Vista actual del puente internacional del Miño. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Como
se señaló en la entrada anterior, el 17 de marzo de 1878 entró en servicio el ferrocarril entre
Vigo y la estación de Guillarei, entonces bautizada como Tui. Desde este punto
debía partir el ramal que permitiría la conexión con la frontera portuguesa,
tramo de escasa longitud, apenas seis kilómetros, pero de gran dificultad
técnica y política, ya que el paso de la frontera internacional entre España y
Portugal debía realizarse sobre las aguas del río Miño que, en esta zona, es
particularmente ancho y caudaloso.
En
principio se estudiaron tres posibles alternativas para el emplazamiento del
puente internacional: el primero frente al convento de Ganfei hasta las
inmediaciones de la desembocadura del río Louro, la segunda, conocida como Punta de la Raposeira, que exigía,
además del propio puente, la perforación de un túnel de 285 metros, y la
tercera, la que unía la zona del Poste
Vermello en España con el Cais do
Vapor en Portugal. Una vez valoradas estas tres alternativas, se organizó
una Comisión Internacional en la que participaron, por parte española, los
ingenieros José Montoso Rodríguez y Eusebio Page, mientras que por la
portuguesa intervinieron Buenaventura José Vieira, Pedro Alves de Avelar
Machado y José Bandeira Coelho de Melo. El resultado de sus trabajos se hizo
público el 31 de julio de 1879, al determinar que el mejor punto para la
travesía era el situado entre el Poste
Vermello y el Cais do Vapor. Ese
mismo año se procedió a la redacción del proyecto constructivo del puente, que
sería diseñado por el ingeniero español Pelayo Mancebo.
El
21 de mayo de 1880, una vez se había determinado el punto por el que el tren
debería cruzar la frontera, el gobierno español declaró de utilidad general el
ferrocarril de Guillarei a Tui, al mismo tiempo que autorizaba al Ministerio de
Fomento a «estipular con el gobierno portugués un convenio a fin de proceder de
común acuerdo a la construcción del puente internacional sobre el Miño». Ambos
países ratificaron, España el 7 de marzo y Portugal el 11 de mayo de 1881, los
acuerdos para la construcción del puente internacional, que sería de dos
niveles, el superior para el ferrocarril y el inferior para el paso de la
carretera y los peatones. En consecuencia, se anunció la celebración en Lisboa, el 30 de julio
del mismo año, del oportuno concurso público para la adjudicación de su
construcción.
Obras de construcción del puente internacional del Miño. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Al
concurso celebrado en Lisboa para la construcción del puente internacional del
Miño se presentaron un total de diez proponentes, entre los que se encontraba
el propio Gustave Eiffel, aunque la obra fue finalmente adjudicada, el 2 de
diciembre de 1881, a la empresa belga Braine le Conte, por un importe total de
205.766.000 reis. Ese mismo mes se iniciaron los primeros trabajos de
construcción, bajo la dirección del ingeniero portugués Augusto Luciano Saraiva
de Carvalho.
Mientras
se tramitaba la construcción del puente internacional, en España se convocó el
oportuno concurso para adjudicar la concesión del trayecto ferroviario entre
Guillarei y Tui, sección que fue otorgada, el 16 de agosto de 1880, a Ramón
Aranaz y Luis Rouviere quienes a su vez traspasaron la concesión a la Compañía de los ferrocarriles de Medina a Zamora y de Orense a Vigo (MZOV) el 7 de
diciembre del mismo año. Pese a la escasa longitud de este pequeño ramal, de
poco más de 5 kilómetros, no se cumplieron los plazos previstos para la realización
de las obras, por lo que el 15 de junio de 1882 el gobierno autorizó una
primera prórroga de cinco meses. Finalmente, los trabajos quedaron concluidos
en octubre de 1883, pero no se procedió a su inmediata puesta en servicio dado
que no tenía demasiado interés mientras no se pudiera inaugurar el puente
internacional sobre el Miño.
Vista del puente internacional del Miño el día de su inauguración. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La
conclusión de las obras del puente se demoró un año más, ya que no se
finalizaron hasta el 10 de octubre de 1884. Pocos meses más tarde, los días 8 y
9 de enero de 1885, se verificaron las pruebas de carga de la estructura, lo
que exigió el montaje de una vía provisional en el tablero inferior a fin de
hacer pasar las pesadas locomotoras de vapor sobre la calzada de la futura
carretera. Pese al resultado satisfactorio de los ensayos, todavía fue preciso
que transcurriera más de un año hasta la definitiva inauguración del paso
internacional entre Valença do Minho y Tui, ya que como consecuencia de una
grave epidemia de cólera que asoló buena parte del territorio español, Portugal
había decretado, como lógica medida de prevención sanitaria, el cierre de sus
fronteras. Finalmente, el 25 de marzo de 1886 se abrió al tráfico, tanto
ferroviario como de carretera, el puente internacional del Miño.
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