Coche de viajeros construido por Carde y Escoriaza para la Sociedad de Ferrocarriles Eléctricos. Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Zaragoza
Hace unos días, mi buen amigo Luis Blas Sedano me pasó la fotografía que encabeza esta entrada, al mismo tiempo que me preguntaba sobre el posible significado de las siglas SFE que, en letras de bronce, figuran en el lateral del coche protagonista de la imagen. Tras unos momentos de duda, pronto caí en la cuenta que no podía tratarse de otra cosa que la Sociedad de Ferrocarriles Eléctricos, empresa que explotó, entre 1923 y 1935, el ferrocarril de Calahorra a Préjano (La Rioja).
En honor a la verdad, debo reconocer que unos días antes había visitado con mi mujer la bimilenaria ciudad de Calahorra, ocasión que, naturalmente, aproveché para echar un vistazo a su estación, con lo que el recuerdo al desaparecido tren de vía estrecha estaba todavía fresco en mi memoria, hecho que sin duda debió facilitar el rápido reconocimiento de las siglas SFE.
Vista actual de la estación de Calahorra, mudo testigo de un activo pasado
Lo cierto es que, pese a lo que pueda hacer suponer la razón social de la empresa concesionaria, el ferrocarril de Calahorra a Préjano, más tarde prolongado hasta Arnedillo, jamás utilizó la tracción eléctrica en sus servicios, aunque incluso los prestigiosos anuarios de E. de la Torre, así lo indicaban al señalar la presencia de tres locomotoras eléctricas en esta línea.
El origen de este ferrocarril se remonta a la Primera Guerra Mundial y la consiguiente escasez de carbón de importación en aquellos años. Hasta entonces, España satisfacía buena parte de su demanda de combustibles con la compra masiva de carbón de calidad en Gran Bretaña, pero la guerra submarina y el descenso de la producción británica al movilizar millares de sus mineros como soldados, provocó la primera gran crisis energética que ha vivido nuestro país.
Automotor tipo Zaragoza fotografiado en la estación de Calahorra. Fotografía de Christian Schnabel
Para intentar paliar este problema, el gobierno hizo todo lo posible para fomentar la extracción de carbón nacional, como es el caso de la Ley de ferrocarriles carboneros, promulgada el 14 de marzo de 1918. Con la nueva normativa, se pretendía reducir los plazos para la la gestión de concesiones ferroviarias que tuvieran como objeto facilitar el transporte de carbón desde las minas hasta los centros de consumo. Sin embargo, en la práctica, los resultados de esta ley fueron muy limitados, ya que de los proyectos presentados únicamente llegaron a construirse el famoso tren de Ponferrada a Villablino y la línea que ahora nos ocupa.
La concesión del Ferrocarril Carbonero y Secundario de Calahorra a Arnedillo fue otorgada por el Ministerio de Fomento a la Sociedad de Ferrocarriles Eléctricos el 28 de mayo de 1920. Su objetivo era la construcción de una línea de vía métrica que, con origen en la estación de Calahorra, perteneciente a la línea de Tudela a Bilbao, explotada por la Compañía del Norte, siguiera el valle del río Cidacos hasta alcanzar la estación de Ariñano, situada a un par de kilómetros de las minas de carbón de Préjano, lo que exigiría también, establecer un pequeño tren minero, con ancho de 600 milímetros, hasta los yacimientos. Además, el proyecto contemplaba prolongar la vía hasta el famoso balneario de Arnedillo.
En la estación de Calahorra, los viajeros y mercancías transportados por el tren de vía estrecha de Calahorra a Arnedillo podían trasbordar a los trenes de la Compañía del Norte. Fotografía de Christian Schnabel
El propósito inicial de los promotores del proyecto era el de establecer una central térmica en Préjano, que consumiera los carbones de la zona y que, además de vender su producción a otros clientes, alimentase la electrificación del ferrocarril. Sin embargo, la catenaria nunca llegó a ser instalada y, finalmente, la línea se inauguró con tracción vapor, con locomotoras alquiladas a los Ferrocarriles Vascongados.
Todas las locomotoras que trabajaron en el ferrocarril de Calahorra a Arnedillo fueron adquiridas de ocasión. En la imagen, la locomotora "Cascante", procedente del ferrocarril de Tudela a Tarazona. Fotografía de Ferrán Llauradó
La Sociedad de Ferrocarriles Eléctricos puso su línea en servicio entre 1922 y 1924, pero nunca alcanzó su objetivo final junto al balneario de Arnedillo, ya que sus trenes no pasaron más allá de la estación de Préjano. Desde un principio, se pudo comprobar que la explotación no ofrecía los resultados esperados por sus promotores y, además, a partir de 1927 se estableció una línea de autobuses en competencia. En consecuencia, el proyecto quedó inconcluso. Ante la delicada situación del concesionario, una huelga de sus trabajadores por el impago de sus salarios, iniciada el 25 de agosto de 1935, desembocó en el abandono del servicio.
Vista de las instalaciones de la estación de Calahorra. Fotografía de Christian Schnabel
El 6 de mayo de 1938, en plena Guerra Civil, la gestión de la línea fue asumida por la Explotación de Ferrocarriles por el Estado que, el 12 de abril de 1942, reinauguró la línea entre Calahorra y Arnedo. Cinco años más tarde, por fin se pudo culminar el proyecto inicial, con la puesta en servicio de la sección de Arnedo a Arnedillo, el 15 de julio de 1947. Lamentablemente, de poco sirvió esta inversión ya que el servicio siguió registrando un elvado déficit de explotación, lo que unido al progresivo desarrollo de los transportes por carretera, condenó a muerte a este pequeño tren, que fue clausurado el 15 de enero de 1966.
La Explotación de Ferrocarriles por el Estado intentó modernizar el servicio con la incorporación de automotores. Fotografía de Christian Schnabel
Cronología del ferrocarril de Calahorra a
Arnedillo
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28 de mayo de 1920
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Concesión de la línea a
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30 de mayo de 1922
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Inauguración de la sección Calahorra-Autol
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30 de abril de 1923
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Inauguración de la sección Autol-Quel
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30 de agosto de 1923
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Inauguración de la sección Quel-Arnedo
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31 de julio de 1924
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Inauguración de la sección Arnedo-Préjano
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25 de agosto de 1935
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Huelga de ferroviarios y suspensión del servicio
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6 de mayo de 1938
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Incorporación a
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12 de abril de 1942
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Reinauguración de la sección Calahorra-Arnedo
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15 de julio de 1947
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Prolongación de la línea hasta Arnedillo
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15 de enero de 1966
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Clausura
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Interesante artículo. Es el tren de mi niñez y adolescencia. Me despertaba su silbato al llegar a Arnedo. Los jardines de la estación de mi pueblo estaban siempre bien cuidados y era el lugar preferido para nuestros paseos y juegos.
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