sábado, 7 de julio de 2018

EMILIO KOWALSKI CARÓN


Emilio Kowalski diseñó el ferrocarril directo de Madrid a Burgos con explanación para doble vía, aunque finalmente solo se instaló una. Fotografía de Hodei Goldarazena Biela
 
En el 50 aniversario de la inauguración del ferrocarril directo de Madrid a Burgos es de rigor rememorar la figura del principal artífice de esta línea: el ingeniero de caminos Emilio Kowalski Carón. Como fácilmente se puede imaginar de su sonoro apellido, aunque natural de Palencia, el origen de su familia se encuentra en Polonia, país del que se exiliaron por motivos políticos a Francia y, posteriormente a España.
 
Nacido en Palencia en 1888, desde su juventud mostró interés por la ingeniería y en especial por el ferrocarril, con el que tenía estrechas vinculaciones familiares al trabajar su padre, Alberto Kowalski, para la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España como Subjefe de Intervención. Por ello, no es de extrañar que una vez finalizada la carrera de ingeniero de caminos orientase su actividad profesional a este campo, trabajando como ingeniero jefe del ferrocarril de Argamasilla a Tomelloso.
 
En 1924 Emilio Kowalski se integró en la Jefatura de Estudios y Construcciones de ferrocarriles del Nordeste de España del Ministerio de Fomento, lo que le permitió participar en la redacción de proyectos y dirección de obras del ferrocarril de Zuera a Olorón (Canfranc), Lleida a Saint-Girons, Val de Zafán a San Carlos de la Rápita, Cuenca a Utiel, Soria a Castejón o Teruel a Alcañiz. Dos años más tarde, pasó a formar parte de la  Segunda Jefatura de Estudios y Construcciones de la Dirección General de Ferrocarriles, con competencia sobre cualquier proyecto a desarrollar en el área central del país. De este modo, además de continuar vinculado al Soria-Castejón, también colaboró en las obras del ferrocarril de San Martín de Valdeiglesias al Valle del Tiétar y, sobre todo, fue el autor del proyecto del ferrocarril directo de Madrid a Burgos y, ya en tiempos de la República, de los enlaces ferroviarios de Madrid, incluido su popular “tubo de la risa”.
 
Emilio Kowalski compaginó su trabajo en el Ministerio de Obras Públicas con su actividad como consultor para diversas empresas ferroviarias y también como autor de otros proyectos, entre los que destaca la solicitud como concesionario de una de las primeras propuestas para la construcción de autopistas en España, en concreto, un túnel bajo el puerto de Guadarrama que permitiría mejorar el intenso tráfico que, ya en los años treinta, registraba la carretera de Madrid a La Coruña. Años más tarde, este proyecto serviría de base para la construcción de la actual autopista de peaje.
Boca sur del túnel de Somosierra, el de mayor longitud entre los diseñados por Emilio Kowalski para el ferrocarril directo de Madrid a Burgos. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
 
La Guerra Civil sorprendió a Emilio Kowalski en Madrid, donde continuó trabajando en el Ministerio de Obras Públicas. En estos difíciles años, Kowalski lideró uno de los proyectos más complejos y fundamentales para la defensa de la capital de España: la ruptura del cerco ferroviario al que quedó sometida a los pocos meses de iniciarse el conflicto y que podía provocar su desabastecimiento. Afiliado al sindicato CNT, probablemente más por necesidad que por convicción, participó activamente en los trabajos de construcción del famoso ferrocarril de los cien días y, también, en los intentos de concluir las obras del ferrocarril directo de Madrid a València por Cuenca.
 
Tras la caída de Madrid en manos del ejército franquista y el inmediato final de la Guerra Civil, Emilio Kowalski fue suspendido de empleo y sueldo por las nuevas autoridades franquistas, aunque el 9 de enero de 1940 pudo reincorporarse, sin sanción, al Ministerio de Obras Públicas con su categoría de Ingeniero Jefe de segunda clase del Cuerpo de Caminos Canales y Puerto. Desde entonces, trabajó en diferentes proyectos, como la mejora de carreteras o la dirección de las obras de ampliación y mejora del puerto de Santander, ciudad en la que falleció, a los 67 años de edad, el 24 de septiembre de 1955.

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