martes, 2 de diciembre de 2014

EL TRANVÍA DE BILBAO A DURANGO Y ARRATIA (II)

Comarca atendida por el Tranvía de Bilbao a Durango y Arratia. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

LOS PRIMEROS PASOS DEL TRANVÍA

Una vez obtenida la concesión, su promotor, D. Angel de Iturralde, procedió de inmediato a la constitución de la Sociedad Anónima del Tranvía Eléctrico de Bilbao a Durango y Arratia (en adelante nos referiremos a esta empresa con las siglas, TBDA), acto realizado el 9 de enero de 1899 ante el notario de Bilbao D. Ildefonso Urizar.

No deja de ser llamativo que la propia razón social de la nueva empresa especificase que se trataba de “Tranvía Eléctrico”, cuando la concesión otorgada tan solo dos meses antes de su constitución señalaba con claridad la utilización del motor de vapor en su explotación. De hecho, el artículo segundo de sus estatutos señalaba que la sociedad “Tendrá por objeto la construcción del Tranvía de Bilbao a Durango y ramal de Lemona a Ceánuri, su explotación y su aprovechamiento.

Podrá también, construir, adquirir y explotar otras líneas o ramales y fusionarse con cualquiera compañía, introducir todos los cambios de sistema de tracción y demás reformas que se creyeren convenientes, adquirir terrenos y edificios, saltos de agua, instalar fábricas de producción de electricidad y luz eléctrica, suministrar una y otra y cualquiera otra de las aplicaciones de fluido eléctrico y dedicarse a cualquiera otra industria que se relacione más o menos directamente con la electricidad, las comunicaciones y transportes”.

El capital social de la empresa se fijó en dos millones, ciento cincuenta mil pesetas, representado por cuatro mil trescientas acciones al portador. La sede social de la empresa quedó establecida en el Nº 10 de la bilbaína calle del Arenal.

El primer Consejo de Administración de la nueva empresa quedó formado por importantes industriales y comerciantes de Bizkaia como:

Ildefonso Jauregui y Gandía, propietario de 380 acciones.
José Manuel de Arispe y Acaiturri, también suscriptor de 380 acciones.
José Lequerica y Aguirre, con 40 acciones.
Rafael Echevarría y Azcárate, con 84 acciones.
Manuel de Taramona y Díaz de Entresotos, con 80 acciones.
Pablo Acha y Olave
Isidoro Delclaux e Ibarzabal, con 61 títulos.

El cargo de director-gerente quedó reservado para el promotor del proyecto, Ángel de Iturralde, quien recibió 61 acciones a cambio de todas concesiones y derechos.

De inmediato se dieron los primeros pasos para proceder al inicio de las obras. Así, el 1 de marzo de 1899 se publicó en El Noticiero Bilbaíno un anuncio para la adquisición de postes con destino a la electrificación al que de inmediato siguieron otros para la compra de traviesas, carriles y material móvil.

El 11 de marzo de 1899 se celebró en Villaro un acto oficial, con banquete incluido, que marcó el inicio de las obras de construcción del tranvía. Los trabajos de asiento de vías y de las necesarias modificaciones de la carretera entre Lemoa y Zeanuri fueron adjudicados al contratista José de las Heras.

El tranvía de Arratia tenía como objetivo atender el desarrollo industrial de la comarca. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril


UNA INAUGURACIÓN PROVISIONAL


Las primeras obras del tranvía se concentraron en el tramo comprendido entre Lemoa y Zeanuri. Esta sección era, por una parte, la de más fácil construcción, ya que no se habían previsto variantes de importancia, y, por otra, era la más necesaria, ya que, a diferencia del resto de las poblaciones que iban a ser atendidas por el nuevo tranvía, que ya contaban con la vía del ferrocarril de Bilbao a Durango, el valle de Arratia carecía de cualquier comunicación ferroviaria.

Las obras se desarrollaron con rapidez, por lo que una vez finalizado el asiento de la vía, la empresa decidió proceder, el 2 de septiembre de 1899, a la inauguración provisional del tramo comprendido entre Lemoa y Arteaga, recurriendo para ello a la tracción animal.

Con motivo de esta inauguración, El Noticiero Bilbaíno publicó en su edición del 3 de septiembre la siguiente crónica:

Ayer al mediodía quedó abierto al servicio público el tranvía de Lemona a Arteaga, que forma el ramal del de Bilbao a Durango.

La inauguración revistió los caracteres de una gran solemnidad.

A las doce del mediodía los invitados al acto llegaron a Lemona, donde esperaba el arcipreste de Villaro, D. José María de Urrecha, que fue el encargado de bendecir la nueva línea.

Verificada la bendición, tomaron asiento en el carruaje número 1, el presidente del Consejo de Administración, D. Ildefonso Jauregui, el director de todos los trabajos y concesionario del tranvía, señor Iturralde, el ingeniero de la nueva línea, señor Calvaud, el consejero señor Echevarría Lallana, el rico propietario de Arteaga, señor Urrecha, el alcalde de Lemona, alto personal de la línea y los representantes de El Porvenir Vasco, La Voz de Vizcaya y El Noticiero Bilbaino.

