La pareja
Con su personal sentido del humor, el gran Manolo Maristany escribió en su obra Los últimos gigantes, que en la España de la posguerra había tres clases de parejas: la de novios, la de la Guardia Civil y la que formaban el maquinista y el fogonero.
Fue precisamente Manolo Maristany quien mejor retrató con su cámara el trabajo de esta singular pareja ferroviaria, aunque más bien habría de hablarse de trío, ya que maquinista y fogonero estaban íntimamente ligados a su locomotora, la máquina que se les asignaba de forma permanente. Cuando ellos trabajaban, ella también lo hacía, y cuando descansaban, ella se retiraba al depósito.
Sin sus parejas, sería imposible entender la epopeya de la tracción vapor que impulsó el desarrollo de este medio de transporte durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. Con el fin de la tracción vapor en Renfe en 1975 desaparecía toda una institución que marcó la historia del ferrocarril en España.
¡Qué foto tan buena la del gran Don Manolo Maristany! Un verdadero monumento al trabajo de los que se ocupaban de sus locomotoras y las mantenían como verdaderas joyas del camino de hierro, ese medio de transporte que contribuyó al desarrollo industrial del mundo. Hay que estar agradecidos a todas esas parejas de maquinista y fogonero que estaban detrás de la gran epopeya ferroviaria.
ResponderEliminarDesde luego una merecidísima semblanza de aquellos ferroviarios que sacaban lo mejor de sí mismos en el trabajo diario orgullosos de sus locomotoras obteniendo lo mejor de las mismas a base de pericia,experiencia y amor propio,sacrificando hasta tiempo de descanso en muchas ocasiones con tal de ofrecer el mejor servicio...La historia y mito de este tipo de tracción no hubiera sido lo mismo sin su tan imprescincible labor...
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