EL PERSONAJE
PASCUAL MADOZ IBÁÑEZ
Uno de los primeros valedores de las conexiones ferroviarias de Barbastro fue el político progresista, jurista y geógrafo Pascual Madoz Ibáñez. Aunque natural de Pamplona, donde vino al mundo el 17 de mayo de 1806, cuando apenas contaba con cuatro años de edad su familia se trasladó a la capital del Somontano, donde se educó en las Escuelas Pías, de ahí que conociera de primera mano el potencial económico y las necesidades de la comarca, cuyos intereses siempre defendió.
De Barbastro, Madoz se trasladó a Zaragoza, en cuya universidad cursó los estudios de Derecho a partir de 1821. Dos años más tarde, su militancia política en el bando progresista le llevó a participar en la defensa del castillo de Monzón frente a la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, intervención francesa en defensa del absolutismo de Fernando VII.
Tras pasar por prisión por su defensa del régimen progresista, pudo continuar sus estudios de Derecho, obteniendo el título de Bachiller en 1825, para licenciarse en 1828. Poco después, su militancia política le obligó a tomar el camino del exilio y en febrero de 1831 se trasladó a Francia, donde residió en Tulle, París y Tours.
Poco antes de fallecer, Fernando VII, su esposa, María Cristina de Borbón, decretó una amnistía que permitió el regreso de muchos de sus opositores, entre ellos Pascual Madoz. A su retorno, fijó su residencia en Barcelona, donde pronto se situó al frente del Diccionario geográfico universal y también dirigió el periódico progresista El Catalán.
En 1834 emprendió la redacción de su gran obra, el Diccionario geográfico-estadístico histórico de España y sus posesiones de Ultramar, popularmente conocido como el Diccionario de Madoz, trabajo imprescindible para conocer la realidad española a mediados del siglo XIX y las bases sobre las que se desarrolló el sistema ferroviario del país. Además, en 1835 publicó la Reseña sobre el clero español y examen de la naturaleza de los bienes eclesiásticos.
Durante la primera guerra carlista, Madoz participó como capitán de artillería de los Voluntarios de Isabel II y fue nombrado comisario regio con carácter de gobernador militar, juez de primera instancia, subdelegado de rentas y jefe de las fuerzas del Valle de Arán. Además, a partir de 1836 fue elegido diputado del Congreso en varias legislaturas. En 1854 fue nombrado Gobernador Civil de Barcelona, ciudad en la que ejerció de presidente de la cámara en 1855.
El 21 de enero de 1855 fue nombrado Ministro de Hacienda, puesto desde el que impulsó la aprobación de una nueva Ley de Desamortización de bienes civiles y eclesiásticos. Tras abandonar este cargo el 6 de junio del mismo año, Madoz fue nombrado, en 1859, miembro del Consejo de Gobierno y Administración del Fondo de Redención y Enganches para el servicio militar. Un año más tarde fundó la compañía de seguros La Peninsular, experiencia empresarial que resultó ruinosa.
Tras el triunfo de la revolución «Gloriosa» de 1868, que llevó al exilio a la reina Isabel II, fue nombrado gobernador de Madrid y, poco después, participó en la delegación española que viajó a Florencia para ofrecer la corona española al duque de Aosta, Amadeo de Savoya. En este viaje falleció cuando se encontraba en Génova el 11 de diciembre de 1870.
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