Seguía el carruaje de los invitados otro completamente lleno.

El trayecto se hizo muy corto por resultar espléndido el paisaje.

En Yurre, Aránzazu, y todos los pueblos del tránsito, el tranvía era recibido por el vecindario con muestras de júbilo. Muchas casas se hallaban engalanadas.

Los alcaldes de dichos pueblos salieron a recibir a los invitados, haciendo con ellos el viaje hasta Arteaga, a donde llegó el primer coche en menos de tres cuartos de hora.

Del ramal de Lemona a Ceánuri solamente hay en la actualidad en explotación nueve kilómetros, faltando cinco y medio para la terminación de la línea.

No han podido cumplirse los deseos del Consejo de Administración de inaugurar antes toda la línea, a consecuencia de que la fábrica de Altos Hornos, por las últimas huelgas, no pudo suministrar los carriles.

El nuevo ramal quedará terminado por completo dentro de mes y medio.

El asiento de la vía es de primera.

Los carruajes, construidos por la casa de Carde y Escoriaza de Zaragoza, son elegantes y cómodos, con cabida para unas 34 personas.

Las obras comenzaron a mediados de marzo último, teniendo la contrata de ellas Don José de los Heros.

Los invitados fueron obsequiados con un espléndido banquete, en el establecimiento balneario de Castillo Elejabeitia, y con tal motivo observamos las grandes reformas que en él han introducido sus actuales propietarios.

El balneario de Castillo Elejabeitia por sus aguas, sus preciosas instalaciones y hermosos paseos, es hoy uno de los mejores establecimientos balnearios.

Terminado el banquete hubo baile y otras diversiones, reinando grande animación.

El regreso de tan agradable expedición se hizo a las 6-20 de la tarde.

Tras los actos de inauguración de este primer tramo, se estableció un servicio provisional de tranvías con el siguiente horario:

Salidas desde Lemoa a las 8:30, 8:50 y 11:30 de la mañana; 3:55 y 4:35 de la tarde; 8:10 y 8:40 de la noche.

Salidas desde Castillo Elejabeitia (Artea) a las 6:00, 7:20, 10:00 y 10:45 de la mañana; 2:25 y 6:20 de la tarde y 7:10 de la noche.

La puesta en marcha del tranvía no se limitó a la mejora del transporte en el valle de Arratia, sino que supuso toda una revolución en las comunicaciones entre Bilbao y Vitoria, al establecerse al mismo tiempo un servicio combinado, de autobuses, a cargo de la empresa “Automóviles la Vitoriana”, por el puerto de Barazar y enlace del tranvía en Lemoa con los trenes de la línea de Durango.
Desde sus inicios, el tranvía de Arratia estableció un servicio combinado de autobuses a Vitoria. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Sin lugar a dudas, el viaje en los rudimentarios autobuses de 1899, por las tortuosas cuestas de Barazar, debía resultar una emocionante aventura, tal y como relataba el periodista Ceferino Ojeda en la siguiente crónica, publicada en El Noticiero Bilbaíno, el 5 de septiembre de 1899:

La curiosidad de montar en los nuevos vehículos me hizo venir a Bilbao eligiendo el camino de Vitoria a Lemona y ni pésame el viaje ni quiero que los demás dejen de enterarse a los efectos oportunos.

Llegué a la administración y tomé billete, tocándome el número 5, lo que indica que oficialmente estrenábamos hoy el automóvil.

Vinimos en interior un caballero de Vitoria con dos hijas muy simpáticas por cierto y un servidor de ustedes. Un cura venía en toldilla.

Nos sorprendió a todos los viajeros la marcha regular y suave y la velocidad, que, con reloj en mano, pudimos apreciar en 20 kilómetros por hora.

En el límite de Álava, saludándonos con su penacho de nubes, vimos a Peña Gorbea gigante, que parece guardar la entrada de Vizcaya, extendiendo sus brazos para enlazar las dos provincias hermanas.

La bajada al valle de Arratia, la hicimos felizmente, moderando un poco la marcha, y las curvas pronunciadísimas, salvándolas con facilidad pasmosa.

Felizmente llegamos: me felicito, felicito a mis compañeros de viaje y a la compañía Automóvil Vitoriana por el deseo de agradar y ser útil al público.

2 comentarios:

  1. Impagable y con gran sabor a emotividad,por supuesto,la informacion recopilada en esta entrada,con los datos referentes al conjunto accionista de dicha sociedad,y ese delicioso "diario-cronica"sobre todo lo acontecido en el dia inaugural

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  2. Veo que aparece como accionista Arispe, cuñado de Juan Tomas Gandarias. desconocia el dato de que la familia Gandarias tuviera intereses ahi.

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