Vista de la fachada principal de la segunda estación de Albacete, en la que destaca su tímpano neoclásico. Fotografía de Juan Bautista Cabrera. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Las cuatro estaciones de Albacete
A lo largo de su historia, Albacete ha contado con cuatro estaciones de ferrocarril. La primera, la inaugurada en 1855, experimentó a partir de 1858 diversas ampliaciones, culminadas hacia 1900, por lo que en la capital manchega el resultado de estas obras ha sido considerada como su segunda estación. Esta dependencia se mantuvo en servicio hasta 1967 cuando una variante del trazado ferroviario en la ciudad implicó la apertura de una nueva estación que atendió todos sus servicios ferroviarios hasta el año 2010, cuando la llegada de la alta velocidad impulsó su sustitución por la actual.
La primera de las estaciones de Albacete se situó en el noroeste de su histórico casco urbano, prácticamente al borde de sus históricas murallas, donde en la actualidad desemboca el paseo de Salamanca, inaugurado a la par que el ferrocarril y bautizado con ese nombre no en homenaje a la capital castellano-leonesa sino del promotor del ferrocarril, José Salamanca. A partir de 1858, tras la apertura de la vía hasta Alacant y València, el incremento del tráfico obligó a ampliar el primitivo pabellón, que mantuvo su estructura en una sola planta, pero que recibió diferentes mejoras como la instalación de una marquesina metálica sobre el andén principal y una elegante entrada de estilo neoclásico en la fachada orientada a la ciudad.
Durante décadas, la estación y la traza ferroviaria marcaron el límite nororiental de Albacete. Sin embargo, como sucedió en otras muchas ciudades, la deficiente planificación urbana facilitó que a comienzos del siglo XX se levantaran diversos edificios al lado opuesto de las vías. El ferrocarril comenzó a ser visto como una barrera y, en consecuencia, se estudió el posible traslado de sus instalaciones.
Los estudios para la construcción de la tercera estación se remontan a los años veinte del pasado siglo, como parte del proyecto del nuevo ferrocarril de Saint Girons (Francia) a Baeza (Jaén). Esta nueva vía debía empalmar en Albacete con la línea de Madrid a Alacant, por lo que, en lugar de ampliar la estación de la capital manchega se decidió construir una nueva medio kilómetro más al norte.
Los proyectos para la construcción de la que sería tercera estación de Albacete así como su posterior ejecución se vieron afectados por la crisis económica de los años treinta, la guerra civil y las posteriores penurias de la posguerra. Por ello, las nuevas instalaciones no pudieron entrar en servicio hasta el 26 de noviembre de 1967, día en que fue inaugurada por el ministro de transportes de la época, Federico Silva Muñoz.
El nuevo edificio de viajeros fue diseñado en estilo racionalista y en él destacaba su llamativa fachada central, realizada con una gran cristalera de colores, así como un notable mosaico, situado sobre las taquillas, diseñado por el vizcaíno Santiago Uranga. Pese a que la tracción vapor se encontraba en aquella época en pleno retroceso, la estación fue equipada con las necesarias tomas de agua y con un notable depósito de locomotoras, incluido su puente giratorio.
La vida de la estación de 1967 no fue muy prolongada, ya que la llegada de la alta velocidad trajo consigo nuevos requisitos de servicios al viajero que esta terminal no podía atender. Por ello, fue derribada en el año 2009 para dar paso, en el mismo emplazamiento, a unas nuevas dependencias.
Las obras de la cuarta estación de Albacete se iniciaron en noviembre de 2006 y durante un tiempo tuvieron que convivir con la antigua. Finalmente, las nuevas dependencias fueron inauguradas el 15 de diciembre de 2010, tras una inversión de 48 millones de euros. Junto a ella, se levantó también un centro comercial Vialia y, además, integra la estación de autobuses de la ciudad, con lo que se garantiza una magnifica intermodalidad. En la operación, se rescató el histórico mosaico de Santiago Uranga, que fue reubicado en la nueva zona de atención al cliente.
La actual estación de Albacete dispone de nueve vías, seis de ancho europeo y otras tres de ancho ibérico, a los que se puede acceder desde cuatro andenes de 410 metros de longitud.