lunes, 18 de diciembre de 2017

EL FERROCARRIL DE LA ROBLA CUMPLE 125 (XVI)

Los ferroviarios agudizaron su ingenio para poder comer caliente en sus largas jornadas de trabajo. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
 
OLLAS Y PUTXERAS
 
Una de las señas de identidad más características del ferrocarril de La Robla es el gran arraigo que han adquirido las «putxetas», también denominadas «ollas ferroviarias», a lo largo de toda la línea del viejo hullero. No hay fiesta popular en las principales localidades atendidas por este tren que no cuente entre sus actividades con un concurso gastronómico de guisos preparados con estos singulares utensilios de cocina. De hecho, su popularidad es tal que, en diversas ocasiones, se ha llegado a afirmar que fue inventado por los ferroviarios de esta línea.
Concurso de Putxeras ferroviarias en Balmaseda. Archivo El Correo
Cistierna también celebra concursos de gastronomía ferroviaria. Archivo Diario de León
 
No cabe duda que las largas horas de servicio a bordo de las locomotoras debieron avivar la imaginación de los ferroviarios para poder comer caliente. Teniendo junto a ellos un gigantesco generador de vapor, la caldera de la locomotora, es fácil suponer que pronto idearon un sistema para aprovechar esta fuente de calor. La solución era sencilla: forrar una olla metálica de modo que se conformaba una cámara en la que se introducía el vapor de la caldera. De este modo, y con el constante traqueteo de la locomotora, se cocinaban lenta y pausadamente los mejores guisos. Este rudimentario sistema de cocina se ha utilizado en todo el mundo y, de hecho, es posible ver equipos similares conservados en museos ferroviarios de Portugal, Alemania o Gran Bretaña.
Puchera utilizada por Graciliano Díaz, maquinista de la Compañía del Norte de Valladolid. Archivo del Museo Vasco del Ferrocarril
Ollas ferroviarias utilizadas por los ferroviarios portugueses y hoy expuestas en el museo del ferrocarril de Entroncamento. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
Evidentemente, este sistema de cocina solo era válido para la tripulación de la locomotora, pero no para el resto del personal del tren que, en el pasado, era bastante abundante: jefe de tren, interventor, guardafrenos, etc... La originalidad del ferrocarril de La Robla consiste en haber inventado un nuevo soporte para la olla, que podía ser alimentado con las brasas calientes que, en las paradas, les proporcionaba el fogonero de la locomotora. De este modo, las «ollas ferroviarias» o «putxetas» se convirtieron en un sistema sencillo y eficaz con el que los ferroviarios pudieron compatibilizar su duro trabajo con una alimentación sabrosa y saludable.
Olla ferroviaria utilizada por los maquinistas y fogoneros de La Robla. Archivo del Museo Vasco del Ferrocarril
 
Moderna putxera ferroviaria que sigue la tradición de los ferroviarios de La Robla. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
 

2 comentarios:

  1. Hola. En Cantabria también son muy populares los concursos de olla ferroviaria, especialmente en Campoo, una zona muy vinculada al ferrocarril de La Robla ya que éste para en Mataporquera. En esta estación paran trenes tanto de ancho métrico como de ancho ibérico. También se encuentra en ella el Centro de Interpretación del Ferrocarril de La Robla, con un museo muy interesante.

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  2. Efectivamente estas modestas y entrañables piezas de cocina son tambien una muy destacable una seña de identidad del ferrocarril de La Robla,trascendiendo ademas mucho mas del propio Ferrocarril,como indica en su comentario Maximo,en la zona de Campoo,por ejemplo el 20 de Enero,festividad de San Sebastian,ese concurso de ollas en Reinosa complementado con la fuente de la plaza mayor manando vino...En muchos pueblos y barrios se celebran concursos,incluso bares y restaurantes suelen ofrecer sus sabrosos y aromaticos guisos como aperitivo a sus clientes los fines de semana.Envidiable el estado de conservacion,no podia ser de otra manera,de las piezas expuestas a traves de las imagenes

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