jueves, 6 de mayo de 2021

EL FERROCARRIL DEL IRATI EN SU 110 ANIVERSARIO (III)

 

Retrato de Domingo Elizondo Cajén. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

DOMINGO ELIZONDO CAJÉN


Entre los promotores del ferrocarril del Irati destaca la figura de Domingo Elizondo Cajén, quien organizó el conglomerado de empresas destinadas a aprovechar los recursos hidroeléctricos y forestales del valle del Irati, del que formaba parte el tren, y quien fue, además, el peticionario de la oportuna concesión administrativa al Ministerio de Fomento en nombre de la empresa Electra de Aoiz.


Natural de Aribe, pequeña localidad navarra situada en el valle del Irati en la que nació el 14 de noviembre de 1848, Domingo Elizondo era hijo de un oficial de los Cuerpos Francos de Navarra que había combatido contra los carlistas en las dos guerras civiles que asolaron el antiguo reino durante el siglo XIX. De ideas liberales como su padre, en 1866, con tan solo 18 años, decidió emigrar a Argentina, donde trabajó, primero en los propios muelles del puerto de Buenos Aires y, posteriormente, otros oficios como el de pastor ovejero. Pronto comenzó a trabajar en una ferretería y, tras dominar el oficio, decidió establecerse por su cuenta para, poco después, asociado con otros dos emigrantes navarros, Ciriaco Morea y Antonio Arostegui, crear la firma ferretera El Ciervo, que llegó a ser la más importante del país austral, con sucursales incluso en los Estados Unidos.


Tras acumular una notable fortuna, Domingo Elizondo regresó a Navarra en 1898 y pronto emprendió numerosos proyectos destinados a desarrollar industrial y económicamente su tierra natal. Entre las muchas empresas fundadas por él destaca sin duda la Electra de Aoiz, primera concesionaria del ferrocarril del Irati, y su continuadora, la sociedad El Irati, Compañía General de Maderas, Fuerzas Hidráulicas y Tranvía Eléctrico de Navarra.


El rápido desarrollo de sus industrias, así como los beneficios que aportaron en la región; con la generación de puestos de trabajo, la modernización de los transportes y la popularización de la energía eléctrica para fuerza y alumbrado, convirtieron a Domingo Elizondo en uno de los personajes más populares de la época en Navarra. En consecuencia, decidió aprovecharse de ello y, al igual que su padre, combatir el carlismo dominante en Navarra, aunque en esta ocasión, en lugar de utilizar las armas, optó por emplear las urnas. En 1915 se presentó a las elecciones a Diputado foral frente al candidato tradicionalista Gabriel Zabala Arbeloa, para lo que reunió el apoyo de prácticamente todas las restantes fuerzas políticas de la región; independientes, conservadores, liberales y republicanos. Tras vencer a su oponente, y junto a Pedro Uranga Esnaola, presentó una proposición de reforma del funcionamiento de la Diputación Foral, para que las sesiones fueran públicas y se rigieran de acuerdo a un reglamento interno. Sin embargo, su propuesta fue rechazada y ambos diputados presentaron su dimisión.


Pese a su retirada de la primera línea de la política, su apoyo siguió siendo fundamental para cualquier candidato que quisiera enfrentarse al carlismo en Navarra. Sin embargo, y pese a sus ideas liberales y republicanas, que le llevaron a rechazar el nombramiento de Marqués del Irati que le ofreció el Rey Alfonso XIII, en sus últimos años simpatizó con la dictadura de Primo de Rivera, e ingresó en su Unión Patriótica.


Durante su vida recibió diversos homenajes públicos, aunque para él los más destacados fueron el que le ofreció la junta directiva de la Asociación de Ferroviarios de El Irati en 1925 y su nombramiento como hijo predilecto de Navarra en 1928. Un año más tarde, el 13 de octubre de 1929, Domingo Elizondo fallecía en Pamplona.

 


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