lunes, 28 de junio de 2021

LA ELECTRIFICACIÓN DEL «OCHO» CATALÁN (II)

 

Retrato de Pedro González-Bueno Bocos

PEDRO GONZÁLEZ-BUENO BOCOS

Uno de los principales impulsores de los primeros planes de electrificación de Renfe, que incluían la puesta en tensión de las líneas que conforman el «ocho catalán», fue el ingeniero Pedro González-Bueno Bocos, falangista de camisa nueva, que había participado activamente en la creación del Nuevo Estado franquista y en cuyo primer Gobierno, constituido en plena guerra el 1 de febrero de 1938, ostentó la cartera de Organización y Acción Sindical.

Nacido en Madrid en 1896, Pedro González-Bueno pudo disfrutar de una educación moderna, progresista y de calidad en la Institución Libre de Enseñanza. Posteriormente, cursó la carrera de ingeniero de caminos, canales  puertos, concluyendo sus estudios en 1919.

Tras finalizar sus estudios, inició su carrera profesional en la División Hidráulica del Duero, para, poco después, comenzar a trabajar para la Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas, SICE, empresa constituida en 1921 para desarrollar en España las patentes y procedimientos de fabricación de la norteamericana General Electric y su filial francesa Thomson-Houston (más tarde integrada en Alsthom), en campos como el montaje de centrales eléctricas, líneas de transporte y electrificaciones ferroviarias.

Militante Alfonsino durante la dictadura de Primo de Rivera, en la República se decantó progresivamente hacia posiciones cada día más conservadoras. Amigo personal de Juan de la Cierva, compañero de promoción, y de José Calvo Sotelo, en 1935 fue uno de los firmantes del manifiesto fundacional del denominado Bloque Nacional.

Pedro González-Bueno estuvo al corriente de los preparativos del golpe de estado contra la República que preparaba el general Emilio Mola, por lo que se trasladó a Pamplona el 17 de julio y de inmediato se puso al servicio del militar sublevado, para integrarse poco después en la Junta de Defensa de Burgos, donde trabajaría en la Comisión de Industria y Comercio. Más tarde, ya en Salamanca, presidió la comisión que redactó el decreto de unificación de todas las fuerzas derechistas en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS y, como se ha señalado, entre el 1 de febrero de 1938 y el 9 de agosto de 1939 fue ministro de Organización y Acción Sindical.

Su cese ministerial, no supuso la pérdida del favor del Dictador. Por el contrario, durante toda la dictadura ostentó diversos cargos de relevancia en el Nuevo Régimen como el de Procurador en Cortes, que mantuvo hasta 1971, o miembro del Consejo de Administración de Renfe. En el ordenamiento jurídico actual, un nombramiento de esta clase resultaría impensable ya que compaginó este cargo con la presidencia de SICE, que no olvidemos, representaba en España los intereses de empresas extranjeras como General Electric y Alsthom, en la época, algunas de las principales proveedoras de la empresa estatal en materia de electrificación y señalización lo que, evidentemente, hoy contravendría cualquier ley de Incompatibilidades. 

La similitud de los logotipos delata la directa vinculación de SICE con la norteamericana General Electric, a su vez, matriz de Alsthom

El antiguo ministro franquista realizó una intensa labor propagandística a favor de la electrificación ferroviaria, tanto en el Consejo de Administración de Renfe como en las Cortes y ante el propio Dictador. Asimismo, pronunció diversas conferencias y publicó artículos al respecto en la Revista de Obras Públicas y en Ferrocarriles y Tranvías, en los que subrayaba que con la electrificación de 4.211 kilómetros se obtendría un ahorro anual de carbón de más de un millón de toneladas. Además, consideraba que la tracción eléctrica resultaría fundamental para fomentar la producción de esta energía mediante la explotación intensiva de los recursos hidroeléctricos del país, así como para el desarrollo de la industria electromecánica nacional y su posterior aplicación en otros ámbitos.

Alsthom fue la mayor beneficiada con las electrificaciones de Renfe en los años cincuenta. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

Al impulsar la electrificación ferroviaria, Pedro González Bueno también defendía sus intereses particulares, ya que el suministro de la mayor parte de las nuevas locomotoras y los equipos de las subestaciones fue contratado por Renfe a Alsthom, con la que mantenía estrechos vínculos a través de SICE. En este sentido cabe recordar que en sus propias Memorias, publicadas bajo el título En una España cambiante, el procurador en las Cortes franquistas critica a otros altos cargos, entre ellos el presidente de Renfe, Conde de Guadalhorce, y el director general de Ferrocarriles y Tranvías, José Aguinaga, por haber adquirido en Gran Bretaña las locomotoras eléctricas de la serie 7700 en detrimento de las 7600 que contratadas a Altshom, obviando en su libro los beneficios que le reportaba su estrecha relación con esta multinacional francesa.

Pedro González-Bueno criticó con dureza la compra de las locomotoras de la serie 7700 en detrimento las locomotoras Alsthom de la serie 7600. Fotografía de Miquel Palou Sarroca

Pedro González-Bueno compaginó sus puestos políticos con una destacada carrera empresarial, ya que a él acudieron importantes firmas nacionales y extranjeras en busca de su indudable influencia en el régimen franquista para poder superar con facilidad todas las trabas administrativas que debían afrontar para el desarrollo de sus negocios. Entre otros puestos cabe destacar su presidencia de Citroën-Hispania, Osram y Heliacero Internacional, la vicepresidencia de Tetracero y su participación en el Consejo de Administración de la General Eléctrica Española.  


Pedro González-Bueno Bocos falleció en Madrid el 30 de enero de 1985.

 

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