe de
Intervención. Por ello, no es de extrañar que una vez finalizada la carrera de
ingeniero de caminos orientase su actividad profesional a este campo,
trabajando como ingeniero jefe del ferrocarril de Argamasilla a Tomelloso.
En 1924 Emilio Kowalski se integró en la Jefatura de Estudios
y Construcciones de ferrocarriles del Nordeste de España del Ministerio de
Fomento, lo que le permitió participar en la redacción de proyectos y dirección
de obras del ferrocarril de Zuera a Olorón (Canfranc), Lleida a Saint-Girons,
Val de Zafán a San Carlos de la Rápita, Cuenca a Utiel, Soria a Castejón o Teruel
a Alcañiz. Dos años más tarde, pasó a formar parte de la Segunda Jefatura de Estudios y Construcciones
de la Dirección General de Ferrocarriles, con competencia sobre cualquier
proyecto a desarrollar en el área central del país. De este modo, además de
continuar vinculado al Soria-Castejón, también colaboró en las obras del
ferrocarril de San Martín de Valdeiglesias al Valle del Tiétar y, sobre todo,
fue el autor del proyecto del ferrocarril directo de Madrid a Burgos y, ya en
tiempos de la República, de los enlaces ferroviarios de Madrid, incluido su
popular “tubo de la risa”.
Emilio Kowalski compaginó su trabajo en el Ministerio de
Obras Públicas con su actividad como consultor para diversas empresas
ferroviarias y también como autor de otros proyectos, entre los que destaca la
solicitud como concesionario de una de las primeras propuestas para la
construcción de autopistas en España, en concreto, un túnel bajo el puerto de
Guadarrama que permitiría mejorar el intenso tráfico que, ya en los años treinta,
registraba la carretera de Madrid a La Coruña. Años más tarde, este proyecto
serviría de base para la construcción de la actual autopista de peaje.
Boca sur del túnel de Somosierra, el de mayor
longitud entre los diseñados por Emilio Kowalski para el ferrocarril directo de
Madrid a Burgos. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La Guerra Civil sorprendió a Emilio Kowalski en Madrid, donde
continuó trabajando en el Ministerio de Obras Públicas. En estos difíciles
años, Kowalski lideró uno de los proyectos más complejos y fundamentales para
la defensa de la capital de España: la ruptura del cerco ferroviario al que
quedó sometida a los pocos meses de iniciarse el conflicto y que podía provocar
su desabastecimiento. Afiliado al sindicato CNT, probablemente más por
necesidad que por convicción, participó activamente en los trabajos de
construcción del famoso ferrocarril de los cien días y, también, en los
intentos de concluir las obras del ferrocarril directo de Madrid a València por
Cuenca.
Tras la caída de Madrid en manos del ejército franquista y el
inmediato final de la Guerra Civil, Emilio Kowalski fue suspendido de empleo y
sueldo por las nuevas autoridades franquistas, aunque el 9 de enero de 1940
pudo reincorporarse, sin sanción, al Ministerio de Obras Públicas con su
categoría de Ingeniero Jefe de segunda clase del Cuerpo de Caminos Canales y
Puerto. Desde entonces, trabajó en diferentes proyectos, como la mejora de
carreteras o la dirección de las obras de ampliación y mejora del puerto de
Santander, ciudad en la que falleció, a los 67 años de edad, el 24 de
septiembre de 1955.
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