sábado, 16 de diciembre de 2023

CASI 175 AÑOS DE FERROCARRILES DE VÍA ESTRECHA (y IV)

 

Vista general del plano inclinado de La Florida. Se aprecia en el interior de sus dos vías la cremallera Riggenbach que aseguraba el frenado de las composiciones. Fotografía de Peter Willen

EL PLANO INCLINADO DE LA FLORIDA

El plano inclinado de La Florida ha sido, sin duda alguna, la infraestructura más espectacular de los ferrocarriles de vía estrecha españoles, claro está, siempre que se admita como tal a una línea que, en realidad, disponía de un ancho de vía ligeramente superior al actualmente considerado como estándar, pero no en España durante el tiempo en que funcionó esta instalación.

Los planos inclinados han sido utilizados con mucha frecuencia por los ferrocarriles mineros, ya que con ellos se logra salvar grandes desniveles, sin realizar trazados muy costosos que exigirían la perforación de costosos túneles. Por el contrario, su uso en ferrocarriles de servicio general ha sido verdaderamente excepcional.

En el caso del Ferrocarril del Langreo, sus promotores no quisieron afrontar la construcción de un gran túnel que permitiera superar los 92 metros de desnivel existente entre las estaciones de San Pedro y La Florida. Para evitarlo, realizaron este gran plano inclinado de 715 metros de longitud y una inclinación del 12% que, como era habitual, contaba con doble vía.

En sus inicios, el plano inclinado de La Florida era automotor, es decir, contaba con un cable arrollado en la cabecera a un tambor dotado de un sistema de frenado. Como generalmente el tráfico descendente, trenes de carbón cargados, era más pesado que el ascendente, vagones vacíos, era suficiente enganchar el citado cable a ambas composiciones para que, gracias a la ley de la gravedad, el tren cargado impulsara la subida del vacío.

El plano inclinado automotor comenzó a prestar servicio el 1 de junio de 1853, pero pronto se comprobaron las limitaciones del sistema, por lo que en 1859 el primitivo tambor fue sustituido por dos máquinas de vapor de 350 caballos de potencia, con lo que ya no era necesario que el tren ascendente pesara menos que el descendente. Además, en 1863 se mejoró el sistema de frenado, por lo que desde entonces se admitió el paso de trenes de viajeros, cuyos usuarios, hasta entonces, debían remontar a pie este itinerario.

En 1907 se modernizó el sistema de tracción con una nueva máquina de vapor y en 1924 se mejoró el sistema de freno con la instalación de una cremallera Riggenbach que incrementó la seguridad de la instalación. De este modo, el plano inclinado de La Florida siguió en funcionamiento hasta su definitiva sustitución por un nuevo trazado ferroviario, de 5,175 kilómetros de longitud, la mayor parte en el interior de un túnel de 3.660 metros.

El nuevo trazado del ferrocarril del Langreo en La Florida se inauguró el 6 de enero de 1963, desapareciendo con él el histórico plano inclinado.


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