CARLOS BOTÍN POLANCO
A diferencia de la red ferroviaria de vía ancha, en la que los grandes capitales extranjeros resultaron decisivos en su construcción, las líneas de vía métrica de la cornisa cantábrica fueron generalmente impulsadas por la burguesía de los territorios directamente servidos por éstas. Así, en el caso del Ferrocarril Cantábrico es fácil encontrar en sus consejos de administración apellidos históricamente vinculados al comercio y a la industria santanderina, como es el caso de los Abarca, Huidobro, Pardo o Quijano.
La familia Botín, hoy conocida por su liderazgo en una de las entidades financieras más importantes de nuestro país, también participó en el devenir del Ferrocarril Cantábrico y uno de sus miembros, el ingeniero Carlos Botín Polanco, fue su director entre 1931 y 1936 y presidió su consejo de administración desde 1946 hasta 1959. Primo de quien fue el segundo presidente del Banco de Santander, Emilio Botín Sanz de Sautuola, y de familia plenamente cántabra, Carlos Botín Polanco nació en Madrid el 14 de enero de 1900.
Carlos Botín compaginó sus estudios de ingeniero de caminos con su gran afición al deporte, hasta el punto de ser, junto a sus amigos y compañeros de estudios José Luis Grasset Jamar y Federico Repáraz Linazasoro, miembro del primer equipo español que participó en unas olimpiadas, en concreto, las celebradas en Amberes de 1920, en las que compitió en las categorías de 100 metros lisos y de relevos 4x100.
Una vez completó sus estudios superiores, en los que fue el número dos de la promoción de 1924, únicamente superado por José Entrecanales, Carlos Botín Polanco ingresó en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Ministerio de Fomento. Posteriormente, fue nombrado director del Ferrocarril Cantábrico y durante la República presidió la Asociación Nacional de Transportes por Vía Férrea.
En el transcurso de la Guerra Civil, en la que combatió en el bando sublevado como alférez de complemento del Regimiento Artillería Ligera número 1 de Madrid, fue nombrado director de la Compañía Nacional Oeste-Andaluces. Fue precisamente durante su mandato cuando en 1940 esta empresa adquirió como su sede social el madrileño palacio de Fernán Núñez, destino que más tarde mantendría Renfe durante décadas hasta convertirse, en los años ochenta, en la de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, en la que se asienta la redacción de Vía Libre.
Un año más tarde, tras la integración de la Compañía Nacional Oeste-Andaluces en Renfe, Carlos Botín fue nombrado, el 24 de septiembre de 1941, director de la antigua zona cubierta por la citada empresa. El 9 de febrero de 1945 fue designado por el Ministerio de Obras Públicas como vocal del Consejo Superior de Ferrocarriles y Transportes por Carretera, puesto en el que se mantuvo un año, hasta el 10 de febrero del año siguiente.
En 1947, Carlos Botín retornó al Ferrocarril Cantábrico como presidente de su Consejo de Administración, puesto en el que se mantuvo hasta 1959, cuando fue nombrado vocal del Consejo de Administración de Renfe y miembro de su Comité Ejecutivo. Además, desde 1951 fue director general de la Unión Española de Explosivos y entre 1965 y 1966 inspector general del Ministerio de Obras Públicas. Falleció en Madrid el 27 de noviembre de 1988.
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