Red ferroviaria española en 1926. En rojo se han señalado las líneas del Plan Guadalhorce, entre ellas, el Puertollano-Córdoba. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
El presente mes
de abril se conmemora el 25 aniversario de la primera línea de Alta Velocidad
en España, cuyos orígenes se remontan al Plan de Transporte Ferroviario aprobado
por el gobierno en 1987. Entre sus diversas actuaciones, este programa de inversiones
contemplaba la construcción de un nuevo acceso ferroviario a Andalucía, mediante
la conexión directa de la estación de Brazatortas, situada en la línea de
Madrid a Badajoz a pocos kilómetros de Puertollano, con Córdoba.
Esta
conmemoración se convierte en una buena excusa para recordar un interesante antecedente
de la conexión directa entre Puertollano y Córdoba, proyectada en tiempos de la
Dictadura de Primo de Rivera y de cuya aprobación se cumplen, hoy, 26 de abril,
89 años.
Como es sabido,
en lugar de buscar una salida directa desde la capital de España, la compañía de
los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante optó por aprovechar buena
parte de su línea hacia el Mediterráneo, en concreto, entre Madrid y Alcázar de San Juan, para
continuar desde este punto, a través de Despeñaperros, hacia Córdoba y Sevilla.
Con esta decisión, la empresa ferroviaria logró optimizar sus infraestructuras y
reducir el coste de construcción de su línea a Andalucía, pero, como
contrapartida, los trenes se veían obligados a dar un notable rodeo, con el consiguiente
incremento de los tiempos de viaje y los costes del transporte. Por ello,
pronto se estudiaron nuevas alternativas, más directas, que mejoraran las comunicaciones
entre la meseta y el valle del Guadalquivir, entre las que destaca, por el
grado de ejecución que llegó a alcanzar, el proyecto de Puertollano a Córdoba.
Los principales
objetivos del proyecto ferroviario de Puertollano a Córdoba eran contribuir a
descongestionar el saturado paso de Despeñaperros y reducir en medio centenar
de kilómetros la distancia existente entre Madrid-Córdoba y Sevilla. Además, la
iniciativa también estaba estrechamente ligada a los intereses industriales y
mineros de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya y a algunos de sus más influyentes
representantes, incluidos políticos de gran renombre en la época como Canalejas
o Romanones.
Las primeras
propuestas en este sentido se remontan al año 1912, cuando un Real Decreto
autorizó al Ministerio de Fomento para presentar a las Cortes un proyecto de
Ley que fijara las bases de un concurso de proyectos para la construcción de
esta línea.
Tras el fracaso
de este proyecto y de otros similares, la materialización de una nueva vía de
acceso a Andalucía estuvo a punto de hacerse realidad al ser incluida la línea
de Puertollano a Córdoba entre las previstas por el Plan Preferente de
Ferrocarriles de Urgente Construcción de 1926, más conocido como «Plan
Guadalhorce», al haber sido propuesto por el conde de Guadalhorce, ministro de
Fomento de la Dictadura. Desde Madrid, los trenes llegarían a Puertollano a
través de la línea que enlazaba la capital con Badajoz,
precisamente el mismo tramo que posteriormente sería aprovechado por el AVE.
El Plan
Guadalhorce fue refrendado por el gobierno de Primo de Rivera el 5 de marzo
1926, pero el proyecto, que estimaba el coste de la nueva infraestructura en
65.876.261,08 pesetas, no fue aprobado hasta el 26 de abril de 1928. Meses más
tarde, el 8 de junio, el gobierno autorizó al Ministerio de Fomento la contratación
de las obras del ferrocarril de Puertollano a Marmolejo, población donde
finalmente empalmaría con la línea de Madrid a Sevilla.
Los trabajos de
explanación, obras de fábrica y edificios del ferrocarril de Puertollano a
Marmolejo fueron adjudicados al empresario Bernabé Adarme y Sánchez, que
ofreció una baja del 20% sobre el presupuesto inicialmente establecido. Sin
embargo, las obras pronto se enfrentaron a importantes inconvenientes, entre los
que destacaba la construcción del pantano de Jándula, cuyas aguas inundarían
parte del trazado inicialmente estudiado. Por ello, fue necesario modificar el
proyecto sobre la marcha. Posteriormente, el adjudicatario traspasó el contrato
a la empresa Ingeniería y Construcciones Marcor, S.A., sociedad que prosiguió
con los trabajos.
Cuando en 1932
el gobierno de la República decretó la derogación del Plan de Ferrocarriles de Urgente
Construcción, ante la falta de fondos para poder financiar las obras, la
situación del ferrocarril de Puertollano a Córdoba era la siguiente:
• Desde el
origen en Marmolejo hasta la estación de Lugar Nuevo, toda la explanación estaba
terminada.
• Desde Lugar
Nuevo hasta el kilómetro 80, el tramo más difícil de la línea, ya que era el
que atravesaba la divisoria de Sierra Morena, solamente se habían realizado
algunas obras puntuales.
• Desde el kilómetro
80 hasta la estación de Puertollano, toda la explanación estaba terminada.
Las obras de
este ferrocarril quedaron totalmente abandonadas y no fueron retomadas tras la Guerra
Civil. Sin embargo, su espíritu siguió latente ya que, en cierto modo, sirvió
de inspiración en los años ochenta al Nuevo Acceso Ferroviario a Andalucía, más conocido como
línea del AVE, de Madrid a Sevilla, aunque en este caso se optó por un trazado
más occidental que el propuesto para el ferrocarril de Puertollano a Córdoba.
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