RESURRECCIÓN
Tras la clausura de la línea en 1957, todo parecía indicar que el cremallera de Montserrat pasaría a la historia al igual que otros muchos ferrocarriles, sobre todo de vía estrecha, suprimidos en los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado a o largo y ancho de nuestro país. Sin embargo, el constante aumento de los visitantes de la abadía, peregrinos y excursionistas que ascendían en autobuses y, sobre todo, en automóviles, resultaba incompatible con el cuidado de un entorno natural tan rico y, a su vez, tan sensible, como es el de la montaña de Montserrat.
La necesidad de buscar alternativas de transporte más respetuosas con el medio ambiente hizo que en los años noventa se plantease, cada vez con más fuerza, la idea de reconstruir el viejo tren de cremallera. Así, en 1999 se presentó un proyecto de recuperación que pronto fue asumido por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya.
A diferencia del primitivo tren, el nuevo cremallera no emplearía la anacrónica tracción por vapor, sino que sería eléctrico. Sin embargo, mantendría buena parte del trazado entre Monistrol-vila y la abadía y, además, volvería a utilizar el ancho de vía métrico y, sobre todo, el sistema Abt, que la empresa autonómica ya utilizaba en el ferrocarril de Nuria, línea que había asumido en 1981 al incorporar los antiguos activos de Ferrocarriles de Montaña a Grandes Pendientes.
La recuperación del nuevo cremallera no afectó al primitivo tramo con origen en la estación de Monistrol de la antigua Compañía del Norte. Además, para conectar Monistrol-Vila con Monistrol-Enllaç se construyó una variante de trazado que incluía un puente metálico de 480 metros de longitud. Asimismo, se eliminaron todos los antiguos pasos a nivel.
Las obras de reconstrucción del histórico ferrocarril de cremallera se iniciaron en julio de 2001 y en noviembre de 2002 se colocaron los primeros carriles. Pocos meses más tarde, en marzo de 2003 se realizaron las primeras pruebas, primero con locomotoras procedentes del tren de Nuria, que también se habían utilizado para remolcar los trenes de trabajo, y, posteriormente, con las nuevas unidades eléctricas adquiridas para la línea, construidas por la firma suiza Stadler.
Una vez verificadas todas las pruebas, el 11 de junio de 2003, tras 46 largos años de paralización, el histórico ferrocarril de cremallera de Montserrat, totalmente reconstruido y actualizado, volvió a la vida. La renovada línea tiene una longitud de 5,28 kilómetros, de los que 4,1, los comprendidos entre la estación de Monistrol-Vila y la abadía, cuentan con cremallera, mientras que el tramo restante a Monistrol-Enllaç, funciona por simple adherencia. El trazado supera un desnivel de más de 500 metros con pendientes de hasta el 15%.
Toda la línea cuenta con vía única, salvo un tramo central de unos 400 metros de longitud, diseñado para realizar el cruce de las composiciones ascendentes con las descendentes sin que éstas tengan que detener la marcha. Todo el trayecto está electrificado a la tensión de 1.500 voltios en corriente continua.
Poco tienen que ver las cifras de demanda del nuevo ferrocarril cremallera de Montserrat con las de su veterano predecesor. El pasado año batió todos sus récords históricos al transportar 721.713 personas que han ascendido hasta el monasterio de un modo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
